IPv4 vs IPv6 (I): ¿Por qué hay que cambiar?

IPv4 vs IPv6 (I): ¿Por qué hay que cambiar?
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Es un hecho, se han acabado las direcciones IPv4, ya no queda ningún rango disponible para ningún ISP ni ninguna red que las necesite. Por ahora no lo notamos, pero a medida que pase el tiempo iremos sabiendo como tecnologías que tenían que haberse implantado se han visto frenadas por la ausencia de estas direcciones.

En Xataka ON queremos prestar la atención que se merece a todo lo relacionado con IPv6, por lo que este es el primero de una serie de entradas en la que iremos explicando, entre otras cosas, qué ha ocurrido con las direcciones IP, cuales son las soluciones y en qué nos afecta directamente a los usuarios.

El problema de las direcciones IPv4

Se llama IPv4 al sistema de direcciones IP que se usa en la actualidad en la mayoría de redes que están conectadas a Internet, se creó en 1981 después de unas cuantas pruebas y se decidió que era el sistema perfecto para la capa de direcciones. Este sistema se basa en direcciones de 32 bit del estilo 255.255.255.255, con lo que con las sucesivas variaciones para 4,294,967,296 direcciones (232).

Cuando se creó el sistema se creía que era un número amplio de direcciones para todo el mundo, por lo que se cometieron una serie de errores que hicieron que IPv4 tuviera aún menos vida de la que tiene. Se dieron rangos enteros (millones de IP) a países enteros e incluso miles de IP fueron asignadas a empresas grandes como XEROX o Apple, aparte de eso se decidió utilizar un rango muy amplio para las redes privadas (las que creamos nosotros), algo que hizo aún más pequeño ese número.

Si no hubiera sido por tecnologías como la NAT o el DHCP, las direcciones IPv4 se habrían acabado hace mucho más tiempo. Esto solo ha sido una muerte anunciada y la alarma que llevaba años sonando para que tengamos que migrar a IPv6

¿Cómo es IPv6?

IPv6 es un sistema de direcciones mucho más escalable, potente y amplio que IPv4, utiliza un sistema de direcciones basado en 128 bits del estilo 2001:0db8:85a3:08d3:1319:8a2e:0370:7332, con lo que ya os podéis imaginar que podemos tener infinidad de direcciones (2128 o 340 sextillones para ser exactos).

La principal ventaja de este nuevo sistema es, obviamente, el aumento del número de direcciones disponibles, pero IPv6 tiene unas cuantas ventajas más que lo hacen aún más apetecible. Gracias al nuevo sistema de empaquetamiento tenemos una mejora en el direccionamiento que nos posibilita crear redes mucho más eficientes; también permite la autoconfiguración de direcciones gracias a mensajes entre los router e incluso podemos realizar muy eficientemente el multicast, que consiste en enviar un paquete a varios destinatarios. Y esas son solo algunas de las características, ya que hay muchas más que afectan a gestión de redes que hacen babear a cualquier administrador de redes.

El cambio a IPv6

La eterna pregunta ¿cuándo vamos a cambiar a IPv6? Pues nadie lo sabe, tenemos que esperar a que los gobiernos y las asociaciones relacionadas con Internet se pongan de acuerdo. Y ¿cómo va a ser el cambio? Pues aunque hay ya varias alternativas estudiadas para hacerlo, tampoco se sabe con exactitud. Lo más probable, aunque quizás me estoy tirando de la moto, es que se vaya haciendo gradualmente, por grandes redes y utilizando tecnologías de doble pila y túneles IPv4. La primera tecnología permitiría a los router más críticos poder seguir funcionando con IPv4 e IPv6 simultáneamente y los túneles permitirían traducir las redes IPv6 mientras no estén extendidas por todo el mundo.

Por suerte, estas migraciones van a ser a niveles superiores y los usuarios no tendremos que hacer demasiado por migrar. Aunque esto, lo trataremos de forma más exhaustiva en otro artículo de este pequeño especial.

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