Europa ha visto las orejas al lobo y quiere atraer a Intel y TSMC. El problema son las diferencias éticas y laborales con Asia

Intel y TSMC se acercan a Europa, pero hay dudas sobre la cultura laboral alemana y la excesiva burocracia

Oblea silicio
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Europa está viviendo un momento complicado en lo que a tecnología se refiere. Con Estados Unidos y Asia empujando con fuerza, diferentes gobiernos europeos se han topado con la realidad: no hay músculo tecnológico, industrial o minero. Es algo a lo que se quiere poner remedio y Alemania puede ser un pulmón.

Con una inversión mil millonaria, Alemania va a atraer tanto a Intel como a TSMC para crear nuevas fábricas en nuestro continente, pero el plan es que muchas más empresas se apunten para crear el Silicon Valley europeo. ¿Uno de los problemas aparte de la financiación? La ética de trabajo y los sueldos, muy diferente a lo que esas empresas ya viven en territorio asiático.

Alemania quiere convertirse en el Silicon Valley europeo

Alemania tampoco es que esté en una situación económica boyante, pero hay planes para revitalizar su industria de la mano de algunas de las mayores funciones del mundo.

Tiene preparados 22.000 millones de euros en incentivos directos para los fabricantes de chips y, aunque es algo que el Gobierno Federal debe terminar de aprobar, es algo con lo que esperan atraer inversión.

Tanto es así que tiene previsto abrir una megafábrica en Magdeburgo. Contará con una inversión de 30.000 millones de euros y está previsto que el Estado aporte 10.000 millones para la fabricación. Será una planta de fabricación de chips y lo cierto es que pilla mucho más cerca de ASML que las fundiciones de Intel en Estados Unidos.

Ahora bien, no son los únicos. Cuando hablamos de empresas fabricantes de chips, debemos hablar de los taiwaneses TSMC. Se estima que tienen el 60% de la cuota de mercado en contratos para fabricar chips con una Samsung que, aunque está poniendo a punto su tecnología más puntera para fabricar chips en 2 nanómetros, se encuentra en segundo puesto con un 13% de cuota.

Carsten Scheider es el ministro de Alemania del Este para las Condiciones de Vida Igualitarias y ha comentado que "tanto Intel en Magdeburgo como TSMC en Dresde pueden confiar en las promesas del Canciller", aludiendo a esa financiación alemana para la construcción de las nuevas fábricas.

Aparte de Intel, TSMC está proyectando una fábrica de semiconductores en Dresde que tendría un coste de 10.000 millones de euros, con una financiación alemana de 5.000 millones en este caso. La idea es, además, atraer a otras fábricas proveedoras de TSMC que actualmente se encuentran en Asia para facilitar la fabricación de chips en Europa.

Eso sí, como leemos en Digitimes, no todo es el dinero para abrir las fábricas, sino otros elementos que hay que tener en cuenta. Y es que, un proveedor de productos químicos electrónicos de alta pureza para TSMC ha comentado que, si bien los costos de transportar esos elementos no son una preocupación, la diferencia entre la ética y la cultura laboral europea y taiwanesa sí podría ser un problema.

Aunque hay legislación en este aspecto en países como China o Taiwán, suelen tratarse de leyes algo más laxas que las que tenemos en países europeos. Es también uno de los motivos por los que en Europa se dejó a un lado el refinado de tierras raras para externalizarlo todo a China, quien ha conseguido dominar este mercado al tener unas leyes medioambientales menos rígidas que las europeas.

Veremos qué ocurre, pero está claro que en Alemania hay interés por atraer industria de semiconductores y, ante cualquier conflicto, tener fundiciones en Europa puede suponer una ventaja.

Vía | Xataka

Imagen de portada: TSMC

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