La primera constelación VLEO del mundo será española: Kreios ha conseguido que los satélites se alimenten del aire

La red de internet por satélite con más baja latencia será realidad gracias a unos gallegos

Nueva futura constelación de satélites en órbita VLEO
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En Vigo, una startup española acaba de firmar un hito que puede cambiar para siempre cómo concebimos los satélites. Kreios Space ha desarrollado un sistema que permite a los satélites alimentarse de la propia atmósfera terrestre para mantenerse en órbita, algo que hasta hace muy poco se consideraba imposible. 

El objetivo: ser la primera compañía del mundo en desplegar una constelación en órbita terrestre muy baja (VLEO), con aplicaciones que van desde la observación de la Tierra hasta la conectividad directa de banda ancha.

¿Qué es VLEO y por qué parecía imposible?

constelación satélites en VLEO

La órbita terrestre muy baja (VLEO, por sus siglas en inglés) se sitúa entre los 150 y 400 kilómetros de altitud, mucho más cerca de la superficie que las órbitas tradicionales. Esa proximidad ofrece ventajas únicas:

  • Imágenes tres veces más nítidas que las actuales.
  • Conectividad de banda ancha directa al dispositivo, sin antenas voluminosas.
  • Satélites más pequeños y lanzamientos más baratos.

El problema es que a esas alturas la atmósfera todavía ejerce una resistencia aerodinámica brutal. En condiciones normales, un satélite colocado en VLEO apenas dura unos días antes de caer, porque se frena como un coche sin gasolina cuesta arriba.

El truco de Kreios: propulsión ABEP, un motor que respira aire

Propulsión ABEP que se alimenta del aire

Aquí entra en juego el ABEP (Air-Breathing Electric Propulsion), el sistema patentado por Kreios. La idea suena de ciencia ficción:

  1. El satélite absorbe moléculas de aire de la atmósfera.
  2. Ese aire se ioniza y se convierte en plasma.
  3. El plasma se acelera a través de un propulsor de plasma inductivo (IPT) y se expulsa como chorro de propulsión.

En otras palabras, el satélite no lleva combustible a bordo: se alimenta de lo que encuentra en la atmósfera mientras orbita. Esto le permite compensar el arrastre y mantenerse en VLEO durante años en lugar de días.

El sistema es totalmente eléctrico, funciona con paneles solares y aire atmosférico, lo que lo convierte en una tecnología sostenible y teóricamente ilimitada siempre que haya atmósfera suficiente.

Kreios no solo ha diseñado un propulsor, sino que ha abierto una órbita que durante décadas fue considerada inviable. Como explica Adrián Senar, CEO y cofundador:

"No solo construimos satélites, abrimos una órbita que durante mucho tiempo se consideró imposible".

Eso se traduce en una serie de ventajas inmediatas:

  • Costes de misión hasta un 50% más bajos, al no necesitar tanto combustible ni alcanzar altitudes más elevadas.
  • Imágenes ultraprecisas para monitorización de infraestructuras, agricultura o emergencias.
  • Conectividad resiliente y soberana, sin depender de proveedores no europeos como Starlink.

Además, todo ello encaja en un contexto en el que Europa busca reducir su dependencia espacial y tener sus propias constelaciones estratégicas.

Un respaldo histórico: OTAN, JOIN Capital y socios industriales

El potencial es tal que Kreios ha cerrado la mayor ronda europea en tecnología VLEO hasta la fecha: 8 millones de euros.

  • Liderada por el Fondo de Innovación de la OTAN y JOIN Capital (Berlín).
  • Con apoyo de Grow Venture Partners, Xesgalicia y Tasivia Global.
  • Y con partnerships estratégicos como el de Elecnor Deimos, que les ayuda a desarrollar la primera plataforma satelital comercial capaz de operar indefinidamente en VLEO.

Kreios ya había levantado 2,3 millones en 2024, y con este nuevo impulso financiero podrá lanzar en 2027 sus dos primeros satélites de prueba para demostrar el ABEP en órbita.

El plan de Kreios es claro. Primero, validar en 2027 que el ABEP funciona en condiciones reales. Después, desplegar constelaciones comerciales enfocadas a dos mercados clave: Observación de la Tierra, con imágenes de alta resolución para clima, agricultura o catástrofes. Y conectividad de banda ancha, directa al dispositivo, pensada para regiones remotas, emergencias y operaciones militares.

Una órbita imposible que ahora es española

El movimiento llega en un momento clave para Europa, que está redoblando esfuerzos para crear una economía espacial soberana y no depender de SpaceX o proveedores no europeos. La apuesta por VLEO se alinea con los planes comunitarios de desplegar redes multiorbitales de cientos de satélites antes de 2030.

España, por su parte, se coloca en el centro de esta carrera gracias a Kreios. Con sede en Vigo y un equipo de 17 ingenieros provenientes de Thales, JAXA o la ESA, la startup tiene ya el respaldo del CDTI y la Agencia Espacial Española.

En palabras de Tobias Schirmer, de JOIN Capital:

"VLEO ha sido durante mucho tiempo un foco de investigación; ahora está listo para su implementación en el mundo real".

Hasta ahora, las órbitas muy bajas eran terreno reservado para la teoría. Hoy, gracias a Kreios, Europa y España están a las puertas de convertirlas en una realidad comercial.

Si todo sale como está previsto, en apenas dos años veremos los primeros satélites que respiran la atmósfera para seguir vivos, y que podrían abrir una nueva era en la forma en que nos conectamos y observamos nuestro planeta.

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