El coste de mantener las cabinas telefónicas se dispara a dos millones de euros mientras agonizan

El coste de mantener las cabinas telefónicas se dispara a dos millones de euros mientras agonizan
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Seguramente los que han nacido después del año 2000 miren a las cabinas telefónicas como piezas de arqueología o como simples estorbos urbanos, pero hubo un día en el que fueron realmente útiles. No fue hasta finales de los 90 y principios del nuevo siglo que el número de usuarios de móviles se disparó y las cabinas eran el recurso para llamar a aquella persona con la que habíamos quedado y que no aparecía (aunque solo le podíamos llamar al fijo de casa).

Las cabinas en España sobreviven por imposición. Telefónica, la empresa que las ha explotado siempre, no se presentó al último concurso para mantenerlas y tuvo que seguir haciéndolo porque el Ministerio le obligó a ello. Y ahora que quedan escasas tres semanas para saber qué pasará con ellas en 2018, el contrato finaliza el 31 de diciembre, conocemos otra estocada más: que el coste de mantener las cabinas obligatorias por ley se disparó en 2015.

El Servicio Universal obliga a la edición de las Páginas Blancas y Páginas Amarillas, aunque ya no se reciben en todos los hogares por defecto, a que todo español pueda contratar un ADSL de 1 Mbps a un precio fijado y a la presencia de cabinas en las calles, aunque la CNMC ya se ha pronunciado pidiendo que desaparezca esta última obligación. Concretamente, la norma obliga a que haya al menos una cabina en los municipios con más de 1.000 habitantes y una adicional por cada 3.000 habitantes y una cabina en los pueblos más pequeños donde se considere necesaria.

Nadie las usas y son objeto de actos vandálicos

La cifra de cabinas no ha hecho más que bajar en los últimos años, ya que había más de las estrictamente obligatorias según el Servicio Universal y Telefónica ha ido desinstalando parte de ellas. El principal problema es que la rentabilidad a día de hoy es nula y a ello hay que añadir además el coste de mantenimiento, ya que las cabinas son frecuentemente objeto de actos vandálicos.

Los tres grandes operadores están obligados a pagar, en función de su tamaño, el coste del Servicio Universal

El número de municipios con el número de cabinas ajustado al número necesario ha ido creciendo a la vez, de 822 en 2012 a 2.175 en 2015, lo que ha hecho también que el coste directo de mantenerlas pase de 400.000 euros a algo más de dos millones en ese mismo periodo de tiempo. Ese coste, al ser un servicio obligatorio, se reparte entre Movistar, Vodafone y Orange, por ser considerados operadores de tamaño relevante, aunque el coste también se reparte en función del tamaño de cada empresa.

Renovarse o morir

En España actualmente quedan unas 18.000 cabinas y como decíamos al comienzo, el Gobierno tiene en sus manos darles sepultura, ya que si quiere que sigan en servicio tendrá que obligar a ello a Telefónica. Precisamente el operador absorbió y disolvió su filial Telefónica Telecomunicaciones Públicas, la encargada del mantenimiento de las cabinas, lo que es otro signo de que Telefónica se quiere desprender definitivamente de ellas.

La solución para mantener parte de las cabinas pasa por reconvertirlas para ofrecer servicios más al día, como recarga de móviles o información turística

Salidas a la situación de las cabinas hemos visto de todo tipo en distintos países, pero desde Telefónica también están buscando la manera de mantener parte de ellas. La idea, que ya ha empezado a desplegar unas pocas cabinas, es reconvertirlas en puntos de información turística mediante pantallas, contando también con cargadores para móviles. Igualmente esa idea no se aplicaría ni mucho menos en todas las cabinas, pero al menos si serviría para mantener algunas de estas reliquias del pasado que el móvil ha matado.

Vía | CNMC
Foto de portada | Jacinta Lluch Valero

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