El mercado de los teléfonos móviles se mueve por modas. Algunas son pasajeras y se olvidan pasado un tiempo, y otras llegan para quedarse y convertirse en una nueva base desde la que seguir avanzando. En las pantallas vemos muchas de esas tendencias, desde la curvatura hasta las resoluciones, e incluso las relaciones de aspecto. Hoy hablaremos sobre el diseño de los frontales, sobre retirar todo lo posible los marcos de la ecuación.
Puede que el Xiaomi Mi Mix no haya sido el primero, pues ya vimos propuestas anteriores como la de Sharp con su Aquos Crystal, pero desde luego ha sido el detonante de un nuevo diseño de frontales en los terminales. Siguiendo un patrón parecido al de los modelos Edge de Samsung, pero con pantallas curvas, los fabricantes parecen querer ampliar el ratio frontal/pantalla de sus dispositivos. Llevar los marcos al mínimo es la nueva moda, y como todas las modas, encontramos en ella tanto ventajas como inconvenientes. Pero seamos positivos y empecemos por las ventajas.
Ventajas de los móviles sin marcos
Ganamos en inmersión
Situarnos en un escenario en el que tenemos frente a nosotros un terminal que es prácticamente todo pantalla, superando los ratios más altos que habíamos conocido hasta hace poco tiempo, conseguirá que ganemos en inmersión, en experiencia. Un frontal casi repleto de contenidos y sin partes del teléfono accesorias que nos distraigan mejorará muchas experiencias, pero sobre todo la experiencia multimedia.
No sólo nos referimos a la visualización de vídeos, algo que seguirá teniendo sus inconvenientes pues el ratio más empleado para películas y series rara vez encaja con las pantallas de los móviles, obligándonos a tener franjas de color negro. Nos referimos a la visualización de las fotografías, también durante su captura, y a los propios videojuegos móviles que sí se adaptan a la pantalla del teléfono, ocupándola casi por completo.
Poder jugar en una pantalla de mucho tamaño pero con un cuerpo reducido mejorará la experiencia de los juegos, como ya se ha demostrado con los modelos citados anteriormente. Tanto el Sharp Aquos Crystal como el Xiaomi Mi Mix tienen buenas puntuaciones en este sentido y todo tiene que ver con el mismo elemento común: el juego sin distracciones. La inmersión mejorará con las pantallas sin marcos. O sin apenas marcos, no seamos tan optimistas.
Frontales más limpios
Ya lo hemos visto en el Mi Mix de Xiaomi y no tardaremos en ver la misma tendencia en el resto de fabricantes. Si casi todo tu frontal está ocupado por la pantalla, te queda poco espacio para rellenarlo con añadidos de utilidad discutible, como el caso de los logotipos. Difícilmente podremos colocar el logotipo de la marca en el frontal de un teléfono con un ratio de pantalla superior al 90%, así que obtendremos frontales más limpios, ocupados en su mayoría por el panel.
Esto acarreará alguna desventaja, como comentaremos más adelante, pero en definitiva, llevar la pantalla al límite del frontal nos permitirá disponer de terminales más estéticos con la pantalla apagada, y también con la pantalla encendida. Habrá defensores de frontales más innovadores y con otro tipo de diseños, sin duda, pero desde que los teléfonos móviles son rectángulos con el frontal de color negro, llevar la pantalla al límite es lo mejor que les puede pasar.
Terminales más compactos
Podemos pensar que los fabricantes aprovecharán los diseños sin marcos para ampliar las pantallas en lugar de reducir los cuerpos de los terminales, y posiblemente estemos en lo cierto. Pero eso no resta para que, en definitiva, estemos hablando de modelos de smartphone más compactos de lo que podríamos encontrar en generaciones anteriores. Al final, tenemos terminales más pequeños de lo esperado.
Uno de los casos que más se comenta estos días es el de los nuevos Galaxy S8. Según apuntan todos los rumores y filtraciones, tendríamos 5,7 y 6,2 pulgadas en los dos nuevos dispositivos de Samsung, pero sus cuerpos podrían no variar de tamaño. Reducir los marcos permitiría encajar dichas pantallas en los cuerpos de los actuales Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge. No es la panacea para quienes buscan dispositivos más pequeños, pero todos ganamos un poco con los nuevos diseños y esto deriva en otra ventaja.
Menor peso
Este punto tiene que ver con el punto de los terminales compactos, pero hemos querido concederle un apartado independiente porque se trata de un factor a tener en cuenta y de importancia. Como decíamos, los fabricantes aprovecharán casi con total seguridad para hacer crecer las pantallas de los terminales, usando los mismos cuerpos que hasta ahora, pero aún así tendremos terminales más ligeros de lo que cabría esperar.
Y para los que nos ofrezcan las diagonales a las que estamos acostumbrados, podrán colocar en nuestras manos dispositivos con menos peso. Imaginemos pantallas de 5,5 pulgadas en cuerpos que antes contenían 5,2 pulgadas, o incluso menos. Pantallas de 5,2 pulgadas en terminales que antes albergaban pantallas de 4,7 ó 4,8. El peso será algo que evolucionará junto con la retirada de los marcos de las pantallas. Pero toca echar algo de arena a la hierba y comentar algunas de las desventajas.
Desventajas de los móviles sin marcos
Fragilidad
Puede que uno de los comentarios más compartidos acerca de la experiencia de uso del Xiaomi Mi Mix sea el relativo a la fragilidad de su pantalla. Si al Mi Mix le ocurre, posiblemente le ocurra a todos los modelos que vengan tras él. Corning, Dragon Trail y compañía tienen mucho trabajo por delante para lograr ofrecer mayor resistencia a modelos que son, por su propio diseño, más frágiles.
