Noelia Hontoria
EditoraRecuerdo con nostalgia cuando íbamos al cajero automático a pasar la cartilla. La banca móvil nos ha dado la comodidad de no tener que ir al cajero para (casi) nada, pero más allá de consultar si nos ha llegado la nómina o si nos han cobrado bien el pedido de Amazon, hoy en día las aplicaciones de los bancos están cargaditas de motivos para que las visitemos varias veces al día. Estos son los míos.
Un control de gastos (de verdad). Me gusta tener una buena gestión financiera y gracias a la app de mi banco he conseguido liberarme de las hojas de excels de gastos e ingresos que me solía hacer a modo “casero”. Openbank tiene una herramienta llamada ‘Mis gastos de este mes’ que me permiten mirar mes a mes cuánto he gastado en total y además lo desglosa por categorías (transferencias, comercio y tiendas, educación, salud, belleza, casa…). Puedo filtrar si solo quiero ver un tipo de gasto concreto o todos y tener acceso a una gráfica con barras verticales que me muestra los últimos 12 meses.
Esto me resulta la mar útil no solo para tener a raya mis gastos, también para saber qué meses se me suele ir más la mano y así poder ser algo más previsora (o cortarme con los gastos hormiga).
Descuentos hasta para ir al cine. Una función que descubrí hace bien poco es el tema de los descuentos, simplemente por ser cliente. En el apartado ‘Promociones y descuentos’ puedo participar en sorteos simplemente por pagar con mis tarjetas o tener domiciliada la nómina / cuota de autónomo, aunque a mí lo que me resulta más práctico es el tema de los descuentos, porque al final no dependo de la suerte para obtener un beneficio.
Suelo consultarlo prácticamente a diario, ya que se van sumando cada vez más y me va genial para ahorrar un pelín si tengo que comprar algo o quiero sacar entradas para un plan de ocio. Cinesa, Samsonite, La Menorquina o Meller, entre otras, son algunas de las empresas que actualmente tienen descuentos activos solo por ser cliente de este banco y coger el código descuento de su app.
Encender y apagar mis tarjetas. Casi sin darme cuenta me he juntado con un montón de tarjetas diferentes: la de crédito, las de débito de cada cuenta que tengo con este banco, la virtual… Y esto me generaba una cierta sensación de inseguridad, porque sentía que era como tener varias ventanas de casa abiertas. Hasta que descubrí que la app de Openbank tiene un apartado para gestionar al dedillo cómo quiero que funcione cada una de ellas.
Puedo “encenderlas” o “apagarlas”, establecer límites de gasto para tiendas o cajeros, permitir que funcionen en otros países, consultar el PIN o el CVV, habilitar o deshabilitar los pagos por internet o incluso activar beneficios de viajes si tengo a la vista algún desplazamiento a un país con otra divisa distinta al euro. Voy “jugando” con cada una de mis tarjetas para tener siempre la tranquilidad de que las tengo configuradas exactamente como necesito.
Sin olvidarme de lo básico. Consultar el estado de mis cuentas, mirar si ya he cobrado, si han pasado correctamente X recibo o si mi amiga me ha hecho de verdad el Bizum después de tomarnos unos refrescos. Por mucho que las apps de la banca móvil cada vez tienen más opciones para que hagamos con ellas otras tareas que no son exclusivamente mover nuestro dinero, es innegable que a día de hoy el motivo principal por el que más entramos en ellas es para tener nuestros euros bajo control.
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