Hace poco hicimos una recopilación con alguno de los teléfonos más grandes del mercado, en la mayoría de ellos, se pierde claramente la posibilidad de ser utilizados de forma convencional, con comodidad. El tamaño de sus pantallas condiciona unas dimensiones, peso y diseño que no son las mejores para estar sostener.
Lo de llevarlo a la cara no es cosa nuestras así publicita la compañía coreana al Samsung Galaxy W, con imágenes promocionales en las que podemos ver a los modelos muy contentos con un dispositivo de 7 pulgadas. Antes de seguir adelante, como todo Galaxy, Android es su sistema operativo.
Entendemos que el Galaxy W abre una nueva familia de dispositivos, por encima de los Galaxy Mega - que se mueven en las seis pulgadas -, y con mucho de tablet en sus dimensiones, pero con diseño de teléfono móvil. Los marcos y las proporciones de pantalla - 16:9 - así lo prueban.
El nuevo teléfono no es un portento en especificaciones técnicas, más bien llega para situarse en una gama media de teléfonos gigantes. Lo vemos en su resolución - 1.280x720 píxeles -, también en su corazón de doble núcleo - 1,2GHz -, o en la cantidad de memoria RAM: 1,5GB. Un aspecto destacable y habitual en su país natal, es el soporte a redes LTE-A.
Terminando con especificaciones, tenemos cámaras de 8 y 2 megapíxeles, memoria interna de 16GB - ampliable vía microSD -, y la versión Jelly Bean del sistema operativo Android. Nos parece que la batería de 3.200mAh es algo corta para el tamaño tan grande del dispositivo.
Aunque no se aprecie bien en las imágenes, la trasera cuenta con la textura - simulando piel - estrenada en el Note 3, disponible en colores rojo y blanco. El Samsung Galaxy W sale a la venta en Corea del Sur por un precio que al cambio debería ser inferior a los 400 euros.
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