Durante un encuentro organizado por Redtel, la asociación de operadoras con red propia, las grandes telecos españolas se quejaron de que cerca de un 50% de los beneficios que generan sus diferentes actividades económicas tienen que destinarlos a pagar impuestos.
Estas cargas fiscales las han adjetivado de "desmesuradas", y han solicitado al Gobierno que elimine las barreras administrativas y una parte de dichos impuestos para fomentar la inversión en infraestructuras.
Como ejemplo del problema, la consejera delegada de Ono, Rosalía Portela, habló de los 230 millones de euros anuales que las operadoras tienen que pagar como tasa de financiación de RTVE. Además pidió al Gobierno su colaboración para el despliegue de redes de alta velocidad en España.
El presidente de Telefónica España, Luis Miguel Gilpérez, señaló además que la situación podría llegar a ser insostenible, ya que mientras que el IPC subió un 23% de 2002 a 2010 en España, los precios del sector han bajado un 8%, lo cual hace que las inversiones sean cada vez menos rentables.
La verdad es que por las declaraciones de los miembros de Redtel pudiera parecer que las telecos son empresas maltratadas por el Estado y que se las considera como una fuente inagotable de recaudación de impuestos. Puede que tengan algo de razón.
Sin embargo, si analizamos las cargas impositivas y burocracia administrativa que soportamos el resto de los mortales, los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, quizá la impresión que nos daría podría ser la contraria, es decir, que están en ciertos casos discriminadas positivamente.
Vía | Finanzas En Xataka On | ¿Cuántos expertos hacen falta para decidir el futuro de la Agenda Digital española?
