La tarjeta SIM de los fabricantes son una buena idea a medias, lo que hace falta es la SIM en blanco

La tarjeta SIM de los fabricantes son una buena idea a medias, lo que hace falta es la SIM en blanco
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Son muchas las empresas las que intervienen para que los usuarios podamos usar nuestros móviles, tablets u otros dispositivos para comunicarnos. Desde el propio fabricante del aparato (que se pueda apoyar en otros para ciertas piezas), los desarrolladores del sistema operativo y el software y hasta el operador que pone la conexión.

Y en más de una ocasión hemos visto como una de esas empresas intentaba abarcar todo lo necesario para el usuario, con por ejemplo Google (desarrollador de Android y apps) lanzando móviles gracias a la compra de Motorola, aunque acabó desprendiéndose de ella, o Samsung, que además de fabricar móviles y piezas para otros fabricantes también desarrolla Tizen. Pero que los fabricantes de dispositivos pongan también su propia SIM, como ya hace Apple en algunos iPads o parece que quiere hacer Microsoft, es algo positivo a medias, lo que hace falta es una verdadera SIM en blanco.

Un estándar más que adoptado

Da igual que vivamos en España, en China, en Estados Unidos, en México o en cualquier otro país, la tarjeta SIM es un estándar adoptado por todos los operadores del mundo y todos los móviles. Cierto es que las hay en tres tamaños distintos (el normal o miniSIM, la microSIM y la nanoSIM) que suficiente guerra dan en ocasiones al cambiar de móvil, pero fuera de esos tres tamaños no hay más.

Además la tarjeta SIM adoptada por todos se ha mostrado como un elemento extremadamente seguro. Aunque en ocasiones contadas se han hablado de posibles vulnerabilidades, éstas han sido resueltas de forma rápida y eficiente. Entonces nos preguntamos, ¿para qué cambiar algo que funciona a las mil maravillas y que es un estándar a nivel mundial? Con lo que cuesta ponerse de acuerdo, que cada fabricante se ponga a lanzar su propia SIM parece que tiene poco sentido.

Prisioneros de los acuerdos del fabricante

Y todavía apenas sabemos cómo funcionará ni en que dispositivos vendrá integrada la SIM de Microsoft, pero sí podemos hablar del funcionamiento de la que Apple integró en los iPad Air 2. En los modelos con conectividad móvil y en países seleccionados, la marca de la manzana mordida acompaña a sus tablets de su propia tarjeta SIM, gracias a la cual los usuarios pueden elegir directamente operador y tarifa sin pasar por la tienda de un operador, y además cambiando de compañía en cualquier momento, en su país de origen o en otro. Obviamente, esa tarjeta SIM puede ser retirada por el usuario y utilizar la suya proia.

Pero el problema es que esa tarjeta SIM deja acceder a ciertos operadores y a ciertas tarifas. Esas compañías son las que han llegado a un acuerdo con Apple, que tendrá su parte de comisión cuando el usuario contrate una tarifa. El caso es que las tarifas y operadores a las que acceder están totalmente en manos del fabricante, probablemente dejando fuera a operadores pequeños que quizás tengan tarifas más ventajosas.

La SIM en blanco universal, la solución

Y no es que nos parezca del todo mala idea la de una SIM que pueda cambiar de operador en un segundo, pero si se hace se tiene que hacer del todo bien. Muchos usuarios han sufrido en sus carnes a la hora de hacer una portabilidad los problemas que supone cambiar de SIM, no solo por cambios de tamaño, si no por tarjetas que llegan tarde o contactos que se pierden por el camino.

La solución definitiva pasaría por la SIM en blanco, ya adoptada en Holanda. Pudiendo actualizarse vía OTA, no sería nada complicado que existiese una tarjeta SIM que no fuese del operador de turno, sino del propio usuario, que dando la identificación de esa SIM (el famoso número ICCD) pudiese cambiar de operador, a cualquier operador. Si en Holanda lo han hecho no parece complicado de implementar, solo hace falta voluntad, pero mientras tanto habrá quien intente aprovecharse de la situación.

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