Cambiar del contrato al prepago es lo mejor que he podido hacer con mi línea secundaria y no solo es cuestión de ahorro
Hace aproximadamente un año que decidí tener otra tarjeta para mi móvil secundario más allá de mi iPhone: es un Android que tengo para probar cosas en mi trabajo y que también me hace las veces de router 5G cuando es necesario. Tener otra tarjeta SIM con sus datos también me vendría bien para cuando analizo un móvil en tanto en cuanto me evitaría el engorro de quitar la SIM principal de mi móvil para pasarla al segundo. Así que aprovechando una oferta, contraté una otra tarifa de datos.
Meses después, me pasé a una tarjeta prepago y es la mejor decisión que he tomado. Es cierto que mi tarifa de datos secundaria era modesta y bastante asequible (cinco euros), pero la realidad es que aunque era poco, la mayoría de meses estaba tirando el dinero. Pero más allá del ahorro, dar el salto al prepago no es el único beneficio.
Todo lo que gano con una tarjeta prepago en mi línea secundaria
Lo obvio es el ahorro. La mayor parte del año no necesito tener una tarifa de datos extra: para mis probaturas me apaño con el WiFi doméstico, así que dejar de pagar de facto cada mes supone tener cinco euros más en la cuenta. Y algo lógico: contraté la línea secundaria con Vodafone, la que me suministra mis servicios de fibra y móvil, por comodidad y precio. Pero eso implica no elegir lo que puede ser mejor.
Adiós muy buenas. Qué fácil resulta contratar o ampliar un servicio y cómo cuesta a veces darse de baja: llamadas con esperas eternas, tener que firmar algún que otro documento, personarse en una tienda... aquí no hay burocracia, no metes más dinero y listo.
No estar atada a una teleco. Mi tarifa secundaria era de 25GB por esos cinco euros, pero en prepago Vodafone lo más barato que tiene son 10 euros al mes. Lo vemos con un par de ejemplos: en Digi puedo conseguir una tarjeta SIM prepago por 5 euros y ojo porque Simyo tiene unas barras para que elijas tus necesidades de llamadas y gigas pagues a medida (si no necesitas llamadas, solo 2 euros por 8 gigas o 4,5 euros por 50GB). Solo tengo que mirar qué ofrecen las operadoras en sus tarifas prepago y elegir lo que más me convenga.
Todo bajo control. Aunque las tarifas móviles incluyen en su totalidad minutos de llamadas gratis y una buena cantidad de gigas, siempre puede haber sorpresas: esa llamada con una tarificación especial o que por ejemplo tengas el roaming activado en una zona no incluida en tu tarifa. Con una SIM no hay problema: el gasto está limitado y además las condiciones son más claras. De hecho, me parece una buenísima opción para adolescentes precisamente por evitar disgustos en la factura. ¿Y los gigas y minutos que no gastas? En cuanto a llamadas, lo normal es que se acumulen y los datos en telecos como Digi te dan un par de días de gracia para que los consumas.
Porque mis necesidades cambian. Puede que haya meses que no me rente tener nada extra, pero otros en los que viaje mucho o me toquen estancias fuera del roaming habitual, en ese caso basta con echar un vistazo a las tarifas prepago en el extranjero y solicitar la que más me interese.
Al terminar el año puede que el ahorro no haya sido tan grande, pero al menos esa inversión en esa línea secundaria se ha aprovechado mucho más. Entiendo que para mi línea principal, que necesito siempre y además consumo gran cantidad de datos, no me conviene, pero en una segunda línea me parece una magnífica idea.
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