Tras 15 años usando iPhone, lo que espero de los nuevos iPhone 17 no es IA o más batería: es poder usarlos cuando hace mucho calor

Tengo uno de los mejores teléfonos del mercado: se convierte en un ladrillo en cuanto la temperatura supera los 30 grados

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Eva R. de Luis

Editor Senior

Mi primer iPhone fue el 3GS y llegó a mi vida en 2010. Fue la puerta de entrada al ecosistema de Apple, el que uso en la actualidad tanto en lo profesional como en lo personal. Y desde entonces, salvo por robo o pérdida, cambio de móvil cada dos años por varios motivos: rentabilizarlo al vender el antiguo en el mercado de segunda mano, tener siempre un móvil con una de las mejores cámaras del mercado y por qué no decirlo, estar al día, algo que me gusta y es importante en mi trabajo. Si no fuera el caso, mis iPhone me aguantarían más porque siguen dando la talla dos años después.

A día de hoy tengo un iPhone 15 Pro, pero mi anterior iPhone 13 Pro sigue en mi círculo y sigue ofreciendo un buen rendimiento, una cámara que hace unas fotos magníficas, se sigue actualizando e incluso la batería sigue yendo bastante bien (su nuevo dueño es menos exigente que yo). Puede que la IA sea la función de moda y aquí tengo claro que de mi Pixel profesional se me ponen los dientes largos con lo Google está haciendo con Gemini, pero lo que verdaderamente necesito de mi futuro iPhone es que aguante mejor el calor. Te miro a ti, iPhone 17.

Mi iPhone se convierte en un ladrillo con el calor

Ni el brillo de la pantalla, ni la batería, la carga "rápida" o la más que evidente asignatura pendiente de Apple con la inteligencia artificial: este verano usar mi iPhone se ha convertido en misión imposible cuando hacía mucho calor. Y ojo, no vivo en Andalucía como mi compañero Antonio Sabán: en Pamplona hemos superado holgadamente la treintena y a finales de junio hemos llegado a mirar al abismo de los 40 grados. 

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Y la verdad, ha habido ocasiones que he llegado a sentir vergüenza, enfado e incomprensión. No tengo un móvil antiguo ni barato precisamente. De hecho, he probado hasta a comprar una funda térmica y a llevar a cabo ciertos trucos cuando estoy en el coche, porque en mi Volkswagen Polo mi aire acondicionado funciona regular. La situación llegó a ser crítica cuando en plena M-30 madrileña me salió el mensaje de "La temperatura del iPhone debe disminuir antes de que puedas usarlo" y tuve que conducir a la vieja usanza, esto es, sin Google Maps

En Madrid, a mediodía bajo el sol y en el coche, usando el GPS y con carga (si el viaje es medianamente largo, los navegadores devoran la batería) puede pasar... pero es que también me ha aparecido ese mensaje simplemente mientras lo cargaba. O usándolo durante un rato con el navegador encendido mientras paseaba por una ciudad haciendo turismo y tomando algunas fotos.  Usos normales y corrientes y ni siquiera estando siempre bajo el sol directo. Si hay más de 30 grados, ya sé que va a haber problemas.

Para mí usar una funda no es una opción (salvo dentro del coche): se me cae bastantes veces y no quiero disgustos. Lo único que me ha funcionado ha sido poner el modo de ahorro de batería y enfrentarme a usar un iPhone a pedales en algunos escenarios. Es lo que tiene el thermal throttling y oye, ni tan mal: al menos lo puedo seguir usando. Eso sí, todo va más lento y pasa factura a aspectos clave como la pantalla: si cae el sol y el panel tiene el brillo a medio gas, verlo puede ser una odisea. Imagina el drama si lo estás usando en modo navegador mientras conduces.

Otro recurso que he tenido que poner en práctica es llevarme otro móvil por si acaso y dividir tareas. Mi Google Pixel es más barato y más antiguo, pero de momento no me ha dado ese pantallazo letal ante exposiciones bajo el sol y/o altas temperaturas. No quiero perderme llamadas porque tengo el iPhone en modo ladrillo. Porque a veces la espera hasta que recupera la normalidad puede llevar unos cuantos eternos minutos.

Quitar la funda, usarlo y dejarlo a la sombra cuando sea posible, colocar el soporte en la rejilla del aire acondicionado son algunos de los apaños para salir del paso. Pero poco más se puede hacer: la pelota está en el teclado de Apple en particular y de los fabricantes en general. Integrar componentes más potentes que consumen más incluso aunque sean más eficientes, que cada vez se usen para tareas más ambiciosas o que cada milímetro cuente son algunos de los desafíos a los que se enfrentan. 

Apple ha tomado nota. Aunque tendremos que esperar a la Keynote de Apple del próximo martes, los rumores apuntan a que los iPhone 17 dejan atrás el titanio por el aluminio, como adelantó Mark Gurman para Bloomberg. Aunque en términos generales y estéticos parece un paso atrás, pero como explica Mark Gurman, una de las razones es precisamente la mejor disipación térmica de este último. Por otro lado, según otros rumores apuntan a que los iPhone 17 Pro contarán con una cámara de vapor para mejorar la refrigeración.

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