Europa, en busca de soberanía 6G, prepara el veto a China. Que su plan B sea Corea tiene mucho sentido

La clave está en una Autonomía Estratégica Abierta para no quedar aislados de la innovación global

Europa se alía con Corea para el despliegue de nuevas redes móviles en su apuesta por la soberanía estratégica
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La promesa de una Europa digitalmente autónoma y con una conectividad de vanguardia, libre de dependencias geopolíticas, se encuentra en un complejo juego de equilibrios. ¿Cómo puede el continente asegurar sus redes críticas en la era del 5G y el inminente 6G sin aislarse de la innovación global? Esta es la pregunta que guía la nueva Estrategia Digital Internacional de la Unión Europea, aprobada a finales de 2025. 

El desafío es mayúsculo: lograr una autonomía estratégica abierta que, por un lado, impulse el veto a proveedores considerados de "alto riesgo" (como las chinas Huawei y ZTE) y, por otro, obligue a estrechar lazos con aliados clave en la carrera tecnológica. Lo que está en juego no es solo quién construye las antenas, sino la propia seguridad, resiliencia y competitividad de la infraestructura digital europea, desde los cables submarinos hasta la inteligencia artificial (IA) y el edge computing. 

La UE ha dejado claro su mandato: las futuras redes 5G y 6G deben ser seguras y fiables, impulsando la transformación digital europea y consolidando su soberanía. Pero la estrategia es una mezcla curiosa de proteccionismo vigilante y pragmatismo aperturista que tiene a Corea del Sur en su punto de mira.

El muro de la ciberseguridad: el veto implícito a los proveedores de alto riesgo

La UE ha marcado una línea roja muy clara: la neutralidad tecnológica no puede comprometer la seguridad. El argumento central para excluir a proveedores como Huawei y ZTE reside en las leyes chinas que les obligan a compartir datos con Pekín, un escenario que, según Bruselas, compromete la integridad de las redes críticas europeas.

La estrategia no pasa por un veto directo, sino por hacer obligatorio el denominado "toolbox" de seguridad 5G, una serie de medidas rigurosas que, en la práctica, excluyen a estos proveedores de las partes más sensibles de la red como el núcleo. El plan es más ambicioso aún: integrar un veto integral en la futura Ley de Ciberresiliencia, con un horizonte de cumplimiento obligatorio para 2026-2027. Esto afectaría no solo a las redes móviles 5G/6G, sino también a la IA, servidores, cloud y equipos de defensa. 

De la autosuficiencia a la resiliencia: la "Autonomía Estratégica Abierta"

Antenas 5G y 6G

El concepto clave que abandera la UE es el de Autonomía Estratégica Abierta (OSA). Esta filosofía rechaza la idea de que Europa deba ser autosuficiente y construirlo todo por sí misma, una postura inviable. En su lugar, se centra en la resiliencia: la capacidad de la infraestructura europea para funcionar sin interrupciones, diversificando y asegurando la cadena de suministro tecnológica.

Este enfoque se asienta sobre tres pilares:

  • Capacidades Propias: Impulso de la I+D, startups y proyectos europeos de 6G para reducir la dependencia tecnológica.
  • Protección: Exclusión de proveedores de alto riesgo y refuerzo de la ciberseguridad.
  • Alianzas: Asociación con aliados tecnológicos confiables, con Corea del Sur, Estados Unidos y Japón a la cabeza.

En la práctica, la UE busca pasar de una arquitectura de red propietaria y cerrada a sistemas distribuidos, con open RAN y la clave de la diversificación de proveedores confiables (Nokia, Ericsson, Samsung). La soberanía, para Europa, significa capacidad de elección autónoma, no autoabastecimiento total.

El giro coreano: la alianza Samsung-Vodafone como ejemplo

Partner Digital Europa

La mayor evidencia de este pragmatismo es la intensificación de acuerdos con Corea del Sur. Este país, junto a sus gigantes tecnológicos, es un actor principal en la estandarización del 6G y una alternativa robusta en la provisión de infraestructura de red. Mientras los europeos Nokia y Ericsson son líderes en Open RAN, la surcoreana Samsung ha emergido como una potencia con un fuerte enfoque en las redes virtualizadas (vRAN) y el multi-vendor.

El resultado de esta estrategia de alianzas se materializa en el reciente acuerdo entre Samsung y Vodafone para ampliar su colaboración y desplegar la tecnología Open RAN a gran escala en Europa, comenzando por Alemania. El despliegue implica miles de sitios en los próximos cinco años, utilizando vRAN multi-generacional (2G, 4G, 5G) y radios O-RAN de alto rendimiento.

Lo que esto significa para el usuario y el sector es doble:

  1. Menos Lock-in: Open RAN permite a las operadoras utilizar equipos de múltiples proveedores (Dell para servidores, Intel para procesadores, Samsung para la RAN), reduciendo la dependencia de un único fabricante (el temido lock-in que maximizan los sistemas cerrados como el de Huawei).
  2. Eficiencia y Automatización: La tecnología vRAN de Samsung, asistida por IA para la optimización y ahorro energético, promete redes más eficientes. En la práctica, esto se traduce en una reducción de costes para la operadora y, potencialmente, una mejor calidad de servicio.

En el tablero de juego del 6G, Europa ha optado por una estrategia inteligente: cerrar la puerta a los proveedores que considera un riesgo geopolítico, mientras abre una ventana de par en par a aquellos aliados que garanticen la seguridad, la innovación y, sobre todo, la diversificación necesaria para construir una infraestructura digital verdaderamente resiliente. El camino hacia el 6G no se recorrerá en solitario, sino con socios elegidos cuidadosamente bajo el paradigma de que la confianza vale más que el precio.

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