No cambio mi Pixel 6 Pro por ningún otro móvil. Ni siquiera por el iPhone 16 Plus que me prestaron a principios de año. Tras toda una vida utilizando móviles de Google, por fin pasé una época utilizando iOS a diario. Pero he durado menos de tres meses. Aunque es un móvil claramente inferior al ser más antiguo, lo que me ofrece Android no lo he conseguido con iOS. Tenía grandes esperanzas, pero mi paso al sistema operativo de Apple ha sido tan corto como decepcionante.
El iPhone tiene mejor cámara, es una bestia gráfica a la hora de jugar y la autonomía que ofrece no tiene nada que ver. El salto en especificaciones es evidente para cualquiera, pero ninguna de estas ventajas justificó el cambio. ¿Por qué? Básicamente porque somos esclavos de nuestras propias costumbres.
Llevo más de una década utilizando Android y tengo interiorizado tanto su uso que perder ciertas costumbres representa un paso atrás. Pensé que con el paso de las semanas me acostumbraría a iOS y se me olvidarían los automatismos del Pixel, pero nada más lejos de la realidad.
Aquí os comparto mi experiencia y mis reflexiones. Una batalla entre iOS y Android de la que se han escrito ríos de tinta. Ahora por fin puedo compartir yo también mi experiencia de primera mano. Lamentablemente mi primer intento serio de pasarme a iOS ha resultado fallido.
Lo que falló
¿El primer problema? No pasarme a los servicios de Apple. Soy usuario de Mac desde hace más de 10 años, pero prácticamente toda mi vida la tengo almacenada en el ecosistema de Google. Desde Calendar hasta Google Fotos, pasando por Maps, Gmail o Google Keep.
En algunos casos fue más sencillo, como el uso de Notas o Calendario, pero aunque estaban sincronizados con los datos de Google, la experiencia no era la misma. Tener constantemente que elegir entre guardar eventos y documentos entre iCloud o Google es un coñazo. Lo que acabó pasando es que después de un tiempo instalé directamente la app de Gmail para iOS y Google Calendar para iOS. Y de repente todo volvió a la normalidad. Todo se parecía más a lo que ya estaba acostumbrado. Y claro, era el primer paso del fin. Porque inconscientemente estaba volviendo atrás.
La conclusión que extraigo es que si queréis cambiar de sistema operativo, el primer paso es trasladar toda vuestra información personal a sistemas neutros. Para abandonar totalmente un ecosistema hay que hacerlo por pasos, porque tras tanto tiempo acostumbrado a lo mismo, cambiar de golpe es demasiado. Afortunadamente cada vez hay más alternativas libres a los productos de Google y Apple.
¿El segundo problema? La navegación. Da igual que el Apple A18 sea mil veces más potente que el primer Google Tensor, la sensación es que con el Pixel iba más rápido. Y es una combinación de factores: desde que lo tenía totalmente interiorizado hasta que la navegación y gestos de Android me parecen más naturales. En iOS tenemos el botón para ir 'Atrás' y muchas aplicaciones tienen su apartado propio. En Android sin embargo está integrado en el propio sistema y es mucho más fácil. Pese a que teóricamente el iPhone es mucho más rápido, a la hora de utilizar el móvil observé que tardaba más. Existe un gesto para deslizar desde la parte izquierda, pero nunca llegué a pillarle el punto. Seguramente otra de las cosas que debería haber intentado con más energía si hubiera querido continuar en iOS.
Relacionado con ello tenemos el tercer problema que experimenté: la multitarea. No es de extrañar que los iPhone tengan menos memoria RAM que los móviles Android, básicamente porque iOS es mucho más cuidadoso con la gestión de las tareas. Pero esto no siempre es positivo. La carga en segundo plano está más limitada. Mientras que en Android hay un montón de procesos en segundo plano consumiendo energía y recursos, iOS pone el foco en una tarea principal. Son dos variantes perfectamente válidas. El iPhone prioriza la tarea principal, mientras que en Android es normal estar a mil cosas. Como usuario caótico que soy, el funcionamiento de Android se adapta más a mi día a día.
Para muestra de esta diferencia hay un botón. En Android tenemos el botón de cerrar todas las tareas en segundo plano. Y es bastante común su uso. En iOS el objetivo es que no tengamos tantas. Pero con el tiempo hay que irlas cerrando una a una.
Otro aspecto que cambia por completo mi uso del teléfono es FaceID. Sí, es cierto que como método de desbloqueo es insuperable. Aquí la experiencia está a años luz de cualquier móvil Android. Las cosas como son. Pero hay un detalle que sí me molestaba de FaceID. El tener que levantar el teléfono para utilizarlo. Con los lectores de huella puedo desbloquear el teléfono mientras lo tengo en el escritorio, con FaceID tengo que apuntar el móvil a mi cara. Y muchas veces simplemente quiero dejarlo donde está.
Otro detalle que tenía en el Pixel y eché muchísimo de menos en mi paso al iPhone fue el filtro antiSPAM de Google. Es cierto que justo estos meses Apple ha anunciado una función similar, pero todavía no la tenía. El filtro de llamadas de Google es simplemente brutal y por sí solo representa uno de los principales motivos por los que he vuelto al Pixel.
Dos sistemas todavía demasiado alejados
Hay muchísimas cosas que me han gustado de iOS, además del propio iPhone 16 Plus que es una delicia en cosas como la batería o la cámara. Aunque incluso aquí he tenido mis más y mis menos. El iPhone es demasiado cuadrado y la cámara, aunque es mucho mejor que la del Pixel de varias generaciones anteriores, no tiene ese acabado que solo el proceso de Google consigue. Uno que puede gustar más o menos pero que como con los servicios, una vez te acostumbras a él es muy difícil cambiar.
iOS tiene un ecosistema de aplicaciones envidiable. No tanto por la cantidad, sino por la calidad de estas. Se nota que muchos desarrolladores priorizan su aplicación para iOS y hace que estas reciban más actualizaciones y tengan acceso antes a las funciones. Aunque Android no se queda atrás.
Todavía sigo utilizando el iPhone, aunque ahora ya como móvil secundario. Duré dos meses con mi SIM principal en el iPhone, pero finalmente volví a mi veterano y confiable Pixel. Es el móvil con el que me siento más cómodo. Y aunque sé que pierdo muchas cosas por el camino, es el móvil que me resulta más natural utilizar. Y eso es impagable.
Probablemente vuelva a darle una oportunidad a iOS en los próximos meses, cuando iOS 26 se estabilice. Lo haré con la lección aprendida. Veremos si consigo que Apple me haga olvidar a su principal rival.
En Xataka Móvil | Dos móviles, dos filosofías y un claro ganador en precio: enfrentamos al Google Pixel 9a contra el Apple iPhone 16e
Ver 22 comentarios