Los nuevos terminales de Microsoft: a caballo entre la antigua y la nueva estrategia

Mañana tenemos una nueva cita tecnológica con el evento que prepara Microsoft para presentar sus nuevos terminales. Unos dispositivos que, siguiendo lo que ha sido la tónica habitual este año, pocas sorpresas nos guardan dada la frecuencia y la calidad de las filtraciones. Sin embargo, se trata de unos lanzamientos un tanto especiales por la situación de transición y recuperación en la que se encuentra la compañía.

En principio se trata de la iteración de algunos de sus modelos, en concreto atendiendo a la baja y alta gama, y es al mismo tiempo un fin y un inicio en la estrategia de Microsoft, en la cual la división móvil será uno de los sectores con más cambios debido a la trayectoria en los últimos años. Cambios que el propio Satya Nadella, CEO de Microsoft, explicó en una carta el pasado mes de junio, atendiendo en en lo referente a esta división al catálogo y a la gama de los terminales.

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El punto débil histórico

Esto no pilló de sorpresa en cuanto a que la situación de esta división en la empresa clamaba un cambio. De hecho, no es necesario tirar de números para percibir que Microsoft no es la opción mayoritaria en cuanto a elegir un terminal, basta con atender un poco a lo que vemos alrededor o a la proporción que ocupan en los escaparates. Algo que, pese a ser una estadística acotada y poco precisa, es más o menos representativa de la repercusión en cuanto a ventas que esta división ha tenido en la empresa.

Según recoge el WSJD, las ventas de smartphones Microsoft han sido siempre bajas y han supuesto pérdidas continuas a la compañía. Según estima IDC, en 2015 sólo 3 de cada 100 smartphones vendidos han sido móviles con Windows Phone, frente a un 97% repartido básicamente entre smartphones Apple y Android. Un dato que hace difícil visualizar la previsión que la empresa anunció tras la compra de Nokia de que en 2018 un 15% de la cuota de mercado de teléfonos móviles sea suya.

Una compra que en efecto no resultó tan fructífera como se esperaba. Este pasado julio sabíamos que Microsoft perdía 7.600 millones de dólares debido a la adquisición de Nokia, alrededor del 80% de su valor en dicho momento (9.800 millones de dólares) y que supuso el despido de 7800 empleados, algo que además tuvo un coste de más de 1.000 millones de dólares. Las pérdidas por teléfono eran de 12 céntimos por unidad en los tres últimos meses hasta junio.

Fue entonces cuando Satya Nadella detalló en aquel escrito el nuevo rumbo de la compañía y en qué se iban a centrar; atrás quedaría una época de crecimiento de la mano de Ballmer centrada en los dispositivos y los servicios para iniciar la Microsoft de Nadella, la del móvil y la nube y en la que los perfiles personal y privado son una dualidad. El objetivo principal ya no sería vender el mayor número de móviles posible.

Abarcar menos para hacerlo mejor

Lo más representativo de este nuevo rumbo, y su protagonista indiscutible, es Windows 10, un sistema que más allá de los cambios que representa con respecto a sus antecesores (Windows 8 y Windows Phone 8.1) es la unificación de las divisiones de móviles y ordenadores. Un puente entre estas dos divisiones que pretende ser la principal baza, tanto para captar nuevos usuarios como para conservar los que ya confían al menos en parte del ecosistema de Microsoft.

El nuevo sistema operativo es el eje sobre el que se basa el intento de la compañía por recuperarse

El nuevo sistema es el eje sobre el que se basa el intento de la compañía por recuperarse, algo que posiciona a los analistas que se muestran optimistas o bien todo lo contrario. Defensores como J.P. Gownder (de Forrester Research) afirman que el tirón del nuevo sistema promoverá el interés hacia los terminales que lo contengan, mientras que otros, como Mike Walkley (de Canaccord Genuity) ven esta decisión como una necesidad más que como una elección y están convencidos de que no tienen la suficiente demanda.

La baza del entorno laboral y el plan B

Uno de los pilares de la nueva estrategia es, como decíamos, el uso de los dispositivos en el trabajo, ámbito que tiene una protagonista, la Surface Pro, que supone más de 3600 millones de dólares en ventas. Un caso completamente opuesto al que comentábamos en lo referente a smartphones suponiendo un margen positivo de beneficios con respecto al coste de producción. Dispositivo del cual también esperamos un nuevo modelo en la presentación de mañana.

Y más allá de los dispositivos en concreto, lo que buscan en Microsoft es que tanto a nivel laboral como personal sea el software propio lo que llegue a todos los usuarios y que sean los suyos los programas de cabecera que se usen y necesiten. Prueba de ello es la estrategia multiplataforma en cuanto a lanzamientos y mejora que está llevando a cabo con sus apps, desde la suite Microsoft Office de la cual ya existían versiones en varios sistemas hasta su asistente de voz, Cortana, cuya versión beta ya disponible para Android (en Estados Unidos) y que llegará también a iOS.

Una estrategia que, lejos de ser unidireccional, implica también el facilitar a los desarrolladores que tienen productos en otra plataforma migren sus productos a Windows 10, con los proyectos Islandwood y Astoria, enfocados respectivamente al paso de iOS a Windows y lo mismo desde Android. Aunque ya vimos en detalle en qué consistían estos proyectos y faltará ver si realmente tienen el éxito que pretenden los de Redmond.

Lo que esperamos mañana

Al menos tres terminales esperamos que vean la luz en el evento de mañana en Nueva York (a las 15:00 hora penisular). Tres modelos que cumplirían los objetivos que citaba Nadella en cuanto a centrarse en los tope de gama y en los terminales asequibles, siendo por una parte los Lumia 950 y 950 XL, de los cuales veíamos hace poco las imágenes de la tienda oficial, y por otra el Lumia 550, de menor gama.

Todos con Windows 10, y en el caso de los 950 y 950 XL con la posibilidad de ejecutar Continuum a través del Microsoft Display Dock, una de las principales novedades y que espera ser un reclamo para los usuarios. Por otro lado, al parecer también podrían presentar como decíamos una nueva Surface, así como una versión de la Microsoft Band.

Fuentes cercanas a Microsoft se muestran optimistas con el lanzamiento de Windows 10 y lo que supondrá para la compañía, calculando que hacia mediados de 2018 el sistema estará funcionando en alrededor de 1000 millones de dispositivos. Veremos si al menos a corto plazo el sistema da el empujón que tanto la compañía como los usuarios (a nivel de experiencia de uso) esperamos.

Vía | WSJD
En Xataka Móvil | Lumia 550, 950 y 950 XL: se filtran las características de los nuevos smartphones de Microsoft
En Xataka | Los Lumia 950 y 950 XL se dejan ver en la tienda de Microsoft

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