Sorpresas en la cámara del nuevo Moto X, veremos cómo se porta

Sorpresas en la cámara del nuevo Moto X, veremos cómo se porta
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La presentación del nuevo Moto X -y no Moto X+1, como llevábamos tiempo llamándolo- nos ha descubierto al fin al esperado sucesor del Moto X original. Las diferencias más llamativas las hemos encontrado en su mayor pantalla y resolución o mejor procesador, pero aún hay más.

A esas mejoras se suma el nuevo software de activación por voz (personalizable y con el que podréis utilizar vuestras propias frases de hasta cinco sílabas tipo "Ok, HAL"), el sistema de infrarrojos para activar las notificaciones activas, o una compleja tecnología llamada Dynamic Tuning para que ese marco metálico no perjudique la recepción de llamadas de voz y de datos. Pero hay más sorpresas, sobre todo en la cámara.

Y es que hasta la fecha Motorola había mantenido el uso del sensor OV10820 de la compañía OmniVision, pero en este nuevo Moto X se ha dado el salto al Sony IMX135, uno de los más populares del mercado y que ya hemos visto en terminales como el Samsung Galaxy S4, el LG G2 o el LG G3.

Se trata de un sensor de 13 megapíxeles de resolución y un tamaño de 1/3,06 pulgadas. Los píxeles son más pequeños que en el sensor del Moto X original (1,1µ en lugar de 1,4µ), pero eso se compensa con un objetivo de mayor apertura (f/2.25 frente a f/2.4) y una distancia focal prácticamente idéntica (29,4 frente a 30 mm).

Otra de las características singulares de este nuevo componente es el flash LED que utiliza, y que Motorola ha implementado de forma curiosa. Se trata de un flash con forma circular que rodea al objetivo, aunque en realidad los dos flash LED están situados a izquierda y derecha del objetivo. El cristal que protege el flash está diseñado para ofrecer cierto difuminado en la potente luz que generan los LED, y la idea es la ofrecer una luz más agradable en tomas en las que necesitemos este componente.

Todo ello debería hacer a priori que la cámara del nuevo Moto X se situase al nivel de los modelos citados, aunque lo cierto es que buena parte de los resultados finales también dependen del propio software que Motorola haya tratado de pulir para este dispositivo. Ahora habrá que comprobar si la cámara puede ayudar a vender un terminal que como le sucedía a su antecesor tiene un gran problema: un precio difícilmente justificable.

Vía | AnandTech
En Xataka | Moto X, análisis

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