Si por el motivo que sea no puedes comer un alimento, acciones como preparar una receta, ir a comer fuera o simplemente ir al supermercado se convierten en un campo de minas donde nada es lo que parece. Y además, los productos alternativos suelen ser más caros. Te pasa si eres vegano o vegetariano y más de lo mismo sufren quienes tienen intolerancia a algún alimento, como por ejemplo el gluten.
Cada intolerancia es un mundo, pero en el caso de la celiaquía ojalá fuera tan sencillo como esquivar la palabra "trigo" en los ingredientes o buscar la etiqueta sin gluten. Sí, hay apps específicas como Facemovil o GlutenScan que te hacen la vida más fácil, pero hay un sistema todavía más cómodo: hacerle una foto a los ingredientes, pasarlo por la IA de turno y que te saque de dudas.
Usar la IA es fácil, rápido y muy educativo
Lo primero de todo, no soy celiaca y eso normalmente implica tener una idea somera sobre el tema, así que al preguntar a ChatGPT me encontré que había mucho más que el trigo, como la cebada, centeno, espelta, kamut, triticale, malta... y otros un poco menos obvio como la "amilopectina de trigo", los "aromas de malta". O el casi omnipresente almidón, que tiene su aquel. Por no hablar de las trazas.
Por otro lado, también descubrí que existe una etiqueta de 'Sin gluten' regulada por la legislación europea (Reglamento UE Nº 828/2014) y que garantiza que el producto tiene menos de 20 ppm. Pero a decir verdad, no me había fijado en ella más allá de esas latas de cerveza que compré cuando invité a una amiga celiaca a cenar a casa.
En mi primera excursión al súper me encontré con que había pasta sin gluten (la que ilustra la portada del artículo), pero es una aguja en un pajar. Imagino que si eres una persona celiaca, seguramente ya tienes una lista de productos básicos que sí que puedes consumir, ya sea porque los has buscado antes o recomendaciones, pero si un fabricante cambia algo, te la lía. Si fuera celiaca, ChatGPT sería un salvavidas.
De hecho mi primera prueba fue precisamente con la parte de atrás de esa pasta sin gluten para confirmarme que efectivamente, podía comerlo. Pero hay un par de cosas que tengo que agradecer antes de empezar: los listados de ingredientes suelen venir en una letra tan pequeña que a veces cuesta leer y en ocasiones son tan técnicos o están en otros idiomas que aunque los leas, cuesta identificarlos. Pasarlos por ChatGPT y tenerlos en una letra decente y explicados ayuda mucho.
Me gustó tanto el resumen como la información: ya sé que no podría comerlo, pero además descubres potenciales problemas, información extra y hasta la sugerencia de cierre me parece interesante para saber más sobre celiaquía. Y por supuesto, lo básico: si fuera celiaca, podría comprar esa pasta.
En mis pruebas he ido sometiendo a ChatGPT a pruebas de diferente dificultad, es decir, de cosas que esperaba que me dijera que no porque intuitivamente y como persona no puesta en el tema intuía que no eran aptas a otras más difíciles y siempre he encontrado la respuesta clara y datos extras para seguir aprendiendo.
Así, de una crema de una galleta famosa me esperaba un no por respuesta y así lo evidenció ChatGPT. Con harina de trigo entre los primeros ingredientes, no hubo sorpresas. Pero hay otros productos donde sobre el papel no esperaría encontrar gluten y me encontré que las salsas en general son problemáticas. Un ejemplo: una inocente salsa de yogur.
Así a botepronto con aceite, yogur, vinagre, azúcar, mostaza... cabría esperar que no hubiera problemas, pero ChatGPT salta la liebre con el almidón modificado y su origen. Me explica la IA que en la UE si es de trigo debe aparecer en negrita y como buena usuaria, lo compruebo antes de darlo por bueno: esta guía de etiquetado del Ministerio de Consumo así lo explica.
Y no solo eso: ChatGPT se ofrece a hacerme una lista de salsas normalmente aptas y otras que no lo son o dudosas (la barbacoa, la de soja, las que vienen en polvos, las pastillas de caldo). Esta información extra me ayuda a tener menos dudas de cara a la próxima compra.
Con los calamares en su tinta tuve dudas: quizás algún espesante incluya gluten, en tanto en cuanto lo de añadir harina es un clásico para que las salsas engorden. Y así fue: tiene almidón modificado, pero no aparece prohibida (como ya había aprendido antes), así que en teoría una persona celíaca sí que podría comerlos.
Mis conclusiones
Usar ChatGPT para identificar alimentos con gluten me ha parecido una fantástica idea: usar el acceso a la cámara para hacer una foto a los ingredientes es rápido y fácil, pero luego no depende de una base de datos, sino que analiza los componentes y te explica cuáles pueden ser potencialmente problemáticos y el motivo. Y eso viene bien para aprender y poderlos identificar a simple vista.
En cualquier caso, no está de más recordar que la inteligencia artificial no es infalible y que puede alucinar y fallar, por lo que ante cualquier afirmación (como lo del almidón modificado de trigo y la obligatoriedad de especificarlo) es esencial comprobarlo antes con una fuente de autoridad. Asimismo, en caso de duda lo mejor sería no coger ese producto.
Finalmente, simplificar términos y tenerlos en la pantalla en una letra más legible hace que los ingredientes sean más fáciles de identificar y entender. El único pero que le he puesto es que soy usuaria gratis y eso es una limitación a la hora de cargar archivos. En mi caso no ha sido problema porque iba con dos móviles y dos cuentas y he ido varios días, pero para otra persona que va a hacer la compra general sería un obstáculo que puede solucionarse o bien pasando por caja o usando otros modelos como Gemini.
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Portada | Foto de Chris Appano en Unsplash, Mockuphone y Eva R. de Luis
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