Coges tu smartphone, lo desbloqueas, te pones a jugar y a los diez minutos se apaga, justo antes de terminar un nivel. Poco antes la pantalla parecía la puerta del horno. ¿Por qué?
Game over, por jugar demasiado
Los juegos que consumen mayores recursos son aquellos que, por un lado, demandan muchos datos de Internet —conexión permanente online— y, por otro, ofrecen una gran calidad gráfica —procesado de texturas en HD, efectos lumínicos, etcétera—. La suma de estos dos elementos agota la batería. Y a más ciclos de carga y descarga, antes jubilaremos nuestro terminal.
Cuando un terminal se sobrecalienta, todos sus componentes sufren un deterioro
Pero esto no es sólo una cuestión de vida útil para la batería: cuando el terminal se sobrecalienta, se compromete la integridad de todos los componentes. La pantalla, aunque no nos demos cuenta, sufre ligeras fluctuaciones, se dilata y contrae según la temperatura. Cada uno de estos procesos físicos reduce su durabilidad.
Para evitar una muerte prematura, los smartphones cuentan sistemas con bloqueo de seguridad. Los móviles están preparados para funcionar sin problemas durante los 2 primeros años de vida, que coinciden con el periodo de garantía oficial. Eso no significa que pasado este periodo tengan que fallar. Estadísticamente la media de los ciclos de vida se sitúa en 3 años, bien porque “empiezan a ir muy lentos” o porque su batería se descarga en 30 minutos. Así que ya sabes: no juegues con fuego.
Los juegos que más consumen
¿Se puede jugar durante horas y que se acabe estropeando el móvil? Por supuesto. Es difícil, no obstante. Facebook es famoso en los rankings como una de las aplicaciones peor optimizadas: el impacto de rendimiento, consumo de datos y batería es tremendo. Pero cualquier partida maratoniana a ‘Clash of Clans’ deja los datos de Facebook en anécdota.
Según varios informes de AVG Technologies, este videojuego de Supercell llega a consumir cuatro veces los recursos de WhatsApp, que tampoco es precísamente liviana. A nivel energético, conseguir un equipo más eficiente es tan sencillo como forzar el cierre de la mayoría de aplicaciones que operan en segundo plano. También depende de cómo usemos las redes. Reproducir música desde una tarjeta SD reduce drásticamente el consumo respecto a escucharla desde Spotify online.
Todas esas aplicaciones que se quedan operando en segundo plano pueden sobrecargar nuestro smartphone
Aunque no deberíamos echar la culpa sólo a los juegos. De hecho, uno de los factores que más cargan la GPU está en todas esas aplicaciones que se quedan operando en segundo plano mientras nos ponemos a jugar. Es problema está en todos esos juegos que están en constante actualización, que no “hibernan”. En apps como Dragons of Atlantis, el sistema se ve obligado a mantener todo en funcionamiento para cuando quieras volver, agotando la batería.
De ahí que los nuevos smartphones incluyan más núcleos de procesamiento. En un cuádruple, los dos primeros son más rápidos y se encargarán de todo el músculo de procesamiento y los dos siguientes son un apoyo, que hibernan cuando no son necesarios, para ahorrar consumo.
¿Cómo se enfría una batería de móvil?
Se dice que nuestros teléfonos móviles ya son prácticamente ordenadores. Más núcleos, más RAM, procesadores más potentes; todo crece exponencialmente año tras año. Pero no hay ordenador que se precie que no cuente con refrigeración. Largas cadenas de rejillas y ventiladores logran que nuestro equipo sobreviva a unas aplicaciones cada vez más exigentes. Pero, ¿y los móviles?
Por supuesto, cualquier smartphone incorpora hoy día formas de refrigerar el interior del mismo. Las más habituales son las láminas de carbono, sustituidas por las antiguas láminas de aluminio que, al recibir calor, vibran fugando parte de la temperatura excedente.
Las carcasas móviles están fabricadas en materiales de alta conductividad para excusar ese calor sobrante
Luego tenemos la pasta térmica, conocida por cualquiera que haya visto un chip de PC. Esta masa del color de un chicle ayuda a transmitir la temperatura del núcleo a las capas exteriores. Hablando de capas exteriores: las propias carcasas, en sus marcos, están fabricadas de materiales de alta conductividad para excusar ese calor sobrante.
No son pocos los smartphones que incluyen tubos de termosifón bifásico (TTB) para realizar esta tarea: al expandir la superficie afectada, más rápidamente se disipa la temperatura. Y, aunque es una novedad en el mercado móvil, la refrigeración líquida —por gel— está implementándose en las gamas más altas de terminales. Por cierto, las fundas asfixian el móvil. Cuidado con eso.
¿Cuál es la temperatura correcta de una batería?
Una batería se comporta exactamente igual que una pila alcalina, aunque su sistema de carga difiere. Recientemente, ‘Pokémon Go’ ha abierto un debate sobre cuál es la temperatura correcta de un terminal antes de quedarse frito. Los videojuegos son las aplicaciones que más recursos demandan: gráficas, de ciclos de lectura/escritura, etcétera.
