¿Tiene sentido contratar una conexión de fibra óptica de 10 Gbps si con apenas 300 Mbps la mayoría de usuarios tiene más que suficiente para ver streaming en 4K, teletrabajar o jugar online? Si analizamos el consumo promedio de un hogar, que se sitúa normalmente por debajo de los 10 Mbps por usuario a lo largo del día, la respuesta es un rotundo "no" en términos de necesidad directa.
Lo que está realmente en juego al hablar de estas velocidades ultra-altas no es tanto el rendimiento que obtendrás tú individualmente, sino una garantía indirecta de calidad y estabilidad para toda la comunidad de vecinos. El reto tecnológico actual para los operadores ya no es solo llevar la fibra hasta tu casa, sino asegurar que la velocidad que te venden se mantenga constante, especialmente en los momentos de máxima demanda (las tardes y noches). Es aquí donde la capacidad de ofrecer 10 Gbps se convierte en un indicador crucial de la salud y modernización de la red de tu compañía de telecomunicaciones.
El secreto bajo el capó de los splitters
La razón de que tu velocidad contratada no sea siempre un valor fijo, sino una meta a la que solo llegas en momentos muy puntuales, está en la tecnología que usan las redes de fibra: la GPON (Gigabit Passive Optical Network).
Esta infraestructura se basa en tres componentes: la OLT (el equipo central del operador), el ONT (el router de fibra en tu casa) y, crucialmente, los splitters o divisores ópticos pasivos. Lo curioso de estos divisores es que son totalmente pasivos, es decir, no tienen electrónica ni consumen energía. Simplemente cogen la señal luminosa que sale de una única fibra troncal y la replican. Los despliegues más comunes dividen esa única fibra para dar servicio a 32 o incluso 64 hogares simultáneamente (ratios 1:32 o 1:64).
El problema es inherente a este sistema de división física: el ancho de banda total del puerto GPON, que es de unos 2,5 Gbps de bajada y 1,25 Gbps de subida, debe ser repartido entre todos esos usuarios conectados al mismo punto de la red. Si 32 vecinos están usando intensamente Internet a la vez, el ancho de banda potencial de cada uno se reduce drásticamente, haciendo inevitable una caída en la velocidad real percibida.
La Verdadera Ventaja de la Fibra de 10 Gbps
Y aquí es donde la capacidad de ofrecer 10 Gbps, conocida técnicamente como XGSPON, entra en juego y cambia las reglas.
El motivo principal para exigir que tu operador pueda ofrecer estas velocidades no es que tú las necesites, sino que la tecnología XGSPON eleva la capacidad total del puerto que se reparte entre los vecinos. En lugar de los 2,5 Gbps de bajada de GPON, el XGSPON ofrece hasta 10 Gbps de subida y 10 Gbps de bajada en la troncal compartida. Esto multiplica por cuatro la capacidad disponible.
Al multiplicar por cuatro la capacidad total del "tubo" compartido, se reduce drásticamente la probabilidad de que la red se sature, incluso si varios vecinos están haciendo un uso intensivo simultáneo. Aunque el operador mantenga el mismo ratio de sobrecontratación o el mismo número de usuarios conectados al splitter, ahora hay mucho más margen antes de que el sistema DBA tenga que empezar a racionar la velocidad.
En la práctica, el usuario de un servicio de 300 Mbps sobre una red XGSPON (la que se usa para ofrecer 10 Gbps) gozará de una velocidad media más estable, picos de rendimiento más altos y una latencia más predecible en los momentos de máxima congestión que un usuario con el mismo plan sobre una red GPON tradicional.
Contratar 10 Gbps es, hoy por hoy, excesivo para casi cualquier hogar, pero la mera existencia de esta opción en tu zona es el indicador más fiable de que tu operador ha modernizado su infraestructura a la tecnología XGSPON. Esto significa menos congestión, mejor estabilidad y un servicio más cercano al ideal del "mejor esfuerzo". Por lo tanto, el verdadero valor de que tu operador ofrezca 10 Gbps no reside en el número, sino en la tranquilidad de saber que tu conexión es inmune a la sobresaturación de la red de tus vecinos. Es, en esencia, una garantía de calidad.
En Xataka Móvil | Montarte tu propio operador de fibra no cuesta tanto. El reto es superar el efecto Digi.
Ver 1 comentarios