En carreteras y zonas más despobladas, la velocidad real por usuario aumentará hasta entre 150 y 300 Mbps
El 5G se nos prometió como una tecnología revolucionaria, pero en la práctica, especialmente fuera de los grandes centros urbanos, a menudo ha decepcionado. El problema es sencillo: la banda que ofrece la mayor cobertura (la que viaja más lejos y mejor atraviesa paredes) es la de los 700 u 800 MHz, y su velocidad máxima está limitada no tanto por ser "5G" sino por la cantidad de espectro disponible. Por ello, el 5G en estas bandas bajas, el más extendido en la llamada España vaciada y en el interior de los edificios, prácticamente se ha limitado a igualar la velocidad del 4G. Una pequeña mentira tecnológica que frustraba al usuario.
¿Qué estaba realmente en juego? Para los operadores, el desafío era mayúsculo: lograr que el 5G de largo alcance ofreciese una diferencia de velocidad y capacidad palpable respecto al 4G, sin tener que emplear más espectro que el que tienen disponible, ni llenar el campo de miles de nuevas antenas. Para el usuario, lo que está en juego es la brecha digital.
Una cosa es tener cobertura (que ya es mucho), y otra muy distinta es tener una conexión de calidad que permita, por ejemplo, teletrabajar con grandes archivos o acceder a servicios de IA móvil con la fluidez que exige el presente. La solución a este dilema acaba de llegar de la mano de Huawei con un avance que ha tardado años en hacerse realidad: el primer Massive MIMO comercial en bandas bajas.
Reducir la brecha digital entre redes 5G
La tecnología móvil funciona con un principio de física inmutable: a mayor frecuencia (o banda), mayor velocidad potencial, pero menor alcance y penetración. Por eso, el 5G ultrarrápido (el que promete velocidades de gigabit) vive en bandas medias como la de 3,5 GHz, que solo llega a un par de kilómetros y es fácil de bloquear. El 5G rural o de cobertura más universal, en cambio, utiliza las bandas bajas (por debajo de 1 GHz) y con un solo poste da servicio a muchísimos kilómetros a la redonda.
El problema era que estas bandas bajas tienen una cantidad de espectro muy limitada, lo que acota su velocidad máxima. Hasta ahora, el 5G de 700 MHz era más bien una etiqueta de marketing que una mejora real en la experiencia de descarga del usuario, quedando a menudo en la franja de los 70-100 Mbps, muy lejos de los 500 Mbps que se pueden conseguir en las grandes urbes.
El triple de velocidad y con el mismo espectro
La clave del avance de Huawei se llama Massive MIMO (Multiple-Input Multiple-Output), una tecnología que, simplificando mucho, permite que una antena transmita y reciba datos a muchísimos usuarios a la vez, y en el mismo tiempo y frecuencia. Es como si una tubería, sin aumentar su diámetro, consiguiera enviar agua a muchas casas por conductos virtuales paralelos. Esto se consigue a través de un complejo sistema de antenas (decenas de ellas) y el uso de la técnica beamforming, que concentra la señal en un haz enfocado directamente a cada usuario, desperdiciando menos energía.
Massive MIMO ya se usaba de forma rutinaria y con éxito en la banda de 3,5 GHz, multiplicando su eficiencia hasta por ocho. Pero nadie había podido aplicarla en las bandas bajas (Sub-1 GHz) por un obstáculo puramente físico: a 700 MHz, los elementos de la antena deben tener un tamaño y una separación que obligaban a construir equipos Massive MIMO tan grandes como un coche Mini Cooper, lo que resultaba totalmente inviable para ser instalado en torres de telefonía estándar.
El anuncio de Huawei del primer Massive MIMO Sub-1 GHz comercial es revolucionario porque afirma haber resuelto ese problema de tamaño masivo con nuevos diseños y materiales, haciendo viable la instalación. Y los resultados son muy concretos:
Velocidad multiplicada. La tecnología permite multiplicar por cinco la capacidad en la banda de 700 MHz sin aumentar el espectro. Esto significa que las velocidades de descarga individuales podrían duplicarse o triplicarse en escenarios reales, alcanzando consistentemente 150-300 Mbps para el usuario, manteniendo la gran cobertura que ya ofrece la banda. La gran mentira del 5G rural se desvanece.
Adiós a la congestión. Massive MIMO permite multiplexar o atender hasta 16-22 usuarios simultáneos en la misma frecuencia, frente a los 4 usuarios típicos de las antenas convencionales. En la práctica, esto supone que los operadores pueden manejar hasta un 90% más de tráfico durante las horas pico, lo que es crucial en zonas de alta densidad o eventos multitudinarios. Ya no habrá lentitud desesperante cuando el pueblo esté lleno en verano.
Eficiencia energética y ahorro. Aunque las antenas son más complejas, la eficiencia por bit transmitido es altísima. Se estima que es unas 15 veces más eficiente energéticamente que el 3G. Además, al aumentar la capacidad y el alcance de las estaciones base existentes, los operadores pueden evitar o retrasar la costosa instalación de nuevas torres en muchas localizaciones. Este ahorro se traduce directamente en una mayor viabilidad económica para desplegar el 5G avanzado donde más falta hace.
Un futuro 5G más homogéneo
La verificación comercial del Massive MIMO Sub-1 GHz marca un punto de inflexión. Si esta tecnología se implementa a gran escala, el 5G dejará de ser una experiencia de alta velocidad restringida a las grandes ciudades.
Por primera vez, se puede ofrecer una conexión que es un óptimo equilibrio entre capacidad mejorada y cobertura universal en las zonas rurales españolas. Esto reducirá la brecha digital y abrirá la puerta a aplicaciones de IA móvil, IoT a gran escala y teletrabajo de calidad en lugares donde era impensable.
No obstante, la clave está en el despliegue real. La promesa de Huawei de haber compactado esa antena del tamaño de un coche tendrá que demostrar su viabilidad y durabilidad en el entorno real de las operadoras. Los beneficios son claros, pero la inversión para modernizar miles de antenas existentes sigue siendo enorme.
Es un gran avance que resuelve un problema de ingeniería fundamental, pero el impacto real lo mediremos en los megabits que lleguen a nuestro móvil en la cima de la montaña o en el salón de casa. La tecnología está lista; ahora solo falta que las redes y los futuros móviles también lo estén.
En Xataka Móvil | El primer mapa de cobertura 5G que diferencia dónde navegar más rápido existe: acaba de publicarlo el Gobierno.
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