Las baterías no operan bien bajo temperaturas inferiores a 10° y superiores a 50°
Esta exigencia para el procesador y la RAM se traduce en mayor consumo de batería. Es un ciclo redundante porque a mayor exigencia, mayor consumo y mayor temperatura. Las baterías no operan bien bajo temperaturas inferiores a 10° y superiores a 50°, por lo que la media adecuada está en torno a los 25-30°.
Por cierto, poner a cargar el smartphone cuando está a 50° ayudará a que acabe tostado. En estos casos conviene apagarlo y dejarlo reposar hasta que alcance una temperatura segura, que podemos comprobar con cualquier software tipo Coolify. O el daño puede ser irreversible —o se quedará bloqueado, el denominado bricking—.
¿Qué trucos existen para que el sistema siga funcionando?
Que las baterías han sufrido un estancamiento tecnológico es algo de sobra conocido. No es culpa de nadie, simplemente aún no se ha dado con materiales económicos y prácticos de instalar y que rindan mejor que los actuales. No nos olvidemos que dentro de cada batería se está produciendo una reacción química a escala controlada.
Fabricantes como Mediatek han reducido el tamaño y evolucionado exponencialmente rendimiento de los procesadores
El funcionamiento de una batería de litio-ión es muy sencillo: celdas de dos electrodos de metal o de material compuesto —a base de carbono—, están inmersos en un electrolito. Cuando ésta está cargada, se produce un circuito cerrado donde las partículas ionizadadas pasan del campo positivo al negativo, yendo hacia los bornes de la batería. Cuando la batería recibe corriente, el proceso es inverso. Lo que llamamos cargar las celdas.
Los fabricantes, en cambio, sí que han evolucionado el tamaño y rendimiento de los procesadores, clave a la hora de poder montar baterías mayores y, por tanto, generar menos calor. De ahí que sea tan importante pasarse a la última gama si queremos usar aplicaciones actuales: que exista una paridad entre las exigencias y lo que tenemos. Mediatek, por ejemplo, ha entendido esta máxima: un smartphone del siglo XXI no puede sacrificar autonomía por ofrecer un poco más de potencia. Necesitamos las dos cosas.
¿Quién es MediaTek?
Experta en este tipo de soluciones, Mediatek es una firma con un montón de años de experiencia a la espalda. Grandes marcas como ASUS apuestan ellos —la familia ZenPad monta procesadores MediaTek MT—. Además son una de las fabless —fabricante de semiconductores sin planta de fabricación propia para las obleas de silicio— más importantes del mundo.
MediaTek logra que el microprocesador trabaje con menor tensión umbral, reduciendo el gasto y la temperatura
Su filosofía apuesta por la máxima eficiencia energética. ¿Cómo se consigue? Básicamente logrando que el microprocesador trabaje con menor tensión umbral. La tensión umbral es el punto donde un transistor se enciende: cuando se llega a la carga necesaria, éste empieza a conducir la energía; cuanto menor sea el voltaje, más se reduce el consumo. Operar a niveles tan bajos puede provocar fugas de voltaje. Y para solucionarlo es necesaria una fabricación más exhaustiva.
Jugando sin miedo
La arquitectura abierta de Android esconde una doble lectura: que una aplicación sea compatible para tu móvil no significa que sea segura. Muchas no poseen una buena optimización de recursos y están pesimamente programadas.
Mediatek ofrece dos soluciones integrales a los dos problemas más gordos: por un lado contamos con CorePilot, un mecanismo interno que reorganiza por prioridad las tareas en ejecución para ahorrar energía de manera dinámica. Esta flexibilidad es ideal para aumentar y reducir la carga gráfica en cuestión de segundos. Así, la batería optimiza cada gota de energía.
Helio X20 está compuesto por potentes 10 núcleos: suficiente para ejecutar cualquier videojuego
Por otro lado tenemos el componente que da sentido a CorePilot: la CPU Tri-Cluster. Hasta un 70% de ahorro energético respecto a la anterior generación, esta arquitectura de 10 núcleos (deca-core) ofrece la energía de manera eficiente. No se trata de estar funcionando al 100%, sino que entrega exactamente lo que el smartphone demanda en cada ocasión. Esta lectura se logra haciendo una monitorización interna de la temperatura y los ratios de consumo de cada app.
Su nueva CPU Helio X20 está compuesta por una ARM dual Cortex A72 a 2.3GHz, 4 núcleos Cortex A53 a 1.85GHz y 4 núcleos Cortex A53 a 1.4GHz. Está preparado para operar en 6 núcleos de máxima potencia y 4 núcleos en modo de ahorro, incluso dejar reposar la parte gráfica según las necesidades. Con estos mimbres, nunca más tendremos miedo a ejecutar videojuegos actuales y a disfrutar de nuestro smartphone durante todo el día.
Ver 3 comentarios