El pasado lunes explotaba la bomba sobre las manos de ZTE por no respetar lo acordado con Estados Unidos. Tras admitir haber conspirado en la distribución de productos americanos en Irán, a pesar de las sanciones impuestas por el país, Estados Unidos castigaba con fuerza a la compañía china.
Durante siete años ninguna compañía estadounidense podrá vender componentes a ZTE, (incluida Qualcomm, principal proveedor de procesadores de la compañía). Días después de la noticia, ZTE se ha pronunciado en un comunicado oficial calificando las medidas tomadas como "extremadamente injustas".
ZTE aboga por "la comunicación y el diálogo"
La compañía china asegura también que no puede aceptar las medidas impuestas por el Departamento de Comercio estadounidense ya que no solo les perjudica a ellos, sino que también dañará los intereses de los socios de ZTE, entre los que se incluye un gran número de compañías estadounidenses, entre ellas Qualcomm.
Explican que desde abril de 2016, fecha en la que le fue impuesta la sanción por el caso de Irán, ZTE "ha aprendido de su experiencia pasada en el cumplimiento del control de las exportaciones, le ha dado gran importancia a este cumplimiento y lo considera una piedra angular de su estrategia, premisa y base de su línea de operaciones".
La compañía también asegura que dedica una gran cantidad de recursos a proyectos para el cumplimiento de las leyes y reglamentos de control de exportación, y que solo durante el pasado 2017 ya invirtió más de 50 millones de dólares en ello.
Además, destacan en que no dejarán de aunar esfuerzos para tratar de solucionar estos problemas, abogando la comunicación y el diálogo para salvaguardar sus legítimos derechos e intereses por todos los medios legales. ZTE apuesta por el diálogo y la redención pero ¿se doblegará Estados Unidos?
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