Fabricar teléfonos en Europa es una buena noticia, pero si la UE quiere volver a ser importante en el sector necesita un sistema operativo

Fabricar teléfonos en Europa es una buena noticia, pero si la UE quiere volver a ser importante en el sector necesita un sistema operativo

7 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Ue 3

Hubo un tiempo en el que Europa partía la pana en el mundo del smartphone. Es más, incluso en cierta época Nokia llegó a rozar cuotas de mercado del 50%. Hace unos 25 años Alcatel y Ericsson se peleaban de tú a tú con la firma finlandesa y con la americana Motorola. Siemens también tenía su parte del pastel y daba lecciones de diseño. Hay otras firmas en el recuerdo como Phillips o Vitelcom. Todas tienen algo en común: son marcas europeas y su papel en el sector del smartphone a día de hoy es o bien secundario o directamente inexistente. Ayer HMD anunciaba algo histórico para Europa:  los móviles  Nokia 5G se fabricarán en Europa. Pero esta decisión debería ser solo el principio: si UE quiere volver a ser alguien en el sector de los smartphone necesita algo más. Un sistema operativo.

Las fechas que maneja HMD Global señalan este hito para el tercer trimestre de 2023, aunque la operación se llevará a cabo de forma gradual. Este cambio es histórico para el sector tecnológico europeo, que en las últimas décadas ha visto cómo perdía la batalla de la fabricación de móviles. Hasta la sostenible Fairphone de Países Bajos manufactura sus terminales en China.

Img 8604

La competición por el precio más bajo fabricando teléfonos en Europa la tiene perdida, pero también puede hacer de esta debilidad una virtud: ¿habría usuarios interesados en adquirir teléfonos made in Europe aunque previsiblemente serán más caros? Apelar a la reducción de huella de carbono y las políticas ambientales de la UE, los derechos laborales (aunque de lo más dispares en función de cada país), los estándares de calidad o incluso a nivel estratégico: a la independencia de Asia para  la fabricación, algo que también interesa a nivel económico y gubernamental, habida cuenta de la reciente ley europea de chips.  Quizás un sello made in Europe podría ser un reclamo. Por supuesto, trasladar la producción al viejo continente significa tiempo y dinero: que se lo pregunten a Intel en Alemania, a STMicroelectronics y GlobalFoundries en Francia o a TSMC, cuya fábrica no estará disponible previsiblemente hasta 2025.

De cómo Europa dejó de ser protagonista en la fabricación de teléfonos

Hay dos puntos de inflexión en los que Europa perdió la partida: cuando internet comenzó a estar disponible en redes móviles y las malas decisiones estratégicas y económicas. Por un lado, las telecos europeas limitaron a sus clientes a sus portales de navegación privado implantando el estándar i-mode nipón con escaso éxito, lo que se tradujo en que las inversiones en licencias 3G se marcharon a otras localizaciones. Por otra, precisamente Nokia, que en aquellos momentos partía de una posición privilegiada en el mercado, se obcecó en Symbian. Quizás una evolución de Symbian a lo que demandaba el mercado habría sido la solución, mostrándose como una alternativa al primigenio iOS del iPhone y después a Android.

Una (o varias) de hipótesis. Quizás podría haber pasado por Meego, el sistema de la antigua Nokia. Como curiosidad, la empresa Jolla recogió su esencia en el sistema operativo Sailfish OS que actualmente se puede instalar manualmente en algunos dispositivos. Quizás podría haber sido que Nokia adoptara Android, nunca lo sabremos.

En esa época hubo un cambio de paradigma con el teléfono: ya no era un dispositivo para llamar con algunas funciones extra para convertirse en pequeños ordenadores multitarea con acceso completo a internet. Cuando el sistema operativo era lo más importante, Europa se quedaba sin cartas.

Obviamente a toro pasado es muy fácil hablar. Por aquel entonces pocas personas fueron capaces de vislumbrar la importancia del binomio hardware y software consiguiendo una experiencia global amigable e intuitivo para la época. Precisamente una de ellas fue Eric Schmidt, que antes de CEO de Google estuvo en el consejo de dirección de Apple.

Fabricar en Europa debería ser "solo" el principio

Con esta decisión HMD Global se convertiría en el primer fabricante "importante" en manufacturar sus teléfonos en Europa y cerraría su círculo de producción en el continente: desde 2019 tiene sus centros de datos localizados en Finlandia. Este punto es importante y más teniendo en cuenta su visión de futuro:

Nuestros planes de futuro incluyen una mayor  inversión en seguridad de software, con la intención de ofrecer software y  funciones de seguridad personalizados directamente a los clientes. (...) Estos avances dan continuidad al compromiso de HMD de realizar operaciones seguras y transparentes dentro de Europa. HMD aplica una  metodología de “seguridad de software y privacidad desde el diseño” por  la cual todos los datos de clientes y empresas se almacenan y procesan  en servidores de Finlandia desde 2019.

Seguridad y privacidad. Software. Tres palabras clave en el asunto en tiempos en los que cuesta saber qué y a dónde van los datos que compartimos a diario cuando usamos nuestro teléfono móvil y sus aplicaciones. Europa tiene una política de protección de datos más sensible con los usuarios que Estados Unidos y China, pero esas dos potencias tienen todo lo demás: (el grueso del) diseño, fabricación y son el hogar de los sistemas operativos que dominan el panorama smartphone.

Porque la realidad es que a día de hoy quien fabrique el teléfono es relativamente irrelevante, ya que prácticamente todos se ensamblan en Asia. El sistema operativo de los teléfonos es un duopolio de Google y Apple, dos empresas americanas: la primera conocida por su afán de recaudar datos y la segunda, creadora de un ecosistema cerrado de dispositivos y sistema operativo.

¿Está Europa en disposición de contar con su propio sistema operativo mainstream?  No y a día de hoy parece imposible, pero hay mimbres que invitan al optimismo a medio - largo plazo: el interés que ha demostrado la UE por ser independiente y su propia legislación específica por un lado y la decisión de fabricantes de comenzar a fabricar suministros con el retorno de Nokia podrían culminar en un clúster tecnológico. Pero igual es ya demasiado tarde y como pasó hace dos décadas, sea necesario un nuevo cambio de paradigma que deje obsoleto el smartphone tal y como lo conocemos.

Comentarios cerrados
Inicio