Qualcomm es el líder indiscutible del mercado de procesadores móviles. Sus Snapdragon se propagan por los catálogos de prácticamente todos los fabricantes conocidos y todo ello lo logran sin contar con una sola cadena de fabricación a su nombre, pero no sólo de procesadores vive la compañía. Otro tipo de chips, los módems LTE, aportan cada año una buena suma a sus arcas.
Pero para lograr esto, para colocar módems LTE fabricados por ellos en procesadores ensamblados por otros, Qualcomm ha estado llevando a cabo determinadas prácticas que ahora la Comisión Europea ha considerado monopolísticas. Abuso de posición dominante, lo han llamado, y Qualcomm no se escapará de pagar lo que por un pelo no son 1.000 millones de euros de multa. Un 4,9% de los ingresos totales en 2017. Una cifra a tener en cuenta.