Google pone el ojo en Santander con su nuevo cable submarino de fibra. Será vital para las exigencias de la IA que está por venir

Google Cloud ha anunciado la instalación de un nuevo cable submarino transatlántico que unirá Estados Unidos con Europa, el segundo tras el instalado en Bilbao, ha elegido la costa de Santander como uno de sus puntos clave.

El cable, llamado Sol, será vital no solo para reforzar la infraestructura digital global, sino también para hacer frente a las crecientes exigencias tecnológicas de la inteligencia artificial (IA) del futuro.

Un nuevo "Sol" bajo el Atlántico

El cable Sol conectará España con Estados Unidos, pasando por las islas Bermudas y las Azores. Es el segundo cable de Google que unirá directamente ambos continentes, después del cable Grace Hopper, que aterrizó en Sopelana (Bilbao) en 2021.

Pero Sol no es solo “otro cable”. Se trata de una infraestructura de nueva generación, diseñada para ofrecer mayor capacidad, velocidad, fiabilidad y resiliencia. Cuando entre en funcionamiento, será el único cable de fibra óptica en servicio que conecta Europa con Florida, abriendo una ruta directa con un alto valor estratégico y tecnológico.

A simple vista, puede parecer un proyecto técnico más, pero su impacto será enorme. Sol forma parte del esqueleto invisible que sostiene internet. La gran mayoría del tráfico global de datos (hasta el 99%) no viaja por satélites, sino a través de cables submarinos como Sol, que cruzan océanos a miles de metros de profundidad.

La elección de Santander como punto de conexión no es casual. Su ubicación estratégica, junto con la colaboración de la empresa española Telxius, permitirá que este nuevo cable refuerce la red global de Google Cloud en Madrid, cada vez más demandada por empresas, instituciones y usuarios en toda Europa.

Preparados para la IA del futuro

Uno de los objetivos clave del cable Sol es preparar la red para la nueva ola de inteligencia artificial que ya está comenzando. Los sistemas de IA más avanzados, como los modelos que generan imágenes, vídeos, textos, o incluso toman decisiones complejas en tiempo real, necesitan una infraestructura que sea:

• Ultrarrápida (con latencia mínima).
• Enorme en capacidad de datos.
• Fiable y segura las 24 horas.
• Distribuida globalmente, con nodos cerca de los usuarios.

Y aquí es donde entra en juego Sol. Este cable, con sus 16 pares de fibras ópticas, permitirá mover cantidades masivas de información entre continentes en milisegundos, lo que resulta clave para alimentar modelos de IA que funcionen de forma fluida, inteligente y segura desde cualquier parte del mundo.

Un impulso para Santander y el norte de España

Además de los beneficios globales, la llegada de Sol a Santander tendrá un impacto directo en la región. Según la alcaldesa Gema Igual, este tipo de infraestructuras “atrae inversión, talento y empresas tecnológicas”, consolidando a la ciudad como un nodo digital emergente. Se espera que impulse la digitalización de servicios públicos, la economía del conocimiento y el modelo de ciudad inteligente (Smart City).

Por su parte, la empresa Telxius, encargada del aterrizaje del cable, destacó que se trata de un “hito extraordinario” que reforzará la posición de España como puerta digital entre América y Europa.

El cable Sol no actúa solo. Forma parte de una estrategia más amplia de Google Cloud para desplegar una red global que dé respuesta a las nuevas demandas tecnológicas del mundo actual. Junto con otros cables como Nuvem, Firmina y Equiano, está creando rutas digitales más resilientes, diversificadas y sostenibles.

Del lado americano, Sol desembarcará en Palm Coast (Florida), donde Google está construyendo una nueva estación de aterrizaje y conectividad junto a la empresa DC BLOX. Esta región también se prepara para convertirse en un centro neurálgico de la economía digital.

El futuro viaja bajo el mar

La inteligencia artificial ya no es ciencia ficción: está en nuestras búsquedas, nuestras fotos, nuestros mapas y, muy pronto, en nuestras conversaciones, decisiones médicas o sistemas educativos. Pero para que esta IA funcione como debe, necesita una autopista de datos robusta, rápida y global. Eso es precisamente lo que Google está construyendo con Sol.

Lo que sucede en las profundidades del Atlántico tendrá consecuencias en nuestras casas, oficinas y escuelas. Y Santander será, a partir de ahora, uno de los puntos clave donde comienza esa historia.

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