Llevamos una semana intensa con el bloqueo que Estados Unidos ha impuesto a Huawei en su territorio, que conlleva daños colaterales tan graves como quedarse fuera de los servicios de Google, que no de Android, o no poder fabricar más procesadores con base ARM por la alineación de los británicos con el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, una semana da para mucho y ya hemos tenido un paso atrás bastante medido y, ahora, una puerta abierta a la resolución del conflicto.
No eran pocos los que comentaban que este conflicto entre Estados Unidos y Huawei se debía a una guerra comercial con China, pese a que sobre la mesa había acusaciones de espionaje, aún sin pruebas, por parte de Huawei. Pese a todo, el bloqueo siguió su curso hasta que Comercio puso en marcha una moratoria de 90 días. La excusa: las pequeñas operadoras norteamericanas, desprovistas de servicio ante la imposibilidad de usar material de Huawei.
Sin embargo, poco tiempo ha tardado el conflicto en llegar a un punto en el que se ve luz al final del túnel. Tanto el CEO de Huawei como su vicepresidente han realizado declaraciones en días consecutivos. El primero comentando que se estaba subestimando el potencial de supervivencia de su empresa ante el bloqueo. El segundo reiterando que las acusaciones de espionaje eran infundadas, hablando de peligrosos precedentes y pidiendo un mundo tecnológico con menos barreras que frenen la innovación. Con menos muros.
¿Cabezas de turco en una guerra comercial?
Pero ahora sido nuevamente el gobierno de Trump el encargado de echar agua a las brasas para enfriar los ánimos, y durante una charla con la prensa, Trump deslizó que si China y Estados Unidos alcanzaban un acuerdo económico para solucionar la escalada de aranceles, habría "probablemente una buena posibilidad" de que se solucionase el conflicto con Huawei.
"Si llegamos a un acuerdo, podría imaginar que Huawei fuera incluida de alguna forma o manera en un acuerdo comercial"
Curiosamente, durante la misma conversación Trump comentó que "Huawei es algo muy peligroso" refiriéndose a las actividades de la compañía china en materia de seguridad. "Miras lo que han hecho desde un punto de vista de seguridad, desde un punto de vista militar, es muy peligroso.", para a continuación abrir la puerta a una resolución del conflicto desde un punto de vista comercial.
Con la apertura de una puerta a la solución comercial, el espionaje inicial tiene aún menos sentido
Así, de golpe y porrazo, parece que el espionaje del que se acusaba a Huawei ha pasado a un segundo plano para centrar la atención en un posible acuerdo comercial entre ambas naciones. En aproximadamente un mes se celebrará el G20 en Japón, la reunión de los grandes líderes mundiales, y es de esperar que haya encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping.
Puede que, al final de todo este conflicto, se esconda que el caso de Huawei no ha diferido mucho de lo vivido por ZTE hace escasamente un año. Aunque, dado el volumen de negocio y empresarial de Huawei, todo se haya elevado tanto en cantidad de noticias como en tono. Medidas de presión comercial o no, eso ya se verá. Mientras tanto, puede que no necesitemos llegar al 19 de agosto para ver este conflicto resuelto, que la situación vuelva a la normalidad y que Huawei se mantenga en Android por muchos años.
Vía | SCMP
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