El litio será sólo un recuerdo de las baterías: han encontrado el mejor sustituto

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Las baterías que suministran energía a dispositivos usados en el día a día como nuestros móviles, siguen dando pequeños pasos. Lo último y más sonado en este ámbito son las baterías de silicio y carbono que prometen más capacidad en el mismo tamaño, y es que la autonomía del smartphone depende directamente de esta.

Sin embargo, aún queda algo de esperanza en ver un cambio importante. Más allá de la vuelta de las baterías extraíbles en Europa, se ha producido un hallazgo de gran relevancia. El litio, presente en las baterías actuales, está llegando a ser un problema pero hay una sustancia que podría sustituirlo: la quitina.

Crustáceos, insectos... ¿Y baterías?

El litio es un elemento químico muy apreciado en la actualidad, pues forma parte de las baterías de muchos dispositivos electrónicos. Además, su producción se da en pocos países: Chile, China y Australia lideran el top, con EEUU o Argentina unos pasos por detrás.

Este no es el único problema. La extracción de este material conlleva un gran impacto medioambiental, además su degradación es realmente lenta, necesitando cientos de miles de años. Afortunadamente, la quitina viene para poner un halo de esperanza.

Este tipo de carbohidrato aparece de forma natural en algunos hongos, así como en el exoesqueleto de los artrópodos, de ahí su destacada dureza. En sí, nada nuevo bajo el sol pero el descubrimiento que ha tenido lugar en la Universidad de Maryland lo cambia todo: es un sólido sustituto del litio.

¿Los motivos? Pues bien, combinado con zinc le permite adquirir las propiedades adecuadas para usarse en la producción del electrolito de baterías. Por si fuera poco, su eficiencia supone un golpe en la mesa: por encima de las 400 horas de uso, alcanza el 99,7%.

Además de demostrar viabilidad, todavía faltaría la etapa de laboratorio y producción en masa. No obstante, supone un hallazgo nada despreciable.

Nuestro planeta también lo agradecerá, porque la quitina es biodegradable, tardando aproximadamente 5 meses en descomponerse totalmente. Con respecto al zinc, también utilizado en este proceso, tampoco hay problema pues se puede reciclar.

Algún inconveniente surgiría, y este se refiere a la extracción. Aún queda la duda de si podríamos obtenerlo en cantidades suficientes para dar respuesta a la enorme demanda global de baterías. A pesar de esto, es un descubrimiento importante en vistas a un medio plazo. Todavía deberá demostrar su viabilidad, pero por el momento la esperanza está ahí.

Vía | Xataka

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