El “iPhone de Trump” ha sido un éxito de reservas. Hasta que el sistema empezó a cobrar mal a los usuarios

Cuando los usuarios intentaron reservar el terminal se encontraron con una sorpresa... en forma de errores

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Miguel Jorge

Editor

Ayer lo contamos. Puede que Trump no lograse fabricar el iPhone en Estados Unidos, pero a cambio ha logrado algo que pocos esperaban: lanzar su propio móvil, o casi. De hecho, las primeras horas desde el anuncio de ese teléfono 100% estadounidense han sido todo un éxito de reservas. 

Hasta que empezó a fallar el sistema.

Una promesa dorada. La Trump Organization presentó con entusiasmo su nuevo proyecto tecnológico: el Trump Mobile y su estrella, el T1 Phone, un teléfono dorado promocionado como “diseñado y construido con orgullo en EEUU” para consumidores patriotas que desean lo mejor de su proveedor móvil. El anuncio, encabezado por Trump Jr., hablaba de devolver la producción al país, de garantizar la seguridad del hardware frente a “puertas traseras de adversarios extranjeros” y de ofrecer servicio al cliente desde centros de llamadas ubicados en St. Louis.

La idea, por tanto, parecía clara: nacionalismo, soberanía tecnológica y una alternativa a los gigantes tecnológicos supuestamente comprometidos con intereses foráneos. La realidad, sin embargo, ha demostrado ser menos reluciente que el acabado dorado del dispositivo.

Una web fallida. ¿La razón? Como contaban en 404, al intentar reservar el T1 Phone pagando los 100 dólares de anticipo requeridos, el proceso resultó ser un desastre técnico para muchos usuarios. La página web falló, redirigiendo a un mensaje de error genérico. Explicaban en el medio que a pesar de ello, la tarjeta fue cargada… pero no por la cantidad correcta, sino por 64.70 dólares.

Para añadir a la confusión, el sistema envió un correo electrónico confirmando que la orden sería enviada, a pesar de que no se proporcionaba ninguna dirección de envío ni completado el precio total de 499 dólares. El intento de entrar al sitio para gestionar la cuenta, cambiar la contraseña o corregir errores tampoco funcionaba: nuevas páginas de error bloqueaban cualquier acción. En resumen, una experiencia calificada, según el medio, como la peor jamás vivida al comprar un producto tecnológico.

Falta de experiencia. La propuesta del T1 Phone (construir un teléfono verdaderamente “americano” y más seguro que los de Apple o Google) se enfrenta a una serie de desafíos técnicos que van más allá de la voluntad o el discurso político. Fabricar un dispositivo móvil íntegramente en Estados Unidos es casi imposible sin depender de componentes fabricados en Asia. Incluso compañías con experiencia como Purism, que comercializa el Liberty Phone, han tenido que recurrir a cadenas de suministro internacionales.

De fondo algo muy importante. La seguridad de un teléfono no se garantiza simplemente con ensamblarlo localmente: implica años de experiencia en hardware, sistemas operativos y actualizaciones constantes ante nuevas amenazas. 

En ese terreno, Apple y Google no solo tienen una ventaja casi insalvable, sino que compiten con estándares industriales imposibles de igualar por una empresa inmobiliaria sin experiencia previa en telecomunicaciones.

Operador virtual bajo un nombre. Plus: Trump Mobile no operará su propia red: funcionará como un operador móvil virtual (MVNO), es decir, alquilando la infraestructura de T-Mobile, Verizon y AT&T para ofrecer su servicio 5G.

Este modelo, aunque perfectamente válido, no implica innovación tecnológica ni independencia real. Es un uso comercial del nombre Trump para ingresar en un mercado saturado, en el que el valor diferencial no es el producto ni el servicio, sino la marca política. De hecho, la estrategia se ha replicado en otros sectores: según Bloomberg, el apellido Trump ha facilitado proyectos inmobiliarios por más de 10.000 millones de dólares, una criptomoneda con ingresos de 500 millones y múltiples inversiones adicionales mientras Donald Trump sigue siendo una figura central del poder político.

Metáfora tecnológica. Si se quiere también, el T1 Phone no es, en el fondo, un teléfono: es más una narrativa encapsulada, en este caso en oro. Su función, posiblemente, no sea tanto competir con Samsung o Apple, sino reforzar una identidad de consumo ideológico. De esta forma, no importan tantos los “fallos de fábrica”, importa que simplemente exista como símbolo.

Eso sí, como contaban en 404, por ahora, lo único que han recibido muchos de los usuarios que hicieron la reserva es un error tras otro… y un cargo incorrecto. 

Imagen | White House

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