Llevar la pantalla hasta el mismo borde del teléfono provoca que el cristal protector no tenga apenas protecciones, y que sea ésta la que absorba todos los impactos. Cuando la pantalla sólo ocupaba una parte protegida del frontal de los smartphones, tanto los marcos como parte del frontal recibía los golpes. Con la llegada de los móviles sin marcos, eso se acabará. Si estamos acostumbrados a ver móviles con pantallas rotas, con los nuevos diseños puede convertirse en una auténtica plaga.
En este punto podríamos hablar también de los protectores de pantalla, que se encarecieron en los móviles curvos por tratarse de un nuevo tipo de horma que todavía no se había estandarizado. Ahora nos encontraremos con protectores que habrán de ser mucho más finos para no entorpecer el diseño ni el tacto de los terminales, y que también podrían ser más frágiles. Aunque siempre será mejor que se rompa el cristal protector, que para eso está, que la propia pantalla.
Los toques fantasma
Si hemos manejado móviles con pantalla curva nos habremos dado cuenta de lo tremendamente sencillo que es colocar los dedos y la palma de la mano donde no debemos, y provocar lo que se conoce como toques fantasma. El propio agarre de la pantalla, sin apenas bordes, provoca muchas veces que pulsemos la pantalla sin querer, entorpeciendo el manejo de la interfaz o causando que se ejecuten acciones indeseadas.
Con las pantallas sin marcos el efecto es muy parecido, pues aunque el agarre lateral del teléfono hará que nos encontremos el marco, sí será probable que al envolver el teléfono con la mano acabemos pulsando la pantalla como en los móviles de pantalla curva. Ahí entrará la pericia del propia fabricante, quien podría solventar ese problema dando un formato curvo a la trasera, para facilitar el propio agarre y eliminar esos toques.
No obstante, exponer la pantalla tanto a los extremos del dispositivo causará dificultades en el agarre. Si todavía quedan por ahí haters de manejar el teléfono con dos manos, más val que vayan asumiendo que un móvil sin apenas marcos nos obligará a este comportamiento. Una mano para sujetar allá donde haya marco, en la parte inferior, y otra mano para interactuar con la pantalla. Veremos qué efecto se produce en los juegos que se ejecutan en formato horizontal, pues una de las manos quedará completamente sobre la pantalla.
Los controles, a la espalda
Aquí nos topamos con una de las desventajas que afectan tanto al usuario como a los propios fabricantes. La misma característica que permite tener frontales limpios, sin logotipos ni añadidos innecesarios, provoca de igual forma que los añadidos necesarios dispongan de poco o de ningún espacio. Primero retiramos el logotipo y después tenemos que buscarle hueco a la cámara frontal, al lector de huellas o a los propios altavoces.
Observando de nuevo el Xiaomi Mi Mix, vemos que la cámara ha pasado a la parte inferior de la pantalla, un lugar en el que no estamos habituados a verla pero que acabará entrando como entraban los textos en el colegio, "la letra con sangre entra". A base de repetir los selfies, aprenderemos la nueva localización. Con los lectores de huellas pasará igual, sólo que irán a parar con total probabilidad a la espalda, ahí no encontramos dramas. En cuanto al sonido, sí puede haber problemas. El Mi Mix lo ha solucionado con audio piezoeléctrico, pero habrá que ver qué salida propone cada fabricante.
Esto redundará en que el sonido no se emitirá hacia el usuario sino hacia atrás, o hacia los laterales, y es donde la experiencia multimedia podría verse perjudicada. Es pronto para ver qué hará cada participante del mercado para adaptarse a estas pantallas sin marcos en cuanto a altavoces y otros componentes, pero de entrada ya parece ser un problema a tener en cuenta.
Posibles daños colaterales: la autonomía
No lo hemos mencionado como desventaja pues la autonomía de un dispositivo depende de tantos y tantos factores, que un fabricante podría solucionarlos sin problemas en caso de existir la voluntad de hacerlo. Aumentar el ratio de pantalla de un smartphone con respecto al frontal hará que el consumo aumente en un cuerpo "preparado" para un panel menor, por lo que la autonomía podría resentirse.
La pantalla de un smartphone es el componente que más consume de todo el conjunto, y normalmente las baterías crecen de tamaño al aumentar la pantalla, pues el tamaño del cuerpo también se altera. Si hacemos crecer las pantallas sin variar los cuerpos, la batería no tiene espacio hacia el que crecer, salvo hacia atrás. Engordar el teléfono sería la opción más práctica, pero la anorexia de los smartphones es otra de las características de estos tiempos.
Embutir una pantalla de 5,7 pulgadas en un cuerpo preparado para resistir 5,2 pulgadas no será un problema si llevamos el terminal al centímetro de grosor. El problema es que los móviles de un centímetro parecen ya cosa del pasado, salvo algunas excepciones, y posiblemente ningún fabricante opte por esta solución. ¿Qué ocurrirá? Lo lógico es pensar que la batería que antes soportaba el consumo de un panel ahora un consumo mayor. Menos autonomía. Sobre el papel, claro.
Ya veremos qué camino es el que toma el mercado con la horda de móviles con marcos que se aproxima. Cada fabricante afrontará el diseño de una forma distinta y será interesante ver qué soluciones proponen a estos problemas que hemos planteado aquí, y que suponemos comunes a todos. La construcción de este nuevo parque de dispositivos apenas sin marcos será todo un reto. Si es que no se trata de una moda pasajera, por supuesto, aunque tal vez no lo sea.
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