De una disputa sin importancia a una década de acoso telefónico. Tras la detención en Málaga, ha desvelado el modus operandi

  • Diez años, decenas de llamadas y todo por un motivo trivial

  • Ha ocurrido en Torrox, localidad malagueña

Móvil 30 SIM Malaga
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Pepu Ricca

Editor

El móvil es uno de los denominadores comunes de la vida de la gran mayoría de la sociedad, por ello aparece en muchos sucesos, como el ocurrido a un vecino de la localidad de Torrox en Málaga. Ha sufrido el acoso constante, durante diez años, de un supuesto conocido. Esta historia que ha terminado con la detención del acosador, como afirma El País y otros medios, es también un reflejo de cómo la tecnología más básica, como las tarjetas SIM de prepago, puede convertirse en el arma perfecta para delinquir desde el anonimato.

Una década de acoso. La investigación, bautizada como 'Operación Harassmentor', arrancó cuando la víctima principal denunció que llevaba desde 2015 recibiendo llamadas y mensajes con insultos, vejaciones y amenazas de muerte. Este hostigamiento le provocó graves problemas de salud mental y una depresión. Tristemente, la policía descubrió que no era el único: el mismo autor hacía lo mismo con al menos ocho personas.

El origen: una "rencilla trivial". Lo más sorprendente del caso es la motivación. No existía ningun problema entre el acosador y sus víctimas, el origen de todo era siempre "algún tipo de disputa o rencilla trivial", ya fuera en la vida cotidiana o en alguna relación comercial.

El arsenal tecnológico del acosador. Para mantener el anonimato, el detenido utilizó una serie de técnicas sencillas pero efectivas. Obtuvo más de 30 tarjetas SIM de prepago distintas, que iba adquiriendo con identidades falsas y cambiando periódicamente. Además, en las llamadas distorsionaba su voz e incluso fingía acentos para evitar ser reconocido.

El eslabón débil de la identificación. Aunque en España (no es así en todos los países) la ley obliga desde hace años a que toda tarjeta SIM, sea de contrato o prepago, esté asociada a una identidad real, la realidad es que existen vías para sortear este control. La compra de tarjetas usando identidades de terceros dificultó el rastreo, convirtiendo un sistema de identificación en un falso anonimato que tardó una década en ser desenmascarado.

Imagen de portada | Pepu Ricca para Xataka Móvil

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