Bruselas da el visto bueno a la compra de E-Plus por Telefónica, se abre la veda

Bruselas da el visto bueno a la compra de E-Plus por Telefónica, se abre la veda
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Toda fusión o compra de operadores por parte de otro que se produzca en cualquier país de Unión Europea necesita el aprobado del área de Competencia de Bruselas, dirigida ahora por el español Joaquín Almunia. De hecho Telefónica llevaba ya casi un año esperando a que se le autorizase la compra del cuarto operador con red propia alemán, lo que supondría la unión del tercer y cuarto operador, al contar la empresa española con O2.

La autorización o no de dicha operación y sus condiciones era una resolución muy esperada en el viejo continente, ya que serviría de reflejo para futuras operaciones en otros países, y esta por fin ha llegado. Bruselas ha dado el visto bueno a la compra de E-Plus por parte de Telefónica, aunque como era de esperar con ciertas condiciones para que la competencia no se reduzca.

Finalmente Telefónica verá reforzada su posición en Alemania. Tras adquirir en 2005 la compañía O2 los españoles dieron un paso más anunciando el acuerdo alcanzado con KPN para hacerse con E-Plus, una operación valorada en 5.000 millones de euros más un porcentaje de las acciones de Telefónica Deutschland. Pero dicho movimiento estaba pendiente del aprobado de Bruselas, que a su vez tenía en vilo a media Europa. Finalmente la operación ha sido aprobada pero con tres condiciones.

Alas para no reducir la competencia

El propósito del área de Competencia de Bruselas parece claro, evitar que la competencia se reduzca en Alemania al pasar el mercado de cuatro a tres operadores con red propia. Para ellos ha impuesto tres condiciones que fomentarán dicha competencia: la cesión de parte de la capacidad de red del nuevo operador a virtuales, la cesión de espectro a estos virtuales o un nuevo operador de red y la ampliación de los acuerdos mayoristas con otros operadores, 4G incluido.

El primer punto es muy claro, Telefónica tendrá que ceder hasta el 30% de la capacidad de red de la empresa resultante antes de que se cierre la fusión a hasta tres operadores virtuales. Lo mejor para estos virtuales es que no pagarán a Telefónica en función del uso de la red, sino una cantidad fija, algo muy poco habitual en los acuerdos entre operadores con red y virtuales y que beneficia a estos últimos, al saber en todo momento cuales van a ser sus gastos.

Además Telefónica tendrá que ceder parte del espectro y activos en manos de la empresa resultante, que podrían caer en manos bien de los virtuales que se hagan con la capacidad de red o en un nuevo operador con red. Esto unido a la próxima subasta de espectro prevista en Alemania podría favorecer la vuelta de este mercado a cuatro operadores con red propia.

Por último Telefónica tendrá que ampliar los actuales acuerdos mayoristas que tanto su filial, O2, como E-Plus mantienen hasta ahora con distintos operadores virtuales y proveedores de servicios. Además aquí se añade también un punto interesante y del que los virtuales españoles tendrán envidia, ya que el operador también tendrá que dar acceso al 4G.

Se abre la veda

Las condiciones pueden ser más o menos duras, aunque desde luego eran las esperadas de un órgano competente que tiene que velar porque la competencia no se reduzca. Pero de ello estaban pendientes todos los operadores, ya que las condiciones impuestas por Bruselas dejan clara cual es la posición y lo que podría ocurrir en operaciones similares en otros países.

Estos días también esperamos el aprobado de Bruselas a la compra de ONO por parte de Vodafone, que no tiene nada que ver con el caso O2 y E-Plus, pero sobre todo este aprobado estará en la mente de los operadores españoles para futuros movimientos. Entre ellos podríamos ver involucrado a Yoigo, que dada su situación podría buscar una fusión o venta a otro operador móvil que se asemejaría a este caso, al ser el operador con red más pequeño del país.

Vía | Europa

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