En España, solo el 4% de las donaciones terminan utilizándose
Los localizadores tipo AirTag han destapado un problema estructural bastante importante
Los contenedores para donar la ropa que ya no usamos o para reciclar aquello que tiene algún defecto o no está en el mejor estado están por todas las ciudades. Pero la pregunta es dónde acaban esas prendas que donamos con nuestra mejor intención de ayudar.
Muchas personas se han hecho la misma pregunta y han utilizado un rastreador tipo AirTag para despejar la incógnita. El resultado en muchos casos ha sido un viaje larguísimo, cruce de fronteras e incluso tiendas como destino final.
El viaje infinito de la ropa que donamos, cazado por un AirTag
Hace unos meses, El País llevó a cabo un experimento bastante curioso: seguir el rastro de 15 prendas geolocalizadas mediante AirTags.
Un pijama depositado en Zamora ha acabado en el almacén de The Cloth, en Emiratos, un lugar destinado a la compraventa de ropa usada. Una chaqueta donada en Madrid terminó en una fábrica de Reino Unido que recicla la ropa para crear otros nuevos tejidos. Unos vaqueros tirados en San Sebastián se encuentran en Costa de Marfil después de pasar por Emiratos y Ghana.
Las siete prendas de este experimento que han salido de España han recorrido más de 65.000 kilómetros fuera de nuestras fronteras.
Una investigación similar, llevada a cabo por Greenpeace, arrojó datos parecidos. De las 29 prendas que donaron, tan solo una pudo disfrutar realmente de una segunda vida. El resto estuvieron viajando sin sentido o abandonadas en polígonos.
No son los únicos casos e incluso algunos individuos, a título personal, han querido saber qué sucede con sus donaciones. Un creador de contenido descubrió gracias a un AirTag que sus zapatillas, depositadas en un contenedor de Alemania, viajaron hasta Bosnia, donde él mismo viajó para volver a comprarlas en la tienda de segunda mano donde se comercializaban a 10 euros.
Los AirTags han sido capaces de destapar qué está ocurriendo realmente con la ropa que donamos. En España, es algo bastante preocupante: tan solo el 4% de nuestras donaciones se recupera.
Estos geolocalizadores son muy útiles no solo para saber dónde nos hemos dejado las llaves o la mochila. Han logrado destapar un problema estructural bastante acusado, una huella de carbono descomunal y un destino final que no siempre corresponde con nuestras intenciones iniciales.
Imagen de portada | Patryk2710 via Wikimedia Commons / KKPCW via Wikimedia Commons (montaje)
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