El acuerdo secreto de la App Store y la "esclavitud" de quienes la hacen posible

El acuerdo secreto de la App Store y la "esclavitud" de quienes la hacen posible
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A principios de esta semana, la Electronic Frontier Foundation hizo público un controvertido contrato que todos los desarrolladores deben firmar para publicar en la App Store de Apple. Gracias a que la NASA había lanzado una aplicación para el iPhone, la EFF obtuvo de ésta todos los detalles del acuerdo con Apple, amparada bajo una ley que permite a cualquier ciudadano de los Estados Unidos pedirle al gobierno los documentos de sus movimientos legales.

Este iPhone Developer Program License Agreement al que ahora todos tenemos acceso, obliga a los desarrolladores a cumplir una serie de puntos que EFF compara con el feudalismo de la Edad Media. Lo cierto es que hasta el más trivial de los que enumera EFF llama la atención (“prohibido hablar sobre este acuerdo”), no obstante la mayoría estas cuestiones no nos sorprenden y aunque se haya exagerado la importancia de algunas (prohibida la ingeniería inversa en el SDK o el sistema en sí, y nada de modificaciones o hacks; cláusulas que caben esperar en ser un sistema cerrado) otras sí que son abusivas, concretamente:

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  • Apple puede eliminar la aplicación en cualquier momento. Hecho que ya hemos comprobado en más de una ocasión.

  • Lo que desarrolles con el SDK sólo se podrá publicar en la App Store. Es decir, si Apple hace uso del punto anterior, tu aplicación queda flotando en el limbo, porque en teoría no puede irse a lugares más libres, como Cydia.

  • Apple no pagará más de 50$ por daños y perjuicios. Ésta es increíble. Por ejemplo, si se corrompiese un juego de Gameloft al llegar a la App Store, la imagen de esta conocida empresa se vería afectada, pero de Apple sólo podrían percibir 50 dólares.

Mi opinión

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La App Store es el paradigma de las tiendas de aplicaciones, y es un estatus que Apple obviamente debe mantener porque de ella maman ya tres de sus dispositivos móviles: iPhone, iPod Touch y iPad. Para ello, tarde o temprano tendrán que replantearse estas condiciones dictatoriales que no sólo afectan muy negativamente a la libertad del desarrollador, también a la del usuario final: ¿por qué puede Apple borrar la aplicación que le dé la gana si a mí me gustaba?, ¿por qué sólo puedo comprar en la App Store si aquí no existe lo que busco?

Vivimos en una época de transición entre “ordenador” y “móvil”. Por bueno que sea el sistema operativo que traiga lo que hasta ahora entendemos por ordenador, nadie lo deja desnudo, sin software de terceros; cada uno le mete a su ordenador lo que necesita y lo que le gusta. Pues bien, ¿no os parecería chocante tener tantas limitaciones para instalar programas en vuestro PC o vuestro Mac? ¿No sería comparable a cierto problema de monopolio que tuvo Microsoft con Internet Explorer?

Steve Jobs dijo hace unas semanas que la próxima actualización del iPhone tendrá un nivel imbatible por fuerte que sea el contraataque del combo Android/Google. Desde mi no-tan-descarada carencia de humildad voy a rebatir al viejo Steve. Por mucho que mejoren el hardware y el sistema, la App Store siempre será la mitad de cualquier iPhone. Si Apple continúa cortando la libertad de los que la hacen posible con tanta frialdad, quizá estos acaben por cansarse (los que ya lo han hecho se han pasado a un fenómeno llamado Cydia).

Otras plataformas que promulgan la libertad o que se han cambiado a tiempo, también tienen sus tiendas de aplicaciones, y aunque no son tan rentables como la de Apple, cada vez llegan a más gente. No digo que lo correcto es que el sistema o las aplicaciones sean libres, digo que lo correcto es que el desarrollador y el usuario tengan —mucha— más libertad de la que Apple les permite. La libertad es una feature importante.

Descarga | PDF del contrato.
Más información | Applesfera, EFF.
Vía | Wired.

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