El regreso de Huawei a la gama alta fue solo un aviso. Su verdadera apuesta es conquistar el volumen de la gama media

Parece que el círculo de la independencia de Huawei está cada vez más cerca de completarse. Tras el golpe sobre la mesa que supuso la vuelta de sus móviles 5G con la serie Kirin 9000, la compañía se había centrado en demostrar su poderío en la gama alta. Ahora, una filtración confirma el siguiente paso lógico: un Kirin 8000, chip 5G de desarrollo propio destinado a la gama media.

Así es el Kirin 8000. Según la información extraída de una app de análisis de dispositivo, este nuevo procesador tiene una arquitectura de ocho núcleos (1+3+4) basada en ARM. Concretamente, un núcleo Cortex-A77 a 2,4 GHz, tres Cortex-A77 a 2,18 GHz y cuatro núcleos de eficiencia Cortex-A55 a 1,84 GHz. Vienen acompañados de una GPU Mali-G610.

No es la arquitectura más moderna, pero es una nueva confirmación de la vía Huawei: no necesita los nodos más avanzados para ser autosuficiente y competitiva, apostando más por la especialización y el control de su producción. Cuestión también de la geopolítica actual, con una EEUU limitando la industria china de semiconductores.

Potencia para un plegable. El chip estará en el interior del Huawei Nova Flip S, un nuevo plegable tipo concha que se sitúa un escalón por debajo de la serie Pocket. Este lanzamiento muestra que Huawei no solo guarda su tecnología para el mercado premium, sino que está lista para llevarla al segmento de volumen: donde se gana cuota de mercado, es decir, en la gama media. Además, el terminal contará con una batería de ánodo de silicio de 4.400 mAh con carga de 66W.

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Hardware y software propios. El lanzamiento del Nova Flip S no se entiende sin la otra mitad de la ecuación: el software. El Nova Flip llegará con HarmonyOS 5.1 preinstalado. Es la consolidación del ecosistema con el que Huawei ya ha logrado ser número uno en China. La independencia es total: su propio chip y su propio sistema operativo, como ya vimos en la familia Pura 80.

Este Kirin 8000 es una pieza más en la estrategia china para blindarse ante sanciones. Mientras Huawei ha dejado de esconder sus chips como el Kirin 9020 y prepara ya el Kirin 9030 para el futuro Mate 80, el gigante chino trabaja en paralelo en reinventar su proceso de fabricación para no depender de nadie.

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