Las balizas V16 se han olvidado de lo más básico: ayudarnos de verdad en caso de accidente

La obligatoriedad de las balizas V16 no está exenta de polémica. Desde las posibles estafas hasta los avisos sobre futuros accidentes, el caso es que el plan de la Dirección General de Tráfico (DGT) sigue adelante. El próximo 1 de enero todos los vehículos (con alguna excepción) tendrán que llevar en la guantera uno de estos dispositivos conectados.

Ante la petición popular de sustituir las balizas por un móvil, la visibilidad física es el mayor obstáculo. Pero la realidad es que ni siquiera ellas son perfectas. De hecho, fallan en lo más básico: ser una ayuda real para el vehículo que necesita asistencia.

Un dispositivo conectado que no es capaz de avisar a emergencias

Uno de los requisitos más controvertidos de esta nueva normativa es que ya no sirven aquellas balizas no conectadas que se han estado vendiendo durante varios años. Quienes se adelantaran, ahora ven que deben comprarse otra y no pueden devolver la anterior.

El motivo del cambio es que para que no te multen la baliza debe estar dotada de conectividad. Se logra mediante una eSIM incluida, vigente por al menos doce años, y para la cual los usuarios no deben hacer ningún pago adicional ni abonar ningún tipo de cuota anual o mensual.

Al incorporar este eSIM, según explica la DGT, “podremos recibir las coordenadas de tu posición y eso nos ayudará a protegerte, difundiendo que hay un vehículo accidentado al resto de vehículos que se acerquen al lugar del accidente”

¿Y cómo se enterarán el resto de conductores? Esta información llega a los ordenadores de a bordo, navegadores o aplicaciones de movilidad de los coches que dispongan de estos sistemas, pero también a los Paneles de Mensaje Variable de las carreteras. 

Ante este escenario, llama la atención la aclaración que la DGT ha tenido que realizar: “la V16 Conectada no es un sistema de aviso a los servicios de emergencia o eCall. Por tanto, en la medida de lo posible, será el propio conductor el que tendrá que dar la voz de alarma sobre su incidente, desde su teléfono móvil o sistema eCall, si dispone de él".

Es decir, teniendo perfectamente las capacidades de conocer el lugar exacto donde hay un vehículo accidentado y pudiendo transmitir esta información a otros conductores, quien realmente necesita la ayuda se queda desamparado y dependiendo únicamente de que él mismo pueda pedir ayuda a través de su móvil o que lo haga algún buen samaritano con el que se cruce, en caso de que el implicado no pueda hacerlo, bien porque no se encuentre en buen estado o bien porque su teléfono se haya quedado sin batería.

Imagen de portada | Generada con Gemini

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