Hoy en día, el calor se ha convertido en uno de los peores enemigos de nuestros móviles, y más ahora en pleno verano. Los procesadores cada vez son más potentes, las pantallas más brillantes y las cargas rápidas más agresivas y todo eso genera un calor bastante complicado de gestionar y es que, cuando un móvil se calienta en exceso no sólo resulta incómodo al tacto, sino que también puede hacer que baje el rendimiento e incluso que se termine apagando para protegerse.
Lo curioso es que no siempre pensamos en el exterior del móvil como un factor clave. Solemos culpar al procesador, a la batería o a la mala ventilación, pero… ¿y si el color del equipo también tuviera algo que decir? Sí, tal cual: el color de tu móvil o de la carcasa puede influir más de lo que crees en cuánto se calienta, así que vamos a meternos de lleno en este tema y ver qué hay de cierto.
Los colores oscuros absorben más calor y sí, tu móvil no es la excepción
La física básica es clara: los colores oscuros, como el negro o el gris, absorben mucha más radiación solar que los claros. Si dejas tu móvil de color oscuro en la mesa de la terraza un rato al sol vas a notar cómo se calienta bastante más rápido que uno blanco o plateado y no, no es un capricho ni un mito urbano, es pura ciencia ya que está respaldado por estudios de física y principios termodinámicos básicos como los que puedes encontrar en investigaciones académicas sobre absorción de radiación y energía térmica.

Este aumento de temperatura en la carcasa exterior puede terminar afectando también al interior ya que el calor se acaba transmitiendo queramos o no y es que, aunque la mayoría de móviles modernos tienen sistemas de disipación térmica bastante eficaces o materiales como el grafeno, si la parte externa está que arde, el calor acaba entrando. Con ello, las consecuencias no tardan en salir a la luz: el procesador se ralentiza, las apps se cierran solas y, en el peor de los casos, el móvil directamente se apaga.
Además, no hay que olvidar que el calor afecta directamente a componentes como la batería a largo plazo, así que lo mejor es que lo mantengas alejados de estas temperaturas siempre que puedas. De hecho, esta es una de las principales causas de que vayas teniendo cada vez menos autonomía por la degradación de la propia batería, así que presta atención porque te puede acabar saliendo muy caro.
Y las fundas, ¿qué papel juegan?
Aquí viene el punto práctico y que más podemos controlar una vez comprado el móvil: la funda. En este caso, si ya hemos elegido “mal” el color de nuestro teléfono no hay que arrepentirse ni mucho menos, pero sí que podemos controlar de qué forma lo cubrimos para que la funda no nos juegue una mala pasada a nivel de calentamiento y acabar empeorando la situación.

En el caso de las fundas, el color también tiene su peso, pero lo que realmente marca la diferencia es el material y la forma. Las fundas gruesas o de materiales poco transpirables, como algunas de silicona o plástico rígido, tienden a retener más calor y dificultar la disipación haciendo que el móvil se recaliente más fácilmente, así que lo mejor es que las evites en la medida de lo posible y optes por opciones lo más finas y con los materiales de mejor conducción térmica posibles.
Qué color de móvil elegir para que esté lo más fresco posible
Con todo esto en mente, no cabe duda de que si eres de los que usan el móvil al aire libre de forma bastante habitual por la circunstancia que sea, lo más sensato es apostar por colores claros: blanco, plata, beige o tonos pastel. Estos reflejan mejor la luz solar y absorben menos calor, por lo que tardan más en calentarse.

Eso sí, también debes tener en cuenta que aunque tu móvil sea blanco como la nieve, si lo dejas al sol toda la tarde terminará calentándose igual, así que también tenemos que usarlo con un poco de cabeza. Por ello, la clave está en combinar el color con un uso responsable: evitar dejarlo en superficies expuestas, no usar apps pesadas cuando ya está caliente y buscar siempre un poco de sombra.
En definitiva, la idea con la que te tienes que quedar es que el color de tu móvil influye en cuánto calor absorbe, sobre todo cuando hablamos de exposición solar directa. Los colores oscuros actúan casi como esponjas para el calor, mientras que los claros lo reflejan mejor y ayudan a mantener el terminal más fresco, así que si eres de los que te preocupa este tema más vale que lo tengas en cuenta a la hora de elegir el acabado de tu equipo antes de comprarlo.
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