Adiós al Lightning, un cable tan odiado como amado: qué hacer con el montón de cables que ya no valdrán

Adiós al Lightning, un cable tan odiado como amado: qué hacer con el montón de cables que ya no valdrán

En memoria del Lightning, un conector con más errores que aciertos que ya ha cumplido su ciclo. Un nuevo puerto para una nueva época en busca de la sostenibilidad

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Mika Baumeister G2lgibbzeem Unsplash

Estoy escribiendo estas líneas sabedora de que en un par de días me llegará mi nuevo iPhone 15 Pro. Se van a cumplir dos años desde que adquirí el iPhone 13 Pro, mi plazo de renovación para tener lo último y además rentabilizarlo. Mientras veo a mucha gente feliz por este cambio, yo tengo sentimientos encontrados con el adiós del Lightning.

Como usuaria del ecosistema Apple desde hace más de una década, ya estaba acostumbrada al batiburrillo de los USB-C de los iPad o de los Macbook conviviendo con el Lightning y la verdad, eran muchos cables y ahora todo tiende a unificarse... o al menos sobre el papel, porque el USB-C se postula a ser el puerto universal, porque en la práctica no será tan fácil. Y yo voy a echar de menos el Lightning, porque tenía sus cosas buenas.

El Lightning fue un paso adelante

Si echo la vista atrás y hago un balance, el Lightning ha tenido más aciertos que errores. Si hay algo que me ha gustado de la experiencia, esa es la comodidad: da igual en que sentido lo colocaras, porque iba a carga el teléfono, algo que su predecesor de 30 pines no podía. Su reducido tamaño ha sido una ventaja, tanto para una marca que busca el minimalismo Apple, como desde un punto de vista más práctico para que usuarios y usuarias pudieran llevarlo a cualquier parte ahorrando espacio. La fiabilidad del Lightning ha sido fantástica (siempre y cuando estuviera en buen estado), tanto de los propios elementos de la casa como del ecosistema de accesorios en torno al puerto (gracias, MFi). Y de la durabilidad tengo pocas quejas, más allá del incidente de los pines oxidados.

Dicho esto, el hate es totalmente entendible: basta con que un día te quedes sin batería y preguntes a tu entorno por un cargador para sufrirlo en tus carnes. Y es lógico: el iPhone tenía un puerto propio y el resto de teléfonos, otro. Y tampoco puede olvidarse algo: algunos de los principales aciertos del Lightning se entienden en comparación con el conector anterior de 30 pines (como el tamaño o la orientación), pero no con el USB-C. En su presentación, Phil Schiller dijo que el Lightning sería un conector moderno para la siguiente década. Acertó de pleno: el Lightning ya merece un retiro dorado porque ha cumplido con creces.

... pero ya ha cumplido su ciclo

Lucian Alexe Yh0utueiz I Lucian Alexe para Unsplash Un batiburrillo de cables. Lucian Alexe para Unsplash

El USB-C da todo lo que el Lightning ofrecía y más. Así, es compacto, fiable, funciona igual de bien independientemente de la orientación, tiene un universo de accesorios de compatibilidad (al menos, para mínimos) y ya lleva años con nosotros, tanto en el ecosistema de Apple como en todo lo demás. Y esto hace que la transición no sea dolorosa, sino más bien un camino de rosas. De mi iPhone 3Gs a mi iPhone 5 tuve que deshacerme del cable y empezar de cero, pero ahora ya cuento con varios cables compatibles y el cargador con cable de mi iPad me va a venir a las mil maravillas.

¿Y ahora qué hacemos con los cables Lightning? Si eres una de esas personas que se ha comprado cualquiera de los nuevos iPhone 15 y si ya no hay generaciones anteriores del teléfono de la manzana mordida en casa, un recordatorio que conviene tener en mente en estos momentos: no deberíamos tirar cargadores ni cables a la basura. Como cualquier otro dispositivo electrónico, como la tele o el ordenador, ha de ser reciclado.

Una encuesta reciente de Reddit sobre cuál debe ser la gestión de los cargadores viejos deja algo en evidencia (que aunque no tiene la seriedad de un estudio oficial nos vale para hacernos a la idea): el 75% de personas no lo hace bien. Así, más de la mitad lo tira a la basura, un 17% lo gestiona guardándolo ad infinitum en un cajón y solo el 25% los lleva a un punto de reciclaje. En España, los aparatos eléctricos y electrónicos deben depositarse en los puntos limpios (fijos o móviles), en gestores autorizados y en los establecimientos de venta de estos aparatos.

Por supuesto, queda otra opción de lo más lógica para aprovechar un cable funcional: usar un adaptador y p'alante. Desgraciadamente el adaptador Lightning - USB-C de Apple no es barato precisamente y de momento, hay pocos adaptadores compatibles y su precio no dista mucho del original.

Este muerto está muy vivo. Que la última generación de los iPhone se libre del Lightning marcando un antes y un después en la estrategia de Apple no significa que de la noche a la mañana este conector y sus accesorios vayan a desaparecer: merece la pena recordar que hay muchas personas que seguirán con teléfonos de la manzana mordida de generaciones anteriores y que el mercado de segunda mano de Apple es de lo más movidito, por lo que otra salida para darle una segunda vida a tus cables y accesorios es la venta de segunda mano.

La adopción del USB-C como cargador universal tiene como uno de los objetivos fundamentales reducir desechos electrónicos fruto de producir y tener más y más cables y cargadores. Así que ahora que vamos a decir adiós al lightning y hola al USB-C en el iPhone, lo suyo sería tener en cuenta el punto medioambiental del asunto.

Portada | Foto de Mika Baumeister en Unsplash

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