Cada vez existen más protocolos de comunicaciones, más estándares que funcionan en distintas bandas y que para mantener la compatibilidad hacia atrás necesitan nuevos diseños de antenas que funcionen a varias frecuencias pero sin tener que llenar nuestros teléfonos de circuitos.
¿Cómo conseguirlo? Una opción es tener una antena para cada función en la que se vaya a necesitar. Otra es buscar antenas inteligentes que sean capaces de adaptarse a cada tipo de uso, como están haciendo en la Universidad Estatal de Utah (USU).
Se trata de un proyecto de investigación a cargo del profesor Bedri Cetiner y que permite, a través de una antena en forma de matriz que puede variar de tamaño, modificar dinámicamente algunas de sus propiedades, como por ejemplo la frecuencia de funcionamiento su polarización o los patrones de radiación.
De esta forma esperan que sea posible una adaptación rápida a las condiciones instantáneas del canal ofreciendo siempre la mejor cobertura posible con cualquier estándar de comunicaciones que se utilice. Y sobre todo eliminar la necesidad de tener que utilizar múltiples antenas en los terminales móviles.
¿Para cuándo veremos esta tecnología en nuestros teléfonos? Pues aún falta tiempo, ya que están en fase de investigación. Eso sí, parece que el proyecto ha captado la atención de la Fuerza Aérea estadounidense, que les ha concedido una financiación de 1 millón de dólares para que continúen con su proyecto.