Con la omnipresencia del smartphone en todos los ámbitos no son sólo los adultos quienes utilizan sus pantallas táctiles, el uso de los móviles fue llegando progresivamente hasta las edades infantiles. Incluso a niños de escasos años, algo tan habitual como peligroso. Y así lo alertan los pediatras: la asociación de pediatría catalana ha elaborado una guía de uso con claras recomendaciones para los padres.
Con un hijo en la mayoría de edad que ha coexistido con la explosión del smartphone, reconozco que más de una vez le dejé el mío para que se entretuviera jugando o reproduciendo sus vídeos preferidos. No es que el smartphone sea una herramienta peligrosa per se, pero conviene tener en cuenta las implicaciones para el crecimiento de los más pequeños. Porque un acercamiento progresivo conforme ganan edad es lo más recomendable, siempre siguiendo unas pautas que impliquen límites de tiempo y de contenido. Así lo confirman los pediatras.
De 0 a 3 años no deberían usar pantallas
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Si bien dejarles el móvil a los niños puede ser positivo dependiendo de los rangos de edad, los pediatras tienen claro un dato importante: de cero a tres años no deberían utilizar ningún tipo de pantalla. Según la guía elaborada por la Societat Catalana de Pediatria, los padres deben evitar incluso el uso del smartphone delante de sus hijos. Dada la necesidad comunicativa y de juego patente en esta etapa, cualquier interacción con pantallas puede resultar contraproducente.
Con el crecimiento las necesidades de los niños van evolucionando, también su relación con los smartphones. Atendiendo a los distintos rangos de edad, la guía establece las siguientes recomendaciones:
- De cero a tres años. Los pediatras recomiendan que los niños no utilicen ningún tipo de pantalla. Además, valoran que los padres no utilicen sus dispositivos cerca de sus hijos.
- De tres a seis años. Pueden iniciarse en el uso del smartphone de forma controlada, limitada y bajo la estricta supervisión de sus padres. La recomendación es que el tiempo diario no suba de los 30 minutos y que tampoco sea una rutina diaria.
- De seis a doce años. El tiempo puede incrementarse hasta la hora diaria supervisando los contenidos para que sean adecuados a las edades. En el caso de que los niños necesiten un móvil, los pediatras recomiendan que no sea un smartphone. Las redes sociales quedan fuera del uso recomendado.
- De doce a dieciséis años. El uso autónomo del smartphone debería llegar cuando loa adolescentes se muestren suficientemente maduros y responsables. Los padres deben estar al tanto del uso que hacen sus hijos de los dispositivos, especialmente de las redes sociales: la recomendación es que los hijos compartan las contraseñas para que los progenitores supervisen y acompañen durante el proceso de uso.
Aparte de la guía de uso de la asociación de pediatría catalana, estudios presentados por la sociedad española de pediatría recalcan el enorme poder que tienen los smartphones en la edad infantil y adolescente: pese a que está demostrado que fomentan el aprendizaje y facilitan la comunicación y socialización, el riesgo de un uso excesivo y de problemas de salud mental relacionados con la ansiedad y depresión son patentes.
Las recomendaciones son claras: como padres, debemos educar en el uso saludable de los dispositivos electrónicos y en cómo limitar la sobreexposición a las pantallas. Y esto atañe a cómo utilizamos dichos dispositivos delante de nuestros hijos, no sólo a cuando se los dejamos para que los utilicen. Los psicólogos llevan tiempo alertando ante los riesgos de una exagerada dependencia de nuestros smartphones.
Imagen de portada | Iván Linares
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