Los procesadores móviles se diferencian por algo más que por el número de núcleos

Los procesadores móviles se diferencian por algo más que por el número de núcleos

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Los procesadores móviles se diferencian por algo más que por el número de núcleos

No hay cosa que guste más a los publicistas que poder diferenciar los objetos a comercializar a base de números, cifras simples con las que puedan transmitir, de un solo plumazo, la superioridad de unos frente a otros. En los smartphones los vemos cada día, un mercado inundado de cifras en los que rara vez mayor número significa mayor rendimiento.

Lo vemos en las cámaras, donde ha quedado demostrado multitud de veces que más megapíxeles no es igual a mejores cámaras, donde mayor batería no es igual a mejor autonomía o donde tener más RAM no garantiza un mejor rendimiento. Y sin embargo las promociones siguen centrándose en eso y, por encima de todo, en los núcleos del procesador. Porque tener ocho núcleos es mejor que tener cuatro, ¿no?

Nada más lejos de la realidad. El número de núcleos no sitúa a un procesador por encima de otro en rendimiento sino que la diferenciación se produce a un nivel más profundo, con más detalle. Una diferenciación, por desgracia, difícil de reflejar en un cartel diseñado para causarnos impacto en pocos segundos. Así, vamos a desmitificar un poco los números en el campo de los procesadores.

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Los núcleos se agrupan en clústeres

Mediatek 10core

Los núcleos no funcionan todos de forma simultánea. Tener muchos núcleos implica poder ejecutar más tareas del sistema a la vez, concretamente una por núcleo, pero éstos no suelen operar todos al mismo tiempo en cuanto se supera un número determinado de núcleos. Este número tiende a ser cuatro, salvo en los procesadores True Octa Core, de los que hablaremos en otro momento.

Que los procesadores se agrupen de cuatro en cuatro, o de dos en dos, es lo que conforma los clústers. Esta forma de agrupar los núcleos suele utilizar principalmente la filosofía big.LITTLE y sirve principalmente para activar uno u otro clúster de núcleos en función del rendimiento que necesitemos para el sistema. Pero no dos clústeres a la vez.

La configuración big.LITTLE de ARM es la más extendida entre los smartphones

Un procesador de ocho núcleos convencional, por ejemplo, tendría sus núcleos agrupados en dos o más clústeres. Un clúster de alto rendimiento, con los cuatro núcleos más rápidos, y otro u otros de menor rendimiento con núcleos más lentos. Así se puede obtener el máximo rendimiento cuando se necesite y también reducir el gasto energético cuando el teléfono repose.

Las configuraciones de los clústeres son variadas y cada fabricante elige la que más conviene a su modelo. Los Helio X de MediaTek, por ejemplo, juegan con diez núcleos agrupados en 2+4+4: rendimiento máximo, rendimiento medio, ahorro máximo de energía. El Snapdragon 808, o el futuro 828, utilizan seis núcleos agrupados en 4+2: rendimiento máximo, ahorro máximo de energía. El Snapdragon 820, sin embargo, ha vuelto a los cuatro núcleos y es el más potente de Qualcomm en la actualidad.

Entendiendo que los núcleos se agrupan para activarse de forma independiente sabremos que tener ocho núcleos no es mejor que tener cuatro necesariamente, pues todo depende de la comparativa entre clústeres, que es la que realmente deberíamos hacer. Y aquí, en la comparativa entre clústeres, influye también el tipo de núcleo del que estemos hablando.

Planta baja, hemos llegado al núcleo

Cortex A72

Los clústeres de núcleos están conformados, lógicamente, por núcleos, y del tipo de núcleo del que estemos hablando podemos concluir si es mejor o peor que otro procesador. Ahora Qualcomm está apostando por tecnología propia para sus chips, produciendo núcleos Kryo, pero supongamos que hablamos de núcleos ARM, el tipo más extendido del mercado con diferencia.

No será igual la potencia desarrollada por núcleos Cortex-A35 que por los Cortex-A53, los Cortex-A57 o la generada por los Cortex-A72. Mencionamos estos cuatro tipos en concreto pues son los que ARM produce en estos momentos con arquitectura de 64 bits, algo que también influye pero en lo que tampoco profundizaremos ahora.

Aquí sí influiría el número ya que podríamos ordenar los Cortex-A de menor a mayor, yendo de la menor potencia a la más alta, pero también del mayor ahorro energético al gasto de batería más elevado. Así, un clúster de cuatro núcleos A-72 sería más potente que uno con cuatro núcleos A-53.

Y a todo ello hay que sumarle que los fabricantes pueden "jugar" con la velocidad de reloj del procesador, como en el caso de los Helio X20 y X25, que son casi idénticos salvo porque el segundo está overclockeado. Como vemos, el asunto es más complejo que el de una comparativa simple de números.

Los nanómetros, influyen y mucho

Nanometros

Cuando hablamos de nanómetros nos referimos al tamaño de cada transistor de los que componen un procesador. Procesadores de uno, mil o mil millones de transistores, cada uno de ellos procesa un bit de información y de su tamaño dependen dos cosas: la velocidad con la que ejecutan el proceso y el consumo energético. Ah, y el tamaño del procesador, claro.

La temperatura generada es muy importante, y más aún disiparla correctamente

Cuanto más pequeños son los transistores, más velozmente ejecutan instrucciones y menor energía necesitan para funcionar. Y, finalmente, permiten que el procesador sea más pequeño. Si necesitas menos energía para funcionar y eres más pequeño, te calientas menos y todo se convierte en una rueda que hace que el procesador sea más poderoso y eficiente.

Ahora se entiende la carrera de los distintos fabricantes por llegar a tecnologías de fabricación de transistores más pequeños. Con chips de 28 nanómetros, 20 nanómetros, 14 nanómetros y los futuros de 10 nanómetros. ¿Es un factor determinante? No, pero sí ayuda.

Conclusión, diferenciar procesadores es complicado

Cuatro núcleos pueden ser mejores que ocho y un chip de 28 nanómetros puede ser mejor que uno de 20 nanómetros. Todo depende, en última instancia, del tipo de núcleo del que estemos hablando y de cómo esté dispuesto en el SoC (System on a Chip). Y del software, claro está, y pues no es igual controlar una parte de la ecuación que ambas, como hace Apple.

Así que cuando alguien intente venderos que un móvil es mejor que otro porque tiene ocho núcleos o porque tiene diez, andaos con pies de plomo pues no todo son números en el mundo de los procesadores para móviles.

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