Aunque hay quien se compra un reloj inteligente para mejorar su actividad y salud, la realidad es que irónicamente podemos terminar más estresados fruto de las notificaciones que nos bombardean. Combatir esa sobreestimulación es una de las premisas del Nowatch y lo hace de la forma más curiosa: con una pantalla de lo más inútil.
El Nowatch es el smartwatch más original y diferente que ha visto la luz en el CES, si bien a simple vista podría no parecerlo. Con un factor de forma con caja esférica y diferentes correas disponibles, cuenta con especificaciones bastante mundanas como la resistencia al agua (5ATM), Bluetooth Low-Energy o una autonomía que ronda los cuatro días.
Las métricas y sensores del Nowatch son relativamente frecuentes entre los relojes inteligentes. Así, cuenta con sensores de frecuencia cardíaca, SpO2 para medición de saturación de oxígeno en sangre, un sensor de temperatura cutánea y hasta un sensor de actividad electrodérmica, lo que le permite ofrecer información en tiempo real del movimiento, el sueño y el estrés, pero solo a través de la aplicación.
Y es es un punto importante, ya que la pantalla del NoWatch es tonta (perdón por la expresión): no es OLED ni TFT, no es táctil, no tiene una entrega de brillo determinada para combatir la luminosidad del día... por no tener, no te ofrece ni la hora. Porque la pantalla del NoWatch es en realidad una piedra preciosa intercambiable cuya única función es la estética. En este sentido, puede recordarnos a las pulseras de actividad más simples y minimalistas pero con un toque más premium.
Sin pantalla, sin distracciones
Como explica la firma, que ha desarrollado el NoWatch en colaboración con Philips, la idea es:
"Nowatch es fácil de usar y no es otra distracción u obstáculo para quien lo llega, así que es una poderosa herramienta para ayudar a la gente a estar centrado en el presente y alcanzar el bienestar. Nowatch nos recuerda que no hay momento como el presente y solo hay un ahora".
Frente a la tendencia actual del sector hacia las pantallas siempre activas que captan nuestra atención, este reloj apuesta por pasar desapercibido (más allá de algunas vibraciones) para minimizar la sobreestimulación, contribuyendo en cierto modo a reducir el ansiedad y el estrés a un precio que ronda los 300 euros en función de los acabados que elijas.
Fotografía portada | NoWatch