Han pasado ya más de quince años desde que la Televisión Digital Terrestre (de ahora en adelante TDT) sustituyó a la señal analógica en España. En aquel momento del apagón (luego vino otro) se vendió como un salto hacia la modernidad, con más canales, mejor calidad de imagen y nuevas posibilidades interactivas. Sin embargo, la realidad es que la TDT se ha quedado congelada en el tiempo y hoy apenas se diferencia de lo que era en 2010, mientras que el consumo audiovisual ha cambiado radicalmente.
Un escenario en el que incluso el Teletexto se mantiene intacto (y aún hay quien lo utiliza), mientras que los fabricantes de televisores y las plataformas de streaming avanzan con tantas innovaciones que, al sintonizar la TDT, da la sensación de haber retrocedido en el tiempo.
Una tecnología que avanza a paso lento: 4K
Una televisión que no termina de adaptarse. Mientras que los hábitos de los espectadores han cambiado por completo gracias a la presencia masiva del streaming y las plataformas bajo demanda gracias a una oferta inmensa en 4K HDR y sonido envolvente con cada vez más horas de consumo, la TDT parece un producto anclado en otra época: canales fragmentados, exceso de publicidad, poca calidad de imagen y casi nula innovación.
La TDT en España ha ido incorporando mejoras técnicas, pero siempre con retraso respecto a otros países europeos. La llegada de la Alta Definición (canales en HD) se demoró años y todavía hoy encontramos canales que no emiten con una calidad adecuada. Y si hablamos de 4K, las pruebas iniciadas en 2016 siguen siendo eso: pruebas. Solo algunos casos puntuales como en La1 a nivel nacional, emite contenido en 4K y HDR (aunque con calidad decepcionante al principio).
Casos concretos. En Galicia, ya pueden ver contendido en 4K y con HDR gracias a su cadena autonómica, algo que puede entenderse como un anticipo de lo que planean otras cadenas regionales, aunque no es un caso aislado. En el caso de TV3, según informaron en su web, la cadena catalana pondrá en marcha un canal en 4K “en los próximos meses”. Por su parte, EITB en el País Vasco ya dio un paso similar recientemente, aunque en su caso recurriendo a la tecnología HbbTV.
Pero para ver como también hay fragmentación, Telemadrid anunció el año pasado que había comenzado a emitir, de forma paralela a la señal en HD ya disponible, otra señal con alto rango dinámico (HDR), aunque conservando la misma resolución en HD.
Cuando se habla de la implantación del 4K en la TDT es importante recordar que hace unos meses el Gobierno aprobó el nuevo Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre. La hoja de ruta oficial fija 2026-2027 como horizonte para la transición definitiva hacia la Ultra Alta Definición. No obstante, la experiencia de años anteriores invita a la cautela: los plazos rara vez se cumplen y las prórrogas se han convertido en algo habitual.
Un plan por fases
El propósito de este plan gubernamental es establecer un marco legal en dos fases y la infraestructura técnica necesaria para que las cadenas puedan comenzar a emitir sus contenidos en resolución 4K (UHD).
La primera etapa está prevista para 2025 y consistirá en reorganizar el espectro radioeléctrico, incorporando nuevos canales en 4K y HD. Una fase en la que el múltiplex RGE2 se convertirá al estándar DVB-T2 y usará el códec H.265/HEVC, lo que permitirá operar hasta cuatro canales en UHD (4K). También se habilitará un nuevo canal en HD, ubicado en el múltiplex MPE5, que seguirá usando el estándar actual DVB-T.
Posteriormente, en una segunda fase aún sin fecha concreta, se espera que todas las emisiones se realicen íntegramente en 4K. Esa segunda etapa podría adelantarse, como ya explicaron aquí nuestros compañeros de XatakaHome, siempre que exista consenso entre todos los operadores que gestionan sus señales dentro de un mismo múltiplex digital. Una fase en la que el cambio a DVB-T2 va a requerir resintonización de televisores, y de la que hemos llegado a hablar como un nuevo “apagón de la TDT”.
Después de la fase inicial (que incluye la reconversión del múltiple RGE2 a DVB-T2 y la aparición de canales en 4K), esta segunda fase debería comenzar o incluso completarse para 2026-2027. Un momento en el que todos los canales de TDT (estatales, autonómicos y locales) deberían (no hay nada seguro) emitir exclusivamente en DVB-T2.
Una segunda fase que exigirá televisores compatibles con DVB-T2 y códecs H.265/HEVC, pero aún queda tiempo para su implantación completa. En 2023, solo el 31% de los 39,1 millones de televisores en España podían reproducir contenidos UHD con ese estándar.
Decisiones que no llegan y mucha política
El calendario aprieta y las decisiones se retrasan. En un principio el plan del Gobierno era que el cambio no se llevaría a cabo hasta que el 95% de los televisores sean compatibles con DVB-T2 y el 90% con H.265/HEVC, . Pero en el BOE apareció un atajo: las cadenas que comparten un mismo múltiplex podrán decidir de forma conjunta adelantar la transición a DVB-T2 y UHD, siempre que todas estén de acuerdo y lo comuniquen oficialmente. En el caso de Atresmedia (MPE2) y Mediaset (MPE3), podrán hacerlo de manera independiente.
Este mecanismo da a los operadores margen para elegir el momento de la migración, lo que hace que a estas alturas haya más incertidumbre que nunca sobre el calendario exacto. Mientras tanto, la incertidumbre crece y los consumidores siguen con televisores preparados para un salto tecnológico que nunca llega.
Los expertos, y lo hemos hablado con directivos de cadenas de televisión, coinciden en que el gran problema no es solo tecnológico, sino también de modelo. La TDT depende de concesiones políticas, de decisiones administrativas y de un marco regulatorio que avanza más despacio que la propia tecnología. Cada cambio requiere consensos entre Gobierno, operadores y fabricantes, lo que ralentiza cualquier evolución.
Una paradoja en plena era digital
La paradoja es evidente: en plena explosión de la Inteligencia Artificial, del streaming, las resoluciones en 8K o de la domótica integrada en el hogar, la TDT sigue pareciendo una tecnología del pasado. Para muchos usuarios, apenas es el canal donde ver informativos o programas en abierto, pero sin ningún atractivo frente a la oferta online.
Los expertos apuntan a que la TDT debería buscar un espacio complementario al streaming: apostar por la inmediatez de la señal en directo, reforzar la cobertura universal y garantizar que todo el mundo tenga acceso a contenidos básicos de calidad, sin depender de suscripciones. Sin embargo, para eso necesita renovarse, y pronto.
La TDT en la cuerda floja. Pero si nada cambia, la TDT corre el riesgo de convertirse en irrelevante en menos de una década. Los continuos retrasos, la falta de inversión y la ausencia de una estrategia clara hacen que avance a contracorriente de lo que demandan los espectadores.
El futuro pasa por cumplir, por fin, los plazos de 2026-2027 y ofrecer una televisión digital en 4K que esté a la altura de los estándares actuales. Solo así podrá recuperar parte del terreno perdido frente al streaming y demostrar que aún tiene sentido en el ecosistema audiovisual.
En Xataka Móvil | Por qué hay tantos apagones de la TDT y qué sentido tiene que nos obliguen a resintonizar la tele cada año
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