El sistema operativo Firefox OS sigue estando en pleno desarrollo, pero desde que en febrero conociéramos algunas novedades previstas por fabricantes y operadoras no se han producido anuncios especialmente relevantes para la plataforma. De hecho, es ahora cuando hemos tenido la oportunidad de analizar uno de los últimos dispositivos presentados este año, el Alcatel OneTouch Fire C.
El sucesor del OneTouch Fire del que ya publicamos unas primeras impresiones hace año y medio no es una evolución dramática del terminal. De hecho, se trata de un modelo ligeramente más potente y con la última versión estable de Firefox. Lo cual, nos tememos, no sirve de mucho.
Diseño y especificaciones
Como adelantábamos, el Fire C tiene exactamente el mismo diseño que su predecesor, y externamente apenas es posible diferenciarlos. En el caso del Fire C se han ganado de forma ínfima en peso y dimensiones (100 gramos frente a los 108 del Fire, y 11,95 mm de grosor frente a los 12,2 de su antecesor), pero conservamos las mismas líneas.
Nos encontramos con un terminal con la misma pantalla TFT de 3,5 pulgadas y 320x480 píxeles de resolución (165 ppp) que lógicamente lo sitúan en una gama básica de dispositivos queorientada a mercados en desarrollo en los que el coste reducido de los terminales está por encima de la valoración de las prestaciones.
En su interior encontramos un procesador dual-core a 1,2 GHz (sin especificar), 512 MB de RAM (doble que el modelo anterior), 4GB de capacidad de almacenamiento y ranura microSD que acepta tarjetas de hasta 32 GB. El soporte de redes 3G se une a la conectividad WiFi 802.11n, Bluetooth 1.2, sensor GPS y radio FM.
La batería incluida es de 1.300 mAh, y la cámara posterior (nada de cámara frontal, lógicamente) dispone de un sensor de 2 Mpíxeles. Todas esas especificaciones dejan claro lo que podemos esperar de este terminal: esa cámara solo servirá para sacarnos de algún apuro, y el resto de componentes cumplen con su cometido: el de tratar de dar respuesta a unas necesidades básica tanto en materia de comunicaciones como en el de unas aplicaciones que, como veremos, muestran una experiencia decente pero aún muy lejos de la de otras plataformas asentadas.
Software
En el Fire C encontramos Firefox OS 1.3, la última edición estable de este sistema operativo móvil desarrollo por Mozilla. La evolución con respecto a la versión de su antecesor no es visible para el usuario, ya que la interfaz sigue siendo exactamente la misma que veíamos cuando por ejemplo evaluamos la plataforma hace algo más de un año en Xataka.
La experiencia de usuario es adecuada y en esencia cualquiera podrá hacer buena parte de lo que se suele hacer con un smartphone de gamas más altas. Llamar y recibir llamadas, por supuesto, enviar o recibir mensajes -la sincronización de contactos con Google fue perfecta, por cierto-, y navegar por Internet o leer o contestar correos son tareas que podremos llevar a cabo sin problemas.
Lo mismo ocurre con la experiencia con las aplicaciones de Firefox OS, que como ocurría en nuestro repaso de hace un año, tienen un problema: en su mayoría no pueden compararse con la experiencia nativa que ofrecen los clientes desarrollados para servicios como Twitter, Facebook o Dropbox, por poner algunos ejemplos. La filosofía de Mozilla y su defensa del estándar HTML5 tiene un valor enorme sobre el papel, pero cuando se trata de tener un móvil funcional en el día a día, esa experiencia se resiente.
Ese problema también afecta a aplicaciones muy conocidas, y entre ellas al ejemplo clásico, WhatsApp, que nunca apareció para Firefox OS a pesar de las promesas que recibimos al respecto de Telefónica. La operadora acabó aliándose con LINE para tratar de potenciar ese apartado de la mensajería instantánea, pero para gran parte de los países en los que se venden estos terminales, WhatsApp es la norma. Existe una alternativa, OpenWapp, disponible en el MarketPlace, pero en nuestras pruebas ni siquiera logramos verificar nuestro número de teléfono.
Por lo demás, como decíamos, la experiencia es correcta, y si los servicios que utilizamos tienen versión web, siempre podremos recurrir a esa opción desde este terminal. Para cierto sector de usuarios eso puede ser suficiente, pero mucho nos tememos que valorar este terminal en mercados tan desarrollados como el nuestro en materia de telefonía es complicado.
Ni Firefox OS ni los terminales están preparados para competir en estos mercados, y ni siquiera deberían hacer el intento sin una propuesta competitiva. De hecho, los últimos movimientos de Google con Android y de Microsoft con Windows Phone han hecho que podamos encontrar terminales muy atractivos por apenas 100 euros (el Moto E es un buen ejemplo del problema al que se enfrenta Firefox OS). Y esos terminales amenazan con conquistar esos mismos países emergentes para los que Firefox OS planteaba su propuesta original.
Conclusiones
El Fire C debe ser contemplado desde otra perspectiva: es un terminal de gama muy baja, que no tiene vocación ni aspiraciones (ni posibilidades) incluso de competir con las gamas de entrada de otras plataformas. Y aún así, Firefox OS sigue planteando una alternativa valiente que podría tener sentido si esa apuesta se viese apoyada de verdad por la comunidad de desarrolladores.
Lamentablemente eso no está pasando, y el catálogo de aplicaciones de Firefox OS sigue siendo el gran olvidado. El estándar HTML5 sigue demostrando su potencial en todo tipo de modernos sitios web sobre todo en materia de contenidos, pero ni las aplicaciones ni los juegos parecen atraer a los programadores. Y sin ellos los usuarios tiran hacia soluciones consolidadas y que se han convertido ya en estándares de facto. Lo comentábamos en nuestro análisis de Firefox OS del pasado año:
Y por supuesto, herramientas con Twitter, Facebook o el navegador Firefox demuestran que en esencia la experiencia será idéntica a la de un smartphone más potente. Menos fluida, más incómoda en algunos apartados por las limitaciones que impone su poca madurez, pero al fin y al cabo, usable.
El problema es que aunque el Fire C y Firefox OS son usables, no son de momento competencia para Android o Windows Phone, plataformas que han dejado claro que quieren entrar de lleno en mercados emergentes.
El modelo de Alcatel es una prueba más de que tanto Mozilla como los fabricantes y operadoras que apoyan este interesante proyecto necesitan dar un salto diferencial para convencer a unos usuarios a los que les importa poco lo que hay por debajo (filosofías abiertas incluidas), y sí que WhatsApp funcione o que puedan publicar sus fotos en Twitter, Instagram, Facebook o Pinterest de forma rápida y cómoda. Ni siquiera su singular precio, situado actualmente en los 49 euros en Movistar, logra hacer que esa realidad se tambalee.
En Xataka | Una semana con Firefox OS y solo con Firefox OS
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