Motorola Edge 30, análisis: un gama media con peso pluma y poco que envidiar a la gama 'Pro'

Ya conocíamos el Motorola Edge 30 Pro, pero la compañía tecnológica con sede en Lubertyville se guardaba todavía una sorpresa. Y es que no puede haber nada 'Pro' sin su versión estándar y por ello el Motorola Edge 30 viene a ganarse un hueco en la gama media con especificaciones recortadas frente a su hermano mayor, aunque quizás no tantas como cabría esperar.

Un buen panel OLED, un rendimiento potenciado por el Snapdragon 778G+ o un juego de cámaras traseras idéntico al del modelo 'Pro' son las mayores bazas de este terminal. En Xataka Móvil hemos probado a fondo este Motorola Edge 30 y te traemos nuestras conclusiones en este post.

Ficha técnica del Motorola Edge 30

Un peso ideal y con buenos componentes para el consumo multimedia

Lo primero que notamos al sostener el dispositivo es que es tremendamente ligero y probablemente se nos escape alguna que otra vez más en este artículo, pero es que es una absoluta gozada poder sujetar este móvil sintiendo que llevas un móvil compacto. Realmente no lo es o al menos no tanto como otros terminales de la competencia, pero se siente así. A todo esto, ayuda también que haya un grosor mínimo, notándose aquí el trabajo de Motorola en cuidar al dedillo el dispositivo.

Tampoco el ancho del dispositivo parece ser un pesar evitando esa sensación de cansancio o dolor de mano al sostenerlo durante varios minutos. Sus laterales pseudo rectos (tienen una ligera curvatura) también ayudan. Con y sin funda, sus materiales parecen robustos como para no resbalar. Eso sí, conviene usar una funda para evitar huellas, ya que las atrae con facilidad. Por suerte, en la caja viene una transparente que permite lucir ese color gris en el que está disponible que, viéndolo en persona, tiende a estar más azulado.

En lo referente a su pantalla OLED, poco podemos recriminar. Se ve de fábula, sin saturar en exceso los colores y con una tasa de refresco demencial de hasta 144 Hz que aporta mucha fluidez al funcionamiento, aunque luego te contaremos el punto negativo de esto. Sí que quizás podemos sacar una pega al brillo, dado que en exteriores flojea bastante y cuesta ver el contenido. Son esas condiciones duras para cualquier smartphone, pero podría ser mejor y hay que decirlo.

En cuanto a sonido, decir que su sistema de altavoces estéreo mejora la experiencia de uso de forma considerable, especialmente en el terreno del consumo en streaming. Personalmente, no soy muy dado a ver series en el móvil, pero tuve que hacerlo para las pruebas de este terminal y he de decir que el conjunto del audio y la pantalla hizo que la experiencia me fuese muy amena. Tanto por calidad con el Dolby Atmos, como por comodidad en conjunto con el tamaño del dispositivo.

Buen rendimiento, aunque con un lector de huellas desacertado

Teniendo siempre el contexto de ser un dispositivo de gama media, tirando más hacia la alta, lo cierto es que tampoco se puede exigir en exceso. Es un móvil con buen desempeño a nivel general, brillando en tareas cotidianas (redes sociales, juegos casuales, edición básica de fotos...), aunque con una evidente y natural lentitud cuando la multitarea está a tope y se le exige más de la cuenta (juegos exigentes, aplicaciones de edición avanzadas...). En cualquier caso, nada que se salga de lo normal en un móvil de gama media.

Así quedan sus puntuaciones en benchmark frente a sus competidores directos con procesador similar:

Donde si vemos una clara deficiencia es en el desacertado lector de huellas. Su ubicación ha mejorado respecto a su hermano mayor, el Motorola Edge 30 Pro, ya que se ubica debajo de la pantalla y el otro estaba en el lateral. Sin embargo, es muy lento. No es como para desesperarse, ya que al final el asunto no pasa de 1 segundo, pero le resta esa sensación de fluidez que abunda en el sistema con los 144 Hz, por lo que nos queda la sensación de que podría haber compensado renunciar a la comodidad y ubicarlo en el lateral si esto supone un reconocimiento más rápido.

En lo que al software respecta, este móvil es un Android Puro al 98%, lo cual es una excelente noticia de cara a que el rendimiento también sea lo más fluido posible, sin bloatware y tan solo con un par de elementos propios de la marca como su app de consejos. Lleva además Android 12, por lo que podemos disfrutar de novedades funcionales, pero también estéticas con Material You.

En lo que autonomía respecta, decir que este Motorola Edge 30 bebe mucha batería con los 144 Hz activados, por lo que cada uno debe poner en una balanza si prefiere la fluidez que aporta o llegar al final del día con batería. Y es que, con esta modalidad llegamos a la noche con la batería ya agotada en un uso normal.

Sin embargo, gana enteros con la opción adaptativa que hace que el dispositivo se mueva en 60 o 144 Hz dependiendo de la situación, lo cual optimiza mucho el consumo de batería. En estos casos y con un uso normal, pero intensivo, hemos llegado al final del día con poco menos de un 10% y 7 horas y media de pantalla. No es una locura como para ser esto un punto fuerte del dispositivo, pero parece más que razonable en un uso cotidiano.

Sus tiempos de carga son destacables para bien. No es que sea el móvil con carga más rápida, ni mucho menos, pero en solo un cuarto de hora ya da un 30% extra de batería y más de un 60% tras media hora, cargando por completo en poco menos de 1 hora.

• 10 minutos: 18%
• 15 minutos: 32%
• 30 minutos: 63%
• 40 minutos: 81%
• 50 minutos: 96%
• Total (100%): 56 minutos

Misma cámara principal que el 'Pro', pero la frontal...

Ante de hablar de los resultados fotográficos, es interesante mencionar los detalles de la interfaz de cámara de este dispositivo. No tiene nada especial que nos haya hecho sorprendernos, pero sí resulta llamativo (y de agradecer mucho) que incorpore todas las opciones a la vista, tanto modalidades de la cámara, como funciones adicionales (temporizador, flash, HDR...). Además, ofrece un modo manual llamado Pro que precisamente se orienta a los usuarios más avanzados que quieran moldear los ajustes a su gusto antes del disparo.

Entrando ya en detalles de fotografía, decir que la apuesta de Motorola por incorporar en este modelo estándar la misma triple cámara que en el modelo 'Pro' es de agradecer, pues se lleva todo lo bueno de esta. En contraparte, también arrastra todos sus puntos débiles. Veremos resultados a continuación, pero ya te avanzamos nuestra satisfacción general con los resultados, con unas lentes solventes en todos los ámbitos, pero con una gran pega si hablamos de la frontal.

Con el HDR activado y su ajuste automático, obtenemos un resultado con un color muy equilibrado y que destaca sobre todo por no perder excesivo detalle al ampliar. Y esto es algo llamativo teniendo en cuenta que la lente principal "solo" tiene 50 Mpx. No es quizás equiparable a móviles de la más alta gama, pero no se aleja en exceso, por lo que es un punto a favor del tratamiento que ha hecho Motorola de este apartado.

La lente ultra gran angular sigue muy bien el ritmo a la principal, ofreciendo buenos resultados a nivel general y con una calidad de detalle esperable en los lugares más alejados del foco. Son 114 los grados de visión que ofrece, siendo por tanto una cámara más que apta para captar según que escenarios que de forma normal no se adquieren en conjunto con la lente principal.

La foto anterior demuestra que no era precisamente un día soleado cuando se tomó, pero pese a todo, la cámara fue capaz de captar buena luz y dar naturalidad al resultado en cuanto a color. Todo ello con un recorte casi perfecto del fondo. Flojea un poco en algunos puntos problemáticos como el pelo y no acaba de acertar con la oreja, pero es algo casi anecdótico que no ensombrece el buen hacer de este popular modo de fotografía. Incluso interpreta bien el espacio entre los brazos y el cuerpo.

Ya con el sol caído y poca luminosidad entra en escena el modo noche. No será este el móvil que ofrezca mejores resultados aquí, pero sí que da buenos resultados con poco tiempo de exposición y sin exagerar de sobre manera las escenas mediante software. Y aunque pierde mucho detalle del suelo u otros elementos, no supone una debilidad tan importante como quizás podíamos imaginarnos en este rango de precio.

Entramos ya en terreno pantanoso al hablar de la lente frontal. No es que el sujeto (un servidor) sea quizás el más idóneo para hacer lucir una fotografía, pero esta cámara delantera tampoco ayuda. Es una cámara mala sin paliativos. No desentona en color, siguiendo el equilibrio que encontramos en las traseras, pero peca de ofrecer poco detalle y abusar de un "modo belleza" que le resta naturaleza al resultado.

Y si la cámara frontal dejaba que desear en condiciones de buena luminosidad, no podíamos esperar milagros de noche, aunque no ha sido tan malo como cabría esperar. Es positivo que, pese a no aumentar el tiempo de exposición, sí que haya una especie de "modo noche" conseguido por aumentar la luminosidad de la pantalla. Sin embargo, se multiplican las carencias respecto al día, ofreciendo mucha menor nitidez si cabe.

Cerramos con las conclusiones finales de unas cámaras que, pese a ser buena, nos dejan un sabor bastante agridulce. Da la sensación de haber dos mundos diferentes entre la cámara frontal y las traseras. Al final cada uno hará un uso diferente del dispositivo y habrá quienes crean que está bien como está, ya que de algún sitio había que recortar en este Motorola Edge 30 que, no lo olvidemos, vale 500 euros. Sin embargo, habrá quienes prefieran algo más equilibrado, renunciando a prestaciones de las traseras y mejorando la frontal. Yo personalmente me decanto por lo segundo, pero en gustos personales no hay ninguna norma escrita.

Motorola Edge 30, la opinión de Xataka Móvil

En una gama de móviles cada vez más competida, es digno de valorar que Motorola siga apostando y lo haga tratando de dejar huella con dispositivos como este Edge 30. Un juego de cámaras traseras que en buena parte de sus modalidades puede competir con la gama alta, destacando su exquisito modo retrato. Un móvil apetecible para el consumo multimedia por tamaño y pantalla.

Aunque también hay puntos débiles como su floja cámara delantera o el excesivo (y esperable) consumo de batería con los 144 Hz, además de un brillo que se antoja insuficiente en exteriores. Sin embargo, no encontramos un elemento de tal relevancia que impida recomendarlo. Y más si tenemos en cuenta como la gama media cada vez aumenta más sus precios sin encontrar siempre un equilibrio software-hardware como el de este terminal. El Motorola Edge 30, por 500 euros e incluso 400 con ofertas, se antoja irresistible. Muchos hercios, mucha cámara y sin enterarte que lo llevas encima con sus 155 gramos.