¡Agárrense, que vienen curvas en el sector de las telecomunicaciones! El Gobierno español, a través del Secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, Antonio Hernando, ha lanzado un mensaje que es música celestial para los oídos de las grandes operadoras: el tamaño sí importa para competir en Europa y se necesita una regulación que facilite la consolidación del mercado, abriendo la puerta a futuras fusiones
En paralelo, el Ejecutivo va a redoblar la vigilancia sobre la ciberseguridad de los equipos de red, un movimiento que afecta de lleno a fabricantes como Huawei y sienta las bases para un futuro mercado europeo de confianza digital.
La noticia es positiva para las empresas y para la competitividad europea frente a gigantes de EEUU y Asia. Pero hay un lado oscuro: los precios podrían dejar de ser tan bajos como hasta ahora, y los usuarios podemos ser los grandes damnificados.
Fusiones buenas para las telecos y para Europa
Durante la jornada «Europa en la encrucijada», organizada por UGT en Madrid, Hernando lo dijo sin rodeos:
En este sector, el tamaño sí importa para competir. Se han hecho grandes inversiones y eso hay que rentabilizarlo. Si queremos competir, tenemos que ganar en robustez.
Esto significa que en los próximos años podríamos ver menos operadoras, pero más grandes. Una consolidación que por ejemplo planea desde hace tiempo sobre Telefónica y Vodafone. Según las propias compañías, es la única forma de:
- Invertir más en tecnología (cloud, inteligencia artificial, computación cuántica).
- Competir con EEUU y Asia, donde el mercado crece en torno al 17%, mientras que en Europa se contrae más de un 30%.
- Impulsar nuevos servicios, desde coches autónomos hasta robot humanoides conectados.
Las fusiones buscan dar la vuelta a esta situación. Pero con menos jugadores en el tablero, la competencia de precios podría resentirse.
Seguridad más estricta (y más cara)
El otro gran anuncio del Gobierno es la urgencia en reforzar la ciberseguridad de las redes:
- 1.157 millones de euros de inversión en 2025, a ejecutar antes de fin de año.
- Auditorías recurrentes a los equipos que usan las operadoras.
- Más resilientes, para que las redes resistan eventos críticos como caídas masivas o catástrofes.
- Transposición de la directiva europea NIS2, que refuerza la seguridad en toda la UE. En el futuro, las redes de las telecos podrían ser las certificadoras, permitiendo realizar todo desde el móvil, con valor legal y seguridad garantizada.
Huawei vuelve a estar en el centro del debate. Bruselas lleva años advirtiendo de los riesgos de usar su tecnología en infraestructuras críticas. Si las operadoras tienen que optar definitivamente por otros fabricantes, la factura subirá.
Hernando advierte: "la excelente conectividad de España nos hace más vulnerables y objeto de ataques permanentes". Esta vigilancia y la inversión buscan mejorar la resiliencia de las redes tras eventos críticos que las han puesto en jaque.
Todo este revuelo se complementa con una pieza clave de la legislación europea: el Reglamento de Ejecución (UE) 2025/1944 de la Comisión, que establece las normas para los servicios cualificados de entrega electrónica certificada (QERDS).
Este reglamento es el cimiento de la confianza digital europea y su objetivo es proporcionar un canal seguro para la transmisión de documentos y garantizar una alta confianza en la identificación del remitente y el destinatario.
Por ejemplo, cuando un ciudadano envíe un documento oficial a una administración pública a través de un servicio de entrega electrónica certificada, el QERDS no solo deberá confirmar que el documento fue enviado y recibido (la prueba), sino que se asegura que la persona que lo envía es realmente quien dice ser (autenticación) y que el buzón de destino es el correcto, utilizando, por ejemplo, su EUDI Wallet para firmar la entrega.
El precio a pagar: usuarios más vulnerables al alza de tarifas
Aquí llega la parte menos amable. Las telecos han sido claras:
Borja Ochoa (Presidente Ejecutivo de Telefónica España): Pone la lupa en el rezago europeo. Mientras el sector de la conectividad creció un 17% en EEUU y un 12% en Asia en los últimos diez años, en Europa decreció un 33%. Para Ochoa, esto se relaciona directamente con la capacidad de inversión, esencial para que las telecos sigan siendo la "base operativa" para tecnologías clave como el cloud, edge computing y la computación cuántica. Advierte que la defensa del usuario debe contemplar precios sostenibles en un "escenario equilibrado".
Meinrad Spenger (Consejero Delegado de MasOrange): Lamenta que España se haya quedado atrás en servicios basados en conectividad, citando el coche autónomo o los robots humanoides que ya funcionan en China pero no en Europa. El dato más sangrante es que el ingreso medio por usuario (ARPU) es tres veces superior en EEUU que en España, pese a la menor calidad de red y porcentaje de fibra óptica en EEUU. Llama al sector a "espabilar".
José Miguel García (CEO de Vodafone España): Pese al pesimismo general, saca pecho por el sector nacional: "España es el país más adelantado del mundo en materia de telecomunicaciones". Atribuye la innovación española a la necesidad de competir, pero insiste en que el país "tiene que alzar la voz, sin complejos" para jugar un papel crucial en el ecosistema digital global, aprovechando la penetración de la fibra y el uso pionero de 5G y smartphones.
Marius Varzaru (Consejero Delegado de Digi Spain Telecom): Apuesta por la desregulación del sector para apoyar la inversión y el empleo a largo plazo, destacando la contribución de su compañía en la creación de más de 10.000 puestos de trabajo de calidad y la inversión en redes.
Ante la menor competencia por las fusiones, aumenta el riesgo de precios más altos. Y ante mayores requisitos de seguridad y el uso de hardware más caro, también hay riego de cierto traslado del coste a los usuarios. Lo único que podría calmar el aumento de precios sería encontrar nuevas vías de negocio para las teleco, como la posibilidad de monetizar sus nuevos servicios como certificadores.
Antonio Hernando no solo se alinea con este diagnóstico, sino que considera que el paquete regulatorio Digital Act Europea (DNA) será "más bien conservador", lo que hace aún más crucial que las frecuencias radioeléctricas sigan siendo soberanía del Estado y que se aborde el desafío de la competencia de los satélites de baja órbita (LEO) como Starlink.
¿Dónde está el equilibrio?
A medio plazo nos jugamos redes más seguras, servicios digitales con valor legal desde el móvil y operadoras con músculo para innovar. A largo plazo: un mercado europeo capaz de plantar cara a gigantes como Verizon (EEUU) o China Mobile (Asia). El coste inmediato: tarifas que pueden dejar de bajar, y en algunos casos, empezar a subir.
El Gobierno ha cambiado el chip: busca operadoras grandes y robustas para que puedan invertir y competir con los gigantes globales, al tiempo que blindan la seguridad de las infraestructuras críticas contra riesgos como la dependencia de tecnología externa. Es la receta española para el futuro digital: más tamaño con más seguridad.
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