Los veranos son de por sí complicados para los operadores, ya que los usuarios cambian tanto su ubicación o itinerarios habituales como su forma de conectarse a la red. El alejamiento de las redes WiFi que usamos a diario pone a prueba las redes móviles, sobre todo en destinos turísticos, pero además este año el reto es mayor para los operadores con red, por el fin del roaming en Europa que disparará el gasto de turistas extranjeros.
Para evitar saturaciones y posibles caídas de las red móvil Orange ha ideado un plan en el que invertirá un total de 21,4 millones de euros. El plan pasa por dos puntos principales: la instalación de nuevas antenas 4G en municipios clave en estas fechas y redimensionando su red a un mayor nivel, para aumentar su capacidad y responder a un tráfico que podría multiplicar por cuatro el del anterior verano.
De los más de 20 millones de euros que Orange va a invertir para afrontar un verano exigente, 9,8 millones irán destinados a desplegar nuevas antenas y mejorar las ya instaladas. El foco se ha puesto en municipios turísticos de menos de 2.000 habitantes, donde se han desplegado 246 nuevas antenas 4G y se ha ampliado la capacidad de transmisión de otras 222.
Los 11,6 millones de euros restantes se han destinado a un proyecto para redimensionar la red. El objetivo que persiguen desde el operador es asignar más canales de tráfico donde sea necesario para absorber la demanda. Orange dispone de un total de 80 MHz repartidos en distintas frecuencias (800, 900, 1.800, 2.100 y 2.600 MHz) por lo que puede jugar con ellos para asegurar la conectividad.
En Xataka Móvil | Orange Everywhere, el operador abarata también el roaming fuera de las fronteras europeas
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