Las langostas constituyen cada año uno de los principales inconvenientes a la hora de sacar adelante los cultivos en distintas partes de nuestro planeta. No las langostas en sí sino miles de millones de ellas constituidas en plagas que arrasan todos los terrenos por los que pasan y que hasta ahora se habían combatido con métodos bastante tradicionales.
Sin embargo, algo ocurrió el pasado año. Diferentes organismos se pusieron a trabajar en común para tratar de frenar la plaga de langostas que, como cada año, arrasaría buena parte de los cultivos en África en el año 2020. Y con una aplicación móvil como centro de todo un plan coordinado, la plaga de 2020 se logró contener.
Un problema agrandado, y mucho, por el cambio climático
Como cuentan desde el New York Times, en 2020 se produjo una plaga de langostas sobre la superficie de África de tal magnitud que afectó a países en los que hacía décadas que no se sufrían problemas similares. El cambio climático provocó una plaga de tal calibre que las langostas invadieron Kenia, Etiopía y Somalia, países en los que las langostas eran extremadamente inusuales.
Como cuenta Keith Cressman, un alto funcionario de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, en estos países "no se habían enfrentado a algo de esta magnitud desde principios de la década de 1950". Así pues, diferentes organismos se pusieron manos a la obra para dar con una solución creativa que tal vez marque la forma de actuar ante estas plagas en el futuro. Y el móvil estuvo en el centro de toda la operación.
En un primer momento se planteó la posibilidad de reescribir todo el software con el que se rastreaban las langostas hasta ese momento, pero el enfoque cambió cuando se propuso crear una app para smartphones que permitiese que cada agricultor funcionase como cualquiera de los expertos en plagas destinados a frenar la invasión de las langostas. Así que en lugar de crear un nuevo software para expertos, se dio a cada agricultor un "experto móvil" instalado en su teléfono.
Una vez aprobada la idea, se rediseñó una app que PlantVillage empleaba para rastrear los gusanos cogolleros. Esta aplicación usaba inteligencia artificial y aprendizaje automático para lograr detectar la fase de desarrollo de las larvas de gusanos, de forma que se pudiera atacar estas plagas desde la raíz. Lo que se hizo fue adaptar esta app para que reconociese larvas de langostas y todo ello se constituyó en la nueva eLocust3m en un proceso de adaptación que duró únicamente un mes.
Un experto en el bolsillo de cada agricultor
El funcionamiento de la app en sí es bastante sencillo, pues los agricultores sólo debían fotografiar las larvas de langostas una vez las localizaban, y la app se encargaba de determinar en qué momento de su ciclo de desarrollo se encontraban y anticipar su eclosión final. En el momento en que una larva era localizada, fotografiaba y su proceso vital era determinado, la app fijaba las coordenadas GPS al descubrimiento, enviando los datos a la central de PlantVillage.
eLocust3m ayudó a identificar y geolocalizar las larvas de langosta, indicando dónde y cuándo eclosionarían
Este proceso ayudó a construir, en muy pocos días, un mapa completo sobre el momento en que eclosionarían las langostas, dando comienzo a la posterior plaga. Con este mapa en la mano, elaborado a partir de más de 240.000 registros de larvas de langosta, se elaboraron rutas de fumigación adaptadas a las fases de desarrollo de las larvas, de forma que atacasen en el momento idóneo para detener el proceso.
Mapeos de rutas y zonas de eclosión de las langostas facilitados por FAO
Dado que se contaba con pocos aviones a la hora de rociar pesticidas sobre los campos indicados en el momento indicado, todo se coordinó para elaborar rutas de fumigación coordinadas por satélite con la ayuda de diversas empresas que pusieron su granito de arena a la hora de hace eLocust3m más eficiente y eficaz. Con este nuevo proceso de identificación de las larvas desde el móvil, la FAO estima que desde febrero de 2020 se ha evitado la pérdida de productos agrícolas por valor de 1.500 millones de dólares y que ello ha salvado la vida a más de 34 millones de personas.
Un fantástico ejemplo de cómo contar con ordenadores de bolsillo y un buen software basado en inteligencia artificial puede servir para contribuir en buena medida al bienestar general de una región. Cuenta el Dr. David Hughes, entomólogo de la Universidad Penn State, que el mismo enfoque empleado para frenar la plaga de langostas en África Oriental podría usarse para combatir otros desastres relacionados con el clima.
"Las langostas muestran cómo podemos colaborar con la inteligencia artificial [...] Esto puede cambiar las reglas del juego para cientos de millones de personas a medida que nos adaptamos al cambio climático." - David Hughes
Fotografías y más información | New York Times
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