Nunca sabremos realmente cómo el FBI desbloqueó el iPhone de San Bernardino

Estados Unidos vivió de 2015 uno de los momentos más tristes de los últimos años, el atentado en San Bernardino. California asistía impávido al ataque de varios tiradores en el banquete del Departamento de Salud Pública del condado, un ataque que se saldó con 14 muertos y 21 heridos y que concluyó tras la persecución y abatimiento de los dos responsables de la masacre.

Meses más tarde, en marzo de 2016, el FBI solicitaba a Apple que le permitiese extraer toda la información del teléfono móvil de uno de los terroristas, apagado y bloqueado tras un código de seguridad. Tras no lograr la colaboración por parte de Apple, el FBI acabó recurriendo a una compañía externa, Cellebrite, para que hiciese el trabajo. Ahora, un juez ha dictaminado que este método de desbloqueo no tiene por qué desvelarse.

Desvelarlo podría poner en riesgo al proveedor, Cellebrite

El caso de este iPhone de San Bernardino puso sobre la mesa algo de lo que no se había hablado en exceso hasta aquel preciso momento. La seguridad de iOS es tan alta que ni tan siquiera Apple puede violar el cifrado de sus propios teléfonos. Fue lo que se argumentó desde Apple y lo que obligó al FBI, tras varias amenazas, a buscar vías alternativas.

Casi cuatro meses tardó Cellebrite, la compañía israelí contratada por el FBI, en desbloquear el iPhone 5c requisado a los terroristas y por el proceso se pagó nada más y nada menos que 900.000 dólares, la cifra que oficialmente fue facilitada a los distintos medios de comunicación. La propia Cellebrite intervendría posteriormente en el desbloqueo del iPhone 6 de Diana Quer, la española desparecida hace algún tiempo.

Algo curioso respecto de este caso es que el dictamen de la jueza federal Tanya Chutkan advierte de que el FBI no tiene por qué revelar el nombre de la empresa responsable del desbloqueo del teléfono, ni tampoco del coste de la operación. Ambos datos conocidos desde hace más de un año, aunque el importe no se desvelase de forma exacta.

La conclusión del FBI de que la liberación del nombre del vendedor al público en general podría poner los sistemas del proveedor, y por tanto la información crucial sobre la tecnología, en riesgo de incursión es razonable.

Así pues, la jueza ha dictaminado que ni la empresa responsable, ni el valor de la operación ni el método utilizado para desbloquear el iPhone 5c del atentado de San Bernardino tienen por qué ser revelados si el FBI considera que no debe hacerlo. Lo realmente interesante habría sido conocer el sistema, sobre todo para que la propia Apple pudiese endurecer sus protocolos, pero eso ya no ocurrirá.

Ante la posibilidad de que desvelar estos datos pueda poner en peligro la integridad de la propia empresa que desbloqueó el teléfono, la Cellebrite que todos conocemos pero que ahora no puede desvelarse, el resultado es un bloqueo total por parte de la jueza. Lo sentimos, nunca sabemos cómo se desbloqueó el iPhone de San Bernardino ni ningún otro. Salvo que el FBI quiera, claro. O Cellebrite.

Vía | Cult of Mac
En Xataka Móvil | ¿Por qué ha tardado casi un año la Guardia Civil en conseguir desbloquear el móvil de Diana Quer?

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