Los procesadores llevan algunos años avanzando a un ritmo endiablado, y todo el mérito lo tienen los gigantes del mercado debido a las ingentes inversiones de dinero en descubrir nuevas técnicas y después implementarlas. Tanto es así que el límite teórico del silicio no deja de empujarse más allá de lo que se creía el tope hace unos años, y puede que supere todo lo conocido hasta ahora.
Samsung es uno de los responsables de estos avances. El líder del sector de los semiconductores no sólo fabrica procesadores para sí mismo sino que también licencia algunos modelos de Exynos y hace de fabricante para su competencia, Qualcomm. Y precisamente asuntos con los norteamericanos estarían forzando a los coreanos a tomar una decisión que, aunque extraña, puede beneficiarles.
Qualcomm va a cenar con TSMC, y quizá a desayunar
Para comprender la relación entre Qualcomm y Samsung hay que entender que en el mercado hay otro gran fabricante en la sombra, o no tan en la sombra, como es TSMC. Los taiwaneses pugnan a menudo con los coreanos de Samsung por hacerse con determinados contratos bastante lucrativos. El más llamativo es quizá el de los chips AX de Apple, pero no es el único.
Precisamente este triángulo es el que puede provocar el siguiente gran movimiento de Samsung, el motivo por el que estamos aquí. Qualcomm, decepcionada por los retrasos en la fabricación del Snapdragon 835, en manos de Samsung, coquetea con marcharse con TSMC de cara a la siguiente generación. Esta generación sería la del Snapdragon 845 y la llegada de los 7 nanómetros.
Desde el punto de vista de Samsung, perder a un cliente como Qualcomm de cara al futuro gran procesador de la marca supondrá dejar de tener la sartén por el mango en cuanto a cuotas de ventas, o en cuanto a costes. Samsung pasaría de fabricar los chips de Qualcomm que él mismo usaría para el Galaxy S9 a tener que comprar unos hechos por TSMC. Debilitarse y a la vez alimentar a su máxima competencia.
Sin embargo, parece que desde Corea del Sur llegan los primeros rumores sobre lo que ocurriría llegados a este punto. Samsung, que llegó a plantearse montar únicamente procesadores Exynos de 8 nanómetros en el Galaxy S9, el Exynos 9810 con conectividad CDMA, podría ahora considerar mantener a Qualcomm como proveedor. ¿Por qué? Para ahorrar costes. Extraño, pero lógico.
Fin a la inversión en 7 nanómetros
¿Cómo es posible ahorrar costes cuando hemos afirmado que lo que más le interesa a Samsung es ser él mismo el fabricante del Snapdragon 845? No es demasiado complejo, si tenemos en cuenta lo que Samsung habría puesto sobre la mesa en la última información recibida. Comprar chips de 7 nanómetros de Qualcomm fabricados por TSMC le permitiría frenar su propia inversión.
Desarrollar nuevas tecnologías, eficientes y también disruptoras, requiere grandes cantidades de dinero. Si Samsung decidiese saltarse el escalón de los 7 nanómetros, engordaría temporalmente a sus rivales en dicha generación pero podría dedicar todos sus recursos a pensar ya en el siguiente año. Ese año sería el 2019, con la llegada de los procesadores de 6 nanómetros y, aún más importante, del Samsung Galaxy S10.
Así que la posibilidad de dejar de lado la tecnología de 7 nanómetros, para la que Samsung habría ya realizado una importante inversión pero que quedaría paralizada, sería bueno para el Samsung actual. Menos dinero invertido pese a las posibles pérdidas si la tecnología no es aprovechable. Pero sería aún mejor para el Samsung futuro al llegar más fuerte a la era de los 6 nanómetros.
Teniendo en cuenta que en Samsung tienen ya una hoja de ruta bastante clara para alcanzar incluso los 4 nanómetros de aquí al año 2020, según desvelaron en su Samsung Foundry Forum, la posibilidad de acortar esos plazos sería muy atractiva para el fabricante coreano. De darse los hechos tal y como se cuentan ahora, claro. El mercado se mueve por miles de factores y unos pocos podrían hacer cambiar las tornas.
Vía | PhoneArena
En Xataka Móvil | Samsung inicia el camino hacia los 4 nanómetros, empujando el límite teórico del silicio
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