En poco tiempo veremos como todo objeto que nos rodea irá adquiriendo capacidades para conectarse a Internet y otras redes, incluida nuestra vestimenta.
Hasta ahora se han ido produciendo avances en sistemas de antenas capaces de dotar de conectividad a la ropa común. El problema es que si de verdad se querían integrar en los tejidos, deberían ser flexibles, poderse doblar y volver al estado inicial sin sufrir daños.
Esto es lo que parece han conseguido unos investigadores de la North Carolina State University gracias a la utilización de nanofibras de plata recubiertas de un polímero líquido especial que les da esa flexibilidad y capacidad de recuperación tras retorcerse o doblarse con el uso.
Las nanofibras se colocan en un patrón concreto cuyo tamaño, forma y disposición generan la frecuencia de funcionamiento. Además, aunque se doble la antena, la frecuencia de funcionamiento varía sólo ligeramente, con lo que se puede seguir comunicando con un ancho de banda algo menor.
De momento se trata sólo de un proyecto de investigación, pero al ritmo al que avanzan los gadgets modernos, no me extrañaría que en poco tiempo viésemos ropa con capacidad de conectarse a Internet o por lo menos al móvil, reloj inteligente y tableta.
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