Antes de tener un smartphone acostumbraba a valorar su catálogo de juegos por sus innovaciones y originalidad, pero nunca por saber ofrecer continuidad a las mecánicas sobre las que se apoyan gran parte de la industria. Si bien títulos como Angry Birds, Cut the Rope o Infinity Blade me parecían excelentes, dudaba de poder encontrar un juego equiparable a los shooters y plataformas clásicos.
Las conversaciones, iPhone de amigos en mano, siempre acababan en el mismo punto sin opción a continuar: el control en pantalla táctil puede ser ideal para jugar a puzles o títulos casual, pero fracasa cuando lo que necesitaríamos es un pad en las manos. La nota que tambaleo esos juicios acabó llegando bajo el nombre de League of Evil. Así que, sabiendo eso, ¿te imaginas lo que puede suponer League of Evil 2?
Con la primera entrega, y siempre salvando las distancias, las comparaciones estaban claras. League of Evil bebía directamente de Super Meat Boy, ya no sólo apoyándose en el género de plataformas, sino ofreciendo un aspecto gráfico similar y una dificultad endiablada en la que cada salto debe de hacerse con un cálculo muy metódico en apenas centésimas de segundo. Y como eso está a la altura de los más grandes jugadores de la historia, si es que existen, toca repetir, repetir y repetir.
Conseguido el éxito llega el momento de darle una oportunidad a los creativos de Ravenous Games, ofreciéndoles la posibilidad de descolgarse de las afortunadas pero excesivas inspiraciones de la primera entrega para crear un juego propio, sólido y divertido.
En primer lugar admitamos que lo de propio les queda un poco grande. Pese a mostrar nuevas trampas y enemigos la mecánica es la misma, llegar hasta el final del nivel de la forma más rápida posible, intentando coger el maletín escondido y evitando a toda costa tener que reiniciar una vez más por haber sido descuartizado por un martillo giratorio. Sin embargo en los tiempos que corren todo juego se asemeja a otro, así que parecido a Super Meat Boy o no, es un tema que no nos preocupa.
Y la razón para ello es bien clara, League of Evil 2 es un juego muy atractivo. Visualmente el cambio de los píxeles como puños por sprites más actuales le ha sentado de maravilla, siendo protagonista y enemigos los que más han ganado con dicha evolución. Os aseguro que jugarlo en el iPad es toda una delicia a nivel visual, y al ser una aplicación universal el precio del juego no debería ser un problema.
El último adjetivo tras propio y sólido era divertido, y League of Evil 2 cumple con creces para llevar incrustada en el pecho esa medalla. Su control continúa siendo una maravilla al alcance de unos pocos. Dato que continúa sorprendiéndome cada vez que toco un plataformas iOS y acabo abandonándolo precisamente por ese aspecto.
La guinda a sus cinco escenarios distintos y más de 100 niveles en los que saltar, aniquilar y, por descontado, morir, la ofrecen las tablas de puntuación en las que comparar tus logros con los de otros jugadores. Un acto de masoquismo, si se me permite la expresión.
Por último El añadido de los jefes finales no es santo de mi devoción, principalmente porque cortan ese frenetismo que sí incluyen cada una de las pantallas, pero en la búsqueda de un juego más completo es perfectamente comprensible, y League of Evil 2 no es sólo eso, también es una de esas joyas que se ganan el derecho a convertirse en imprescindible.
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