VPN contra DNS privado: parecidos, diferencias y cuál es mejor usar según el momento

  • Usar una VPN o un servidor DNS privado ayudan a mejorar nuestra privacidad y seguridad al navegar por la red

  • Esto es lo que recomendamos usar si navegas desde tu móvil u ordenador, entre otros dispositivos inteligentes

DNS VS VPN
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El acceso a Internet es prácticamente necesario para todos los usuarios hoy en día, pero conlleva algunos riesgos que debemos considerar. Cuando navegamos por la red, ya sea utilizando un navegador o revisando las pelis que han añadido en la mejor plataforma de streaming, estamos compartiendo datos privados que los sitios web utilizan para personalizar la experiencia.

Es por ello que conviene revisar ciertos aspectos del router que recomendamos cambiar, ese dispositivo que posibilita la conexión. Seguramente hayas oído de hablar de los conceptos DNS Privado y VPN (Virtual Private Network, por sus siglas en inglés), que forman parte de las técnicas que los usuarios utilizan para navegar de forma privada y segura. Te contamos en qué consisten estas tecnologías, sus diferencias y cuándo es mejor utilizar una u otra.

Qué es un DNS privado y una VPN

Antes de entrar en materia, debemos explicar detalladamente qué son ambos conceptos, y es que aunque son parecidos, distan mucho en la práctica. En primer lugar, un DNS (Domain Name System) privado se refiere a un servidor que permite sustituir las DNS que nuestro operador o fabricante implementa en los dispositivos que poseemos.

Vpn MikeKane en PxHere

Como quizá ya sepas, las DNS son las encargadas de "traducir" la dirección de un sitio web al que entramos (por ejemplo xatakamovil.com) por la IP correspondiente, necesaria para acceder a dicha página. De manera predeterminada, los sistemas operativos que utilizamos en el móvil y otros dispositivos ya vienen con algunas predeterminadas, para así facilitar al usuario el propio uso.

Al utilizar un servidor DNS privado, estaríamos usando un "traductor" diferente al que viene por defecto, proporcionando por ende más libertad. Cabe mencionar que los operadores y proveedores de servicio, pueden bloquear webs usando sus DNS, y dejándonos sin la capacidad de acceder a ciertos sitios web.

En el otro lado de la cuestión tenemos las VPN. Una VPN es una red privada virtual que al contrario que un servidor DNS, es capaz de esconder nuestra sesión de navegación. Son conceptos complementarios, pero lo cierto es que una VPN es capaz de camuflar tu dirección IP para anonimizar todo lo que hagamos.

Lo que en realidad hacemos al conectarnos a una VPN es añadir un filtro intermedio que oculta ciertos parámetros. A modo de resumen: no accedemos a Internet directamente desde nuestro proveedor, sino que lo haríamos a través de los servidores de la empresa que nos suministra la VPN.

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Principales diferencias y similitudes

Una vez aclarados los conceptos y su funcionamiento (de manera entendible para cualquiera), pasemos a ver qué diferencias y parecidos tienen, lo que nos ayudará a entender aún mejor estas dos posibilidades de conectividad.

Comencemos por las semejanzas entre VPN y DNS privados:

  • Protección de nuestra privacidad: ambos conceptos nos proporcionan una mayor privacidad, pues actúan como filtro entre el cliente y el ISP (proveedor).
  • Protección contra ataques maliciosos: de igual manera, podemos prevenir ataques provenientes de la red como phishing y malware con un DNS privado; las VPN van más allá cuando usamos WiFi públicas.
  • Desbloquean sitios web: mientras que una VPN nos permite acceder a webs desde el "extranjero", las DNS permiten desbloquear contenidos que nuestro operador ha restringido.

Como hemos visto, comparten algunas similitudes pero precisamente en ellas, con matices, radican también las diferencias entre ambas tecnologías:

  • Seguridad: las DNS no encriptan nuestra navegación, ni consiguen ocultar nuestra ubicación real. En este sentido, una VPN es mucho más eficiente para incrementar el nivel de seguridad, por lo que nuestro proveedor no será capaz de leer lo que hacemos en Internet.
  • Velocidad: por regla general, utilizar un DNS privado no ralentizaría nuestra conexión a la red, como si ocurriría con una VPN que no tenga servidores de calidad o que soporten una carga alta de tráfico.
  • Compatibilidad e instalación: todos los sistemas actuales soportan el cambio de DNS por unas privadas, mientras que en el otro lado, para usar una VPN dependemos de su aplicación nativa -o bien procedemos a instalarla directamente en el router- dejando fuera dispositivos que no gocen de compatibilidad con esta. Además, suele ser más fácil insertar el DNS que configurar una red privada virtual.
  • Coste: este punto más bien depende del proveedor de uno u otro servicio pero las suscripciones de VPN suelen ser más costosas, algo que debemos considerar si vamos a elegir una.

¿Debo usar un DNS? ¿O una VPN? ¿En el móvil, ordenador o ambos dispositivos?

Servidor Dns

Verdaderamente, el quid de la cuestión de cara al usuario es conocer cuál es la mejor elección, si es que necesitamos quedarnos con una, pues como hemos dicho anteriormente, son complementarias.

Ahora bien, para un usuario estándar (ni muy avanzado, ni básico) que utiliza varios dispositivos inteligentes en su día a día, la elección ideal será una VPN. Eso sí, siempre y cuando utilicemos múltiples dispositivos como smartphones, tablet, Smart TV, portátiles, etcétera. En este punto, debemos considerar un aspecto: instalar la VPN en cada uno de estos aparatos o hacerlo en el router para que se aplique a todos. Todo dependerá de nuestros conocimientos técnicos.

Cambiemos de foco, y supongamos que sólo utilizamos el smartphone en nuestra vida digital. En este caso, considera tus necesidades en materia de privacidad y seguridad (revisando la sección de parecidos y diferencias), pues el móvil aglutina todo tipo de información personal. Siendo honestos, recomendamos de igual manera el uso de una VPN en el móvil.

Si por el contrario, nuestras aventuras en Internet tienen lugar desde un ordenador, y no nos preocupa demasiado nuestra privacidad, más allá de desbloquear contenidos restringidos por el operador (y que lo hayan hecho mediante DNS), optar por un servidor DNS privado será más sencillo, a la par que económico.

En definitiva, tenemos el poder de elección y despejadas las dudas, nos habremos percatado de que todo depende de nuestras necesidades. No hay un servicio mejor que otro, pero si nuestra preocupación es la privacidad, sólo hay uno capaz de protegerla. Los conocimientos técnicos que tengamos también podrán decantar la balanza de uno u otro lado, aunque nuestro propósito es disfrutar de una conexión a Internet lo más optimizada posible.

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