Los nuevos informes ponen cifra al encarecimiento: un 10% en buques insignia
Frente a un dramático aumento de costes en la gama de entrada
Hasta ahora, sabíamos que la IA iba a encarecer todos los dispositivos —además de traer cambios en la tendencia de los últimos años— para un 2026 que está a la vuelta de la esquina, pero faltaba conocer el cuánto. No hay día que las memorias dejen de ser noticia, y ahora llegan nuevos informes que ponen por fin números a la crisis actual y dibujan un escenario de dos velocidades diferenciadas: por un lado, la gama alta sufrirá un encarecimiento molesto pero asumible, mientras que la gama de entrada se enfrenta a un problema que dispararía sus costes hasta un 30%. Siempre quedarán viejas alternativas para paliar este escenario en los teléfonos más modestos del mercado.
Impuesto al segmento premium. El medio coreano Aju News se atrevía hace unos días a poner números a la subida de precio: un 10% para el en aquel entonces inminente Xiaomi 17 Ultra respecto a su predecesor. Hoy podemos calcular el porcentaje exacto, que es de un 7,7% por estos precios (versión básica con 12 GB de RAM).
- Xiaomi 15 Ultra: el anterior 'Ultra' del fabricante chino salió en su país natal a 6.499 yuanes para la configuración base de memoria.
- Xiaomi 17 Ultra: el recién anunciado buque insignia fotográfico parte desde los 6.999 yuanes.
Al menos en China, que otro asunto será cuando desembarquen en Europa este y otros tantos móviles premium de marcas como Samsung o Apple. Precisamente de estas dos se habla ya de que seguirán la línea trazada por Xiaomi. Para un móvil de 1.400 euros, supone una subida considerable, pero los fabricantes están convencidos de que el usuario lo pagará. De ahí que la surcoreana haya fijado objetivos de ventas un 10% superiores pese al incremento de los componentes. Eso sí, en este segmento, el margen de beneficio permite amortiguar el golpe sin dañar el producto.
Drama en los móviles baratos. Aquí es donde cambia la película. La consultora Counterpoint apunta a un impacto asimétrico. En un teléfono económico por debajo de los 200 dólares, la memoria representa un porcentaje alto del coste total de materiales. Se estima que estos costes se dispararán un 30%, siendo letal para el segmento, pues no tiene tanto margen para absorber la subida.
¿Qué se prevé? Dos posibles salidas: un paso atrás en la tendencia alcista de la RAM —¿vuelta a los 4 GB?— de estos últimos años o bien una subida de precio más agresiva que en la gama alta.
Un promedio que oculta la realidad. Según el mismo informe, la industria espera que el precio medio de venta suba un 6,9% en 2026. Puede parecer poco, pero es una media engañosa que esconde una realidad polarizada: los smartphones económicos tendrán que recortar prestaciones para seguir siendo rentables, mientras que los móviles premium se volverán un poco más exclusivos.
Y un posible "plan C". Si subir el precio o bajar la cantidad de memoria es un riesgo, a los fabricantes les queda otra vía: recortar en otros apartados. Counterpoint señala que podríamos ver un retroceso en la calidad de pantalla o cámaras en la gama media para compensar la factura de la memoria.
La situación es crítica, o al menos así se aprecia por movimientos recientes como el de Samsung planeando reunirse de urgencia con su rival Micron, para asegurar el suministro de cara al lanzamiento de los Galaxy S26. Cuando el mayor fabricante de memorias tiene que pedir ayuda a la competencia, queda claro que 2026 será un año difícil para comprar tecnología.
Imagen de portada | Composición con imágenes de Pepu Ricca para Xataka y Raimond Spekking para CGDirector